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03-09-2024

Anna Pastor: “Queremos que las participantes de la Ruta al Exilio vivan una experiencia que las permita conectar con ideas que transciendan su presente”

Raül Valls | Alba Sud
Ruta al Exilio es una experiencia original que vincula ocio juvenil, deporte y aventura al aire libre con la memoria democrática y el conocimiento de nuestro pasado reciente. Hablamos con Anna Pastor que desde hace tres años elabora el guion pedagógico de esta inspiradora forma de turismo de memoria.
 


Crédito Fotografía: Ruta al exilio

La iniciativa Ruta al Exilio es un proyecto de ocio de vacaciones juveniles que cumple ya cuatro ediciones. Dirigido a jóvenes de 16 y 17 años, residentes en España, consiste en un viaje formativo, totalmente gratuito, de quince días para 30 jóvenes por los principales espacios de memoria del exilio republicano consecuencia de la Guerra de España (1936-39). La ruta con etapas a pie por montaña o en autocar transita por las zonas fronterizas de Navarra, Cataluña y el sur de Francia. El objetivo proclamado por el mismo proyecto es "conocer la historia desde el lugar donde sucedió" con una iniciativa especialmente dirigida a los y las jóvenes.

La ruta es una actividad de verano becada y está impulsada económicamente por el Instituto de la Juventud de España (INJUVE); el Observatorio Europeo de Memorias (EUROM), grupo de investigación vinculado en la Universitat de Barcelona; el Instituto Navarro de la Memoriay Be wild be proud, una asociación que propone formas alternativas de viajar y de conocer los destinos turísticos y que hasta ahora ha colaborado en aspectos organizativos y logísticos. Durante la ruta cuentan también con el apoyo y la colaboración de las poblaciones por donde pasan, como el caso de Bera (Navarra), de Oix (Cataluña) y de entidades memoriales como FFREEE (Francia) o Amical Antics Guerrillers de Catalunya, entre otros. En cada territorio se centran en diferentes aspectos históricos. En Navarra, región que quedó bajo control de los golpistas y donde la situación política era muy polarizada, se trabaja especialmente la dura represión contra los militantes de las organizaciones de izquierdas. En Cataluña y sudeste de Francia se pone el foco en la retirada republicana al final de la guerra y el inicio de lo que se iba a convertir finalmente en un largo exilio.

El proceso de selección de los participantes se hace mediante la presentación por parte de los candidatos/se de un video de dos minutos o una redacción de una página donde explican sus motivaciones para participar en la ruta y la elaboración de una propuesta de proyecto creativo, un trabajo multidisciplinar sobre el cual la organización propone un tema genérico que se comprometen a llevar a cabo como resultado de su participación en la ruta. Por ejemplo, este 2024 estuvo dedicado a la materialidad de la memoria y se proponía que las persones participantes se centraran en propuestas creativas sobre objetos relacionados con los hechos sucedidos. La selección que se lleva a cabo búsqueda equilibrar tanto los orígenes geográficos (las diferentes Comunidades Autónomas de España), el género, la composición socioeconómica, historias e intereses personales, etc., con el objetivo de ser lo más fiel posible a la realidad y la diversidad humana, social y cultural del país. Se pone mucha atención los contextos de donde proviene el y la candidata para que pueda aprovechar el máximo las experiencias que vivirá durante las dos semanas que llevará la ruta y en que puede aportar y enriquecer después a su propio entorno de origen. Durante la ruta se hacen asambleas, dinámicas de participación, se reparten las tareas cotidianas y se trabaja con la voluntad de crear colectividad.

Conversamos sobre esta iniciativa que combina ocio juvenil y recuperación de la memoria democrática con Anna Pastor Roldán (Hospitalet de Llobregat, 1993), historiadora que ha estudiado el movimiento libertario, especialmente durante la Guerra de España, que ha trabajado como documentalista en la Fundación Anselmo Lorenzo y en el Memorial Democràtic de Catalunya y desde el 2022 es coordinadora pedagógica del proyecto Ruta al Exilio.

 

¿Cómo surge el proyecto Ruta al Exilio?

La idea surge de la mano de dos compañeros, Eduardo Granados i Pedro Bolea, después de participar de un encuentro transfronterizo de jóvenes organizado por  EUROM. En aquel momento, estaban al orden del día los debates que se dieron alrededor del movimiento independentista de Cataluña y su relación con el resto del Estado. Ruta al exilio quería ser una propuesta que podría responder en positivo a aquel momento político de enfrentamiento que se vivía alrededor del 2017. Se partía de la constatación que este proceso político, más allá de la legitimidad de las diferentes posiciones, era un factor de confrontación también entre quien desde posiciones de izquierdas defendíamos e impulsábamos la recuperación de la memoria democrática. Se pensó que el pasado de la República, la lucha antifascista durante la guerra, las vicisitudes del exilio republicano y la resistencia antifascista, representaban un patrimonio compartido entre todos los pueblos de España y un lugar de reencuentro ideológico que servía para superar los enfrentamientos provocados por el conflicto alrededor de la cuestión nacional, sobre todo entre aquellas personas que partían de posiciones progresistas, de izquierdas o revolucionarias. El EUROM apoyó la propuesta, pero fue el impulso económico que llego con la implicación del INJUVE el que permitió poner en marcha el proyecto de la ruta en 2021.

