Los gobiernos de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá están negociando, con un secretismo total, una Asociación Transatlántica para la Inversión y el Comercio, que, entre otras cláusulas, puede facilitar la aplicación del sistema conocido como fracking por el extracción de combustibles fósