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En el marco de los procesos de revivificación rural que atraviesan algunas localidades, se desarrollan diferentes estrategias de innovación turística que posicionan a los lugares como sitios de visitación durante el tiempo libre de las personas. La búsqueda de “autenticidad”, de contacto con experiencias cotidianas en las diversas ruralidades, el afán de vivenciar la cultura local y los patrimonios modestos y regionales, constituyen algunas de las motivaciones de la demanda turística actual.

En este contexto, resurgen iniciativas particulares, como el caso del teatro comunitario, que constituye una alternativa para la construcción de la atractividad de los pequeños pueblos y parajes. Éste es “… producido por y para la comunidad de un territorio determinado (barrio, ciudad, pueblo), trabaja exclusivamente con la memoria de los vecinos y la identidad local, buscando relatar las historias propias de ese territorio” (Fernández, 2018:458).

Los mismos residentes se transforman en actores protagonistas de una obra que es pensada y trabajada de forma colectiva y que acontece en el mismo espacio de vida cotidiano (Fernández, 2018, 2022). Estas manifestaciones culturales estructuran formas de resistencia y permanencia de las comunidades, dado que en la mayoría de los casos representan memorias frágiles, olvidadas y/o invisibilizadas.

En Argentina se identifican algunas experiencias de teatro comunitario, como los grupos de Sansinena y Rivadavia, en el territorio bonaerense; Catalinas Sur, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Fernández, 2022); el grupo La Clarita en Entre Ríos; y el colectivo de vecinos de la localidad de Dufaur, que, a pesar de no contar con una agrupación formal, llevan a cabo una propuesta de gran interés turístico.  

Dufaur: del olvido a la revivificación rural

Dufaur es un pueblo rural ubicado en el partido de Saavedra, en el suroeste de la provincia de Buenos Aires. Cuenta con apenas 182 habitantes (INDEC, 2010) y es reflejo del proceso de despoblamiento rural que atraviesa el país, al igual que gran parte del territorio latinoamericano y europeo. En las últimas tres décadas su población decreció un 20%, valor que supera al promedio nacional que se dio en torno al 14% (INDEC, 1991, 2010).

Estación de ferrocarril de Dufaur. Fuente: Andrés Pinassi.

Durante las primeras décadas del siglo XX, Dufaur tuvo su época de apogeo vinculada a la actividad férrea, al igual que otros casos ya analizados desde Alba Sud, como Sundblad, Faro, General Rondeau y Nicolás Levalle. Según relata Vesco (2019: 263-264), “el pueblo supo tener uno de los pocos hoteles con calefacción central en Sudamérica… [Además] once bares, una pulpería y dos ramos generales”. Con el cese del transporte de pasajeros por tren y la comercialización de granos y ganado, adicionado a otras causas políticas, económicas y tecnológicas, los pueblos y parajes, principalmente aquellos más reducidos, comenzaron a perder dinamismo.

A partir del año 2012, algunos habitantes de la localidad iniciaron un trabajo asociativo con el grupo de turismo rural “Raíces de Campo”, perteneciente al Programa Cambio Rural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Ello condujo al desarrollo de diferentes propuestas turísticas y recreativas, como la recuperación del antiguo almacén de ramos generales La Moderna, refuncionalizado como comedor y punto de encuentro social, y la puesta en escena de distintas obras a partir del teatro comunitario.

Almacén comedor La Moderna. Registro fotográfico: Andrés Pinassi.

Teatro comunitario: “compartir con el que nos visita”

Esta frase corresponde a Anabela Cleppe, docente de la escuela primaria local y propietaria del antiguo almacén de ramos generales y actual comedor La Moderna. En una nota dada a un medio de comunicación nacional, resume de forma clara el objetivo de la propuesta de teatro comunitario: crear un espacio de encuentro e intercambio entre los habitantes y los visitantes.

Fuente: Telenoche, Canal 13 (2022).

La obra que ponen en escena la llevan a cabo los propios residentes del pueblo, recreando situaciones cotidianas de la vida rural. No tienen un guion establecido, si no que los personajes improvisan diferentes diálogos. Anabela Cleppe, en entrevista a Alba Sud, explica que “la iniciativa surgió en 2016 como una actividad escolar. Como anfitriones en un encuentro de escuelas rurales de la zona, teníamos que mostrarles la localidad, entonces empezamos a pensar y se nos ocurrió contarles la historia del pueblo a través del teatro. Enseguida contacté al grupo de turismo rural y se sumaron a la propuesta”.

