09-02-2015
Las que limpian los hoteles
David Abril | MÉSReproducimos el artículo del diputado del Grupo MÉS en el Parlamento balear donde habla sobre la campaña de la UITA para la mejora de las condiciones laborales de las camareras de piso y del trabajo que hemos hecho desde Alba Sud.
Crédito Fotografía: David Abril. Foto: MÉS.
Uno de los reconocimientos más gratificantes que he recibido en los últimos tiempos de actividad política fue hace unas semanas, después de publicar un artículo titulado "¿Para cuando un decreto en favor de las camareras de pisos?". El artículo, en el que lamentaba que el gobierno del PP y Bauzá se hubieran pasado la legislatura haciendo leyes y decretos a medida de los intereses de los grandes hoteleros, me lo agradecieron trabajadoras de todo el Estado en que se tomaban al pie de la letra el encabezamiento del texto, esperanzadas porque en las instituciones y los medios alguien se hiciera eco de su situación y de la indefensión de las mujeres que hacen la limpieza en los hoteles.
Y es que el factor humano en la literatura turística, copada por los lobbies y think-tanks de las transnacionales turísticas y hoteleras, como Exceltur o Hosteltur, no se suelen preocupar demasiado de las personas que trabajan en el sector. En todo caso si deben dedicar esfuerzos, lo que hacen es agrandar el (falso) mito del hotelero emprendedor, con postales memorables como la de Barceló machete abriéndose camino en la selva virgen de la República Dominicana para levantar su imperio... Es fácil olvidar que el despegue de la industria hotelera ha sido posible gracias a la explotación tanto de la tierra como de la gente, primero aquí y luego allí, y que como he puesto de manifiesto en otros escritos, lo que vivimos en los últimos tiempos parece en ocasiones un dejavú del peor del boom turístico de los 60-70, sobre todo en cuanto al retroceso en las condiciones laborales de tanta gente que en nuestra tierra trabaja en el mundo turístico, y especialmente en la hostelería. Sobre todo cuando no había nadie que escribiera al respecto, hasta ahora.
Resulta paradójico que el toque de atención ante esta situación, ignorada por unos gobernantes claramente subordinados a las grandes cadenas hoteleras y sus intereses en materia turística, haya venido del Sur. Se es consciente de que Baleares es una referencia turística mundial, y que lo que pasa aquí repercute vía transnacionales partes de otros destinos turísticos del globo, y por ello la Rel-UITA, la red de sindicatos agroalimentarios de América Latina, encargó al investigador Ernest Cañada, de cara a preparar una campaña mundial sobre las condiciones de trabajo de las mujeres en los hoteles, un estudio sobre éstas en un lugar de referencia como es la Playa de Palma, en Mallorca.
Cañada, estudioso de las entrañas del turismo y colaborador de otros investigadores isleños como Ivan Murray, Macià Blázquez o Joan Buades, entrevistó el año pasado a un puñado de camareras de pisos que tuvieron la oportunidad de dar su opinión, de explicar en qué condiciones trabajan y cómo esto afecta a sus vidas... el estrés y el cansancio de tener que hacer hasta veinticuatro habitaciones al día; la medicación que suele acompañar estas jornadas interminables; las enfermedades musculares y óseas con que suelen acabar casi todas estas trabajadoras... Ahora estos testimonios servirán para concienciar millones de trabajadores de otras regiones del planeta que pueden tener en el turismo una oportunidad de desarrollo o, por el contrario, de retroceso.
Y aquí, el trabajo de Ernest debería servir para abrir los ojos y ver que el modelo social que va de la mano de este modelo turístico nos lastra en términos humanos, y que el turismo, si no va acompañado de prosperidad compartida y de dignidad, ¿por qué lo queremos? Entendedme bien: no estoy diciendo "turismo no", pero evidentemente con esto que tenemos no vamos a ninguna parte, y así se debe decir para poder cambiarlo.
Dolores, Isabel, María, Pepi, Emilia o Soledad, hasta ahora no tenían nadie para contar todo eso que viven, ahora ya sí, gracias a la investigación de Ernest Cañada y el interés de los sindicatos de países a los que todavía miramos desde la soberbia de quien se cree el centro del mundo. Ahora es necesario que también, algún día, haya un gobierno que haga leyes y decretos a favor de estas ciudadanas de Mallorca, tan importantes como cualquier gran empresario turístico.
* Puede encontrar los testigos y una parte del trabajo de Ernest Cañada, "Las que limpian los hoteles", en el portal de turismo y desarrollo www.albasud.org.
Artículo publicado en la revista L’altra mirada (núm. 36, febrero de 2015), publicada a iniciativa de la Fundación Emili Dauder y el Ateneu Pere Mascaró. Traducción al castellano de Alba Sud.
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