Fuente: Ruta al Exilio. 

¿Y como ha evolucionado esta experiencia en los siguientes años?

En un principio el primer año el formato era preferentemente más senderista, pero a partir del 2022 se empezó a preparar un guion pedagógico más trabajado, a darle importancia en los aspectos educativos y a elaborar más los contenidos históricos y memoriales. El 2023 se decidió convertir el proyecto en la asociación "Ruta al Exilio", destacando su carácter de entidad de memoria juvenil, convirtiéndose en la que seguramente es la primera asociación en España que une jóvenes alrededor de la memoria democrática.

Lo que nos explicas es muy positivo, porque una de las preocupaciones de las entidades de memoria es el envejecimiento natural de sus miembros. ¿Qué crees que pueden aportar grupos juveniles organizados como asociaciones memoriales?

Más allá del necesario relevo generacional que esto implica, también supone una aportación nueva a los discursos alrededor de la memoria. Ya no se trata solo de evocar el pasado desde la herida (aunque la podamos sentir), ni de construir el relato solo a través de la figura testigo, de las mujeres y hombres que sufrieron aquellas situaciones, sino de permitirnos llevarlo a cabo haciendo hincapié en los elementos políticos de aquel pasado que se vinculan y dan sentido a las luchas del presente. Queremos que las jóvenes que participen en Ruta al Exilio, aparte de conocer los hechos históricos y sus protagonistas, sean conscientes de las luchas políticas y de los valores que estaban en juego en aquel momento y que críticamente los hagan suyos como herramientas útiles para su día a día.

Entendemos que hay objetivos memoriales que, gracias al trabajo ingente que han llevado a cabo las entidades durante las últimas décadas, ya forman parte de las políticas públicas y, en parte, se están cumpliendo, con todos sus defectos y carencias: hay una ley de memoria, existen bancos accesibles de testigos, continúan creciendo los mapas de fosas, se ha llevado a cabo la señalización de lugares de memoria, etc. Pero nos gustaría ir más allá y que nuestra generación priorizara sobre todo el valor intrínseco de aquellos proyectos políticos y de emancipación que hemos heredado del pasado. La memoria tiene por sí misma una gran capacidad de transformación social cuando es capaz de conectarnos con los proyectos emancipatorios del pasado. El luto y la conmemoración de un pasado trágico ya no ha de ser el único motor que nos mueva. Sería muy agotador emocionalmente para los y las jóvenes que nuestra ruta fuera un constante referenciar momentos de dolor, de muerte y de derrota. Y, por otro lado, esto no es muy alentador ni nada movilizador. Por eso en las historias que explicamos durante la ruta, muchas sin duda de dolor y sufrimiento, las acompañamos siempre con un colofón de esperanza y dónde valoramos la lucha que libraron sus protagonistas para transformar sus vidas y conseguir un futuro mejor.

Me parece muy interesante tu planteamiento. Por otro lado, muchas veces se repite una letanía lastimosa: vamos tarde, vamos tarde,… Ciertamente, no podemos volver atrás y hacer a aquellos luchadores el homenaje que merecían en vida, pero al mismo tiempo estamos en un buen momento para poder mirarnos aquel pasado con ojos críticos y superar ciertos debates y contradicciones a la vez que recuperamos todo aquello que nos sirva políticamente para el presente y para el futuro.

Sí, pienso que es necesario. Ya no están los protagonistas y nuestros testigos son mayoritariamente "de segundas", hijos/as y nietos/as de personas exiliadas, represaliadas, de resistentes, de maquis(guerrilleros),… pero ahora tenemos acceso a mucha documentación que años atrás era más difícil o casi imposible tener a mano. Por eso incido en que nuestras rutas cuentan tanto con ‘memoria’, cuando situamos los elementos más subjetivos y vivenciales, como con ‘historia’, cuando divulgamos desde los documentos y hechos contrastados de la época. También los enseñamos a hacer investigación histórica y los mostramos la riqueza de analizar el pasado con "fuentes primarias". Evidentemente, también nos permitimos hablar de cuestiones con trascendencia ética: discutimos sobre el uso de la violencia y los contextos en que se dieron o a reflexionar sobre nuestra identidad y el uso político de las fronteras.

En términos políticos nos situamos claramente en el terreno del antifascismo y no aceptamos los discursos equidistantes que se esconden detrás de la idea de "la guerra fratricida". No evitamos explicar los crímenes que se produjeron en la zona republicana, y hablamos claramente por ejemplo del anticlericalismo y sus consecuencias, pero no podemos aceptar que se equipare la lucha de un gobierno democráticamente escogido ni de los revolucionarios que se defendieron con las armas con aquellos que, con apoyo de las potencias fascistas, llevaron a cabo un golpe militar para derribar el gobierno y matar la revolución. En esto queremos ser muy claras: toda persona se merece un respeto y un trato digno, pero no necesariamente las ideas que defendía. No podemos equiparar a aquellos que lucharon por la libertad, la igualdad social y la democracia con aquellos que querían instaurar una dictadura fascista y que vulneraban los derechos más básicos de los seres humanos. Esto es algo que queremos transmitir a los y las participantes en la ruta.

Fuente: Celia Dosal | Ruta al Exilio. 

Desde Alba Sud trabajamos para repensar y hacer propuestas de prácticas turísticas alternativas y con una visión postcapitalista. ¿Ves posible entender una propuesta de ocio juvenil, como es la Ruta al Exilio, dentro del marco de esta posible transformación que hay que abordar también en el turismo?

Creo que tenemos derecho a conocer nuestro territorio y nuestra historia. Sobre todo esto está aún más claro cuando lo pensamos desde sectores sociales que no hemos tenido oportunidad de crecer andando por las montañas, haciendo senderismo, etc. Pisar los caminos del exilio y la resistencia y hacerlo en comunidad nos permite crear un vínculo entre nosotros y con la historia. Simultáneamente habrá un recuerdo, un aprendizaje y un vínculo emocional en aquel punto concreto donde sucedieron los acontecimientos. Esto es muy central para el proyecto de Ruta al Exilio. Son momentos y lugares que queremos que sean evocadores para los y las ruteras. Que el recuerdo personal que tendrán de aquellos instantes evoquen toda una serie de conocimientos y valores que difícilmente se pueden conseguir cuando se estudian en el aula. ¡Cuidado!, es muy importante que la memoria entre de forma decidida a los currículums escolares, pero hacen falta vivencias, como la que puede proporcionar la ruta, que acompañen y fortalezcan estos conocimientos académicos.

También, y esto que diré ahora quizás es más etéreo, pero caminar por estos lugares nos permite una experiencia trascendental, hacernos conscientes de algo que va más allá de nuestra individualidad, que nos conecta con un pasado y una dimensión de ideas, valores y proyectos colectivos que están por encima de nuestras preocupaciones más personales. Durante dos semanas los y las jovenes viven en la ruta una experiencia que les mostrará que hay un mundo que va más allá de sus preocupaciones individualistas, un mundo de compromiso político y de lucha colectiva para transformar la sociedad. Incluso esto es positivo para nuestra salud mental, puesto que nos ayuda a salir de bucles autorreferenciales donde nos tienen inmersos los estilos de vida hegemónicos, donde parece que todo se mueve alrededor de una individualidad aislada que tiene que resolver en solitario todos sus problemas. Establece un equilibrio saludable y una conexión entre lo personal y lo colectivo, una esfera que nos hace sentir parte de una cosa más grande que nosotros mismos. Respondiendo más en concreto a que lo me pides: esta sería la “práctica turística” emancipadora que queremos que sea la Ruta al Exilio.

¿Qué futuro te gustaría para la Ruta al Exilio?

Me gustaría que el proyecto de los campamentos de verano se consolidara y tuviera continuidad. Que la juventud española tenga la oportunidad de participar en una experiencia que le permite conocer la historia de su territorio y conectar con los valores y las ideas de nuestro pasado antifascista. Por otro lado, querría que Ruta al Exilio se consolidara como asociación juvenil de memoria democrática. Pienso que esto es una valiosa aportación al movimiento de la memoria, sobre todo porque refuerza un abordaje de la cuestión que va más allá del recuerdo y la conmemoración. Una tarea que ha sido muy necesaria, pero en estos momentos resulta insuficiente para llegar a los y las jóvenes. También tenemos que tener en cuenta que continuamos sufriendo una ofensiva de las derechas contra las políticas públicas de memoria y vemos lo que está pasando en las comunidades autónomas donde gobiernan. Una asociación como Ruta al Exilio, trabajando desde el conocimiento y la difusión y dentro del marco de las actividades de ocio juvenil puede ser muy útil para combatir estos ataques y revertir la situación.

 

 

LÍMITES ECOLÓGICOS DEL TURISMO

El blog de Raül Valls

Sobre la búsqueda de alternativas en los límites ecológicos de las actividades recreativas

Licenciado en Filosofía por la UAB, miembro de Alba Sud, del Centro para la Sostenibilidad Territorial y activista en defensa del territorio, sindicalista de CCOO y lector incansable de las diversas tradiciones de emancipación de la humanidad. En este espacio pretendo crear un espacio de reflexión, duda y conocimiento para entender la crisis actual y buscar alternativas posibles que pongan en cuestión la idea de progreso imperante. Acercar los viejos y los nuevos movimientos sociales difundiendo propuestas que los fortalezcan y que faciliten una nueva hegemonía social. Trabajar por una transición hacia un vida colectivista y una manera diferente de entender y entendernos con nuestro entorno natural.

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