El pueblo se transforma enun escenario a cielo abierto, donde actores y visitantes recorren de forma conjunta los lugares emblemáticos para los locales. El rancho de adobe (primera vivienda del pueblo y actual museo), la estación de ferrocarril, el almacén de ramos generales, la escuela, la iglesia y las mismas calles que estructuran la trama del poblado se convierten en un gran teatro que cobra vida. Anabela Cleppe relata que “la obra comienza en el rancho, se sigue por la avenida, pasamos por el sitio en el que había un edificio perteneciente a la estancia del señor Dufaur, quien donara las tierras para construir el pueblo; de allí vamos a la estación de ferrocarril y la visita se cierra con el sonido del silbato del tren, que transmite una sensación de silencio, que es lo que sucedió cuando éste ya no transitó más por estas tierras”.

Representación teatral en el rancho de adobe, primera vivienda de la localidad. Fuente: Marisol Cleppe.

El perfil de los visitantes que participa de la propuesta es de carácter regional, principalmente familias, un público adulto y adulto mayor, que se acercan a vivenciar la obra y luego terminan consumiendo una oferta gastronómica en el almacén-comedor local. “Viene mucha gente del distrito de Saavedra, de Bahía Blanca y de toda la zona –cuenta Anabela Cleppe a Alba Sud –. Lo que le dio importancia a la propuesta fue la pandemia, cuando se empezaron a valorar los espacios abiertos y con poca gente… Desde que arrancamos, en tres o cuatro oportunidades, hemos tenidos ómnibus de 40 o 50 turistas que llegan desde Buenos Aires, a través de los grupos de turismo rural. En estas ocasiones participaron todos los emprendimientos locales”.

El ámbito público municipal colabora con la difusión turística del evento en la página web oficial. Dufaur es presentado como una localidad que “ofrece tranquilidad, seguridad y aire puro, con las sierras de fondo como paisaje”; un telón que sirve de escenografía a la obra que pone en escena la comunidad.

Escena teatral en la esquina de ingreso a la estación de tren. Fuente: Marisol Cleppe.

La finalidad de la iniciativa es, por un lado, la búsqueda de la dinamización del poblado a través de la práctica turística, dado que el acontecimiento programado posibilita la divulgación del pueblo rural; y por el otro, un objetivo vinculado al sentido de lugar y la identidad territorial, es decir, que se configura un medio para la recuperación de anécdotas, historias y representaciones sociales de un pasado próspero que supo tener Dufaur. Cabe destacar que la propuesta es gratuita y solo se pide una colaboración a voluntad al público asistente, lo que se reinvierte en el mantenimiento de la localidad a partir de acciones concretas.

De forma paralela a la propuesta de teatro comunitario, en los últimos años se desarrollaron otros procesos vinculados al turismo en la escala local, como la ampliación de la oferta de alojamiento en casas y cabañas y la construcción de viviendas para segunda residencia, ello debido a la tranquilidad, la accesibilidad del lugar y su cercanía a la comarca turística de Sierra de la Ventana.

A modo de cierre: resistencias y permanencias

El teatro comunitario es un dispositivo social que permite configurar espacios de ocio popular para los habitantes y un atractivo turístico para los visitantes de un destino. A su vez, constituye un mecanismo de defensa y recuperación de patrimonios invisibilizados y memorias cotidianas asociadas al devenir local. La participación de los propios residentes, los mensajes representados y los sitios simbólicos que estructuran la obra permiten realzar el arraigo e identidad latente de las diversas ruralidades, como en el caso de Dufaur.

Este tipo de innovaciones turísticas y culturales conforman una oportunidad para pensar en nuevos “territorios posibles” (Bozzano, 2017), esperanzadores de un resurgir rural que transitan algunos ámbitos. A pesar de que el trabajo comunitario en pos del desarrollo turístico y la vida en el campo adquieren una connotación idílica y romantizada, las tensiones, problemáticas y “escenarios de negociación” (Aguilar y Ander-Egg, 2001) suelen ser constantes.

La nostalgia de una “época dorada” manifestada en la voz de los habitantes se cristaliza en el territorio. Las iniciativas de teatro comunitario evidencian la necesidad de un (re)encuentro colectivo y sinérgico entre los propios vecinos, que les permita combatir el olvido y pensar en nuevas formas de renacimiento para los espacios rurales.