05-06-2011
Una carta pastoral crítica con el turismo en Guanacaste. Entrevista a Ronal Vargas
Ernest Cañada | Alba sudEl director de Cáritas – Pastoral Social de Liberia, Costa Rica, explica los principales contenidos de la Carta Pastoral que publicó la Diócesis de Tilarán-Liberia el año 2009 y las reacciones que provocó entre distintos sectores.
Crédito Fotografía: Ronald Vargas
El 19 de julio de 2009, Monseñor Victorino Girardi Stellin, obispo de la diócesis de Tilarán-Liberia, Costa Rica, hizo pública la Carta Pastoral “Discípulos, tras las huellas de Cristo, promoviendo la vida en Él, al norte de Costa Rica”, sobre los problemas sociales y ambientales de la provincia de Guanacaste. Este documento fue fruto de un largo proceso de análisis y discusión entre distintos colectivos de la zona. En ella, la Iglesia denunciaba la creciente desigualdad, exclusión y degradación ambiental que estaba provocando los modelos de acumulación privilegiados en la región, el turismo y la agroexportación. Ponía una especial atención en la vulneración de derechos que sufrían los trabajadores inmigrantes de origen nicaragüense. Ronald Vargas tuvo una papel fundamental en la elaboración de ese documento. Con él conversamos sobre cómo fue el proceso de elaboración de la Carta Pastoral, sus principales contenidos y las reacciones que provocó, especialmente críticas por parte del sector empresarial y el gobierno. Por su importancia y vigencia, adjuntamos también este documento.
¿Cómo fue el proceso de elaboración de la Carta Pastoral?
Realmente la elaboración de esta Carta Pastoral ha sido muy interesante. No es una Carta de escritorio, no es la carta de un obispo que se sienta y comienza a escribir de su puño y letra lo que va pensando. En la realidad obedece a un diagnóstico que se hizo en nuestra Diócesis, un diagnóstico que abarcó todas las parroquias de todos los cantones, de todos los municipios, donde se vieron los problemas que más afectaban a la ciudadanía, y con base a este diagnóstico se trataron los problemas que se dan comúnmente en la provincia de Guanacaste.
Fueron muchas las personas que intervinieron en su elaboración, es más, podríamos decir que tal vez en un noventa por cierto ha sido escrita por personas del mundo laico, no por clérigos, ni el obispo, ni sacerdotes. Es más, algunos aportes textuales elaborados por grupos sociales quedaron así tal, cual, transcritos en la Carta Pastoral. Y para mí eso es admirable, es un elemento que llama mucho la atención. Lo que el obispo Vitorino Girardi hace es firmar y hacer suyo un documento validado en otra instancia de la Iglesia, la Pastoral Social. De hecho, acepó casi un 90% del documento propuesto para convertirlo en doctrina social de la Iglesia en una Carta Pastoral,
¿Qué preocupaciones se plantean en la Carta Pastoral?
La Carta Pastoral trata del ambiente, la tierra, el agua, el turismo, la migración. Hay dos números dentro de la Carta Pastoral que son los que a mí más me llaman la atención. Son las dos moratorias que pide el obispo: una moratoria a todos los proyectos que exigen mucha agua, para revisar bien cómo se está distribuyendo en todo el territorio, y otra moratoria a los proyectos turísticos, en el sentido que se evalúe antes de recibir a más cadenas hoteleras. Pide que se evalúe lo que ha pasado hasta ahora, antes de dar la bienvenida a nuevas cadenas. Estas dos moratorias realmente son muy llamativas, nunca la Iglesia en ninguna Carta Pastoral, y en ningún otro país, que yo me acuerde, ha dicho “alto, evaluemos, y después continuemos, si es el caso, o paremos de una vez”.
¿Y qué reacciones provocó, porque realmente es un documento fuerte?
Sí, es una Carta muy fuerte. La primera reacción fue del sector turístico, porque fue quien, sin duda, se sintió más afectado. El presidente de la Cámara de Turismo de Guanacaste pidió un cita con Monseñor Vitorino. También el partido de gobierno y funcionarios del Estado hablaron con el obispo, le dijeron que se había excedido un poco, que tal vez había sido muy fuerte al decir ciertas cosas [1]. De hecho, el Ministro de Planificación y el ministro del Instituto Costarricense de Turismo hicieron un comunicado, publicado por varios medios de circulación nacional, donde descalificaban la Carta, y decían que el obispo no sabía dónde estaba parado, que desconocía la realidad de Guanacaste, que no sabía el aporte tan bueno que el turismo había hecho a la provincia de Guanacaste. A fin de cuentas terminaron casi que difamando al obispo y a los que estábamos detrás de la Carta Pastoral, diciéndonos que no sabíamos lo que estábamos diciendo.
¿Y dentro de la Iglesia no hubieron reacciones contrarias?
Dentro del mismo clero también hubieron reacciones. Hubo sacerdotes que no compartían lo que dijo el obispo, sacerdotes que no quisieron proclamar esa Carta Pastoral, ni venderla, ni hablar de ella en sus parroquias. El problema fundamental es que la Carta habla fuerte contra las personas que acumulan mucho y no comparten con los más necesitados y, desgraciadamente, en muchas parroquias la Iglesia sobrevive gracias a la ayuda de hoteles, gracias a la ayuda de los ricos de la zona, gracias a la ayuda de los comerciantes. Algunos se sintieron muy afectados, tanto por las críticas al turismo, como por las críticas al uso del agua, o las críticas por el abuso a las personas migrantes, porque los grandes empresarios de Guanacaste, sobre todo en la agro-exportación, se han hecho muy ricos a costa de la explotación del trabajo de la mano de obra migrante, y la Carta Pastoral en eso es bastante dura. Creo que a muchos ricos de la zona les dolió este mensaje, porque sintieron que el obispo estaba poniendo el dedo en la llaga en cuestiones que son fundamentales, donde el gran capital ha crecido a costa de la explotación del trabajo de los migrantes y de gente pobre, sin garantías sociales, sin seguros, sin ningún tipo de ayuda.
¿Pero también recibieron apoyos?
Hubo comentarios dentro de la misma Iglesia muy a favor [2], al igual que de organizaciones ambientalistas y ecologistas, de los partidos de izquierda. Realmente esta Carta Pastoral ha sido un diagnóstico excelente de la provincia de Guanacaste y ha desnudado al sector turístico, haciendo una radiografía del mismo, presentándolo tal y como es. También habla de las bondades del turismo, de todas las cosas buenas que ha traído a la provincia, pero no se queda callada cuando tiene que llamar por su nombre a todos los problemas que el turismo ha traído, no sólo en el ámbito moral, que es lo común que se escucha, que el alcoholismo, la prostitución, la homosexualidad, etc., sino también en el ámbito ecológico, social,… en todos aquellos aspectos que el sector turístico ha afectado a la sociedad.
¿Y cómo difundieron la Carta?
La Carta se difundió a través de las parroquias sobre todo entre la misma gente que trabaja en la Iglesia. Hicimos talleres en algunas parroquias y en algunas comunidades con delegados de la Pastoral Social. Pero al poner la Carta Pastoral en distintas páginas Web sabemos que llegó a mucha gente y hubieron reacciones muy distintas. Desde la simple descalificación, diciendo que había sido escrita por comunistas, que la Iglesia estaba desactualizada, que la Iglesia estaba en contra del progreso, que la Iglesia estaba en contra del turismo, cuando, decían, el turismo es única posibilidad de salir adelante en una provincia tan pobre como lo es Guanacaste. Pero también recibió alabanzas de mucha gente. Me decía mi obispo, Victorino Girardi, que viaja constantemente a otros países para predicar, que en México, Argentina, Chile, Ecuador, escuchó comentarios de personas que habían leído la Carta Pastoral y lo felicitaban, y uno dice: “qué interesante, no creímos que la Carta Pastoral hubiera llegado a tantos países”.
¿Qué balance haces ahora, después de dos años?
Siento que la Carta Pastoral todavía sigue dando que hablar. De hecho algunos empresarios turísticos, particularmente gerentes de hoteles o dueños de hoteles con los que he conversado, me han manifestado una postura de disgusto con la Iglesia por esta Carta Pastoral. Pero cuando yo les he explicado realmente el contenido de la Carta, diciéndoles que el tipo de turismo que denuncia la Carta es el turismo de mega proyectos, un turismo totalmente ajeno a las comunidades, el turismo que logra salir adelante a costa de la pobreza de la gente que le rodea, pero no el turismo rural, el turismo comunitario, de pequeñas o medianas empresas que involucra a mucha gente en la comunidad, que crea encadenamiento en la misma comunidad. Los empresarios, sobre todo si son nacionales, se sienten más bien orgullosos y felices.
Siento que la Cámara de Turismo de Guanacaste hizo una lectura muy superficial de la Carta y la descalifico así, tal cual, porque sintió que era un ataque de frente al sector turístico, pero no descubrieron que no era realmente al sector turístico como tal, sino al turismo despiadado, al turismo inhumano, al turismo masificante, que simplemente trae turistas del extranjero, no los involucra para nada con las comunidades de la zona, los encierra en cuatro paredes, les dan a disfrutar las delicias de su hotel o espacio turístico, pero no crea ni encadenamiento, ni ninguna relación con la comunidad y, lo que es peor, simplemente da empleos de segunda o tercera clase a la gente de la comunidad, y muchas veces sin seguridad social, empleos denigrantes o a veces hasta promoviendo el turismo sexual u otras situaciones que son detestables.
Lo simpático es que yo, en esta Carta, descubro ahora, después de dos años de haber sido escrita, unas señales proféticas, porque la crisis económica estaba apenas estaba comenzando, y varios números de la Carta hablan de lo que después sucedería. De hecho el sector turístico tuvo que pararse, no por la Carta Pastoral, por supuesto, sino por la crisis económica.
Notas:
[1] Carlos Salazar, “Cámara de Turismo Guanacasteca demanda caminos, agua y rellenos sanitarios. Gobierno y empresarios molestos con Carta Pastoral de Obispo Girardi”, El País.cr, 7 de agosto de 2009.
[2] Comunicado de sacerdotes de la Diócesis de Tilarán-Liberia, en apoyo a la Carta Pastoral de Monseñor Votorio Girardi y en contra de la reciente campaña oficial y mediática para desprestigiarle, El País.cr, 16 de agosto de 2009.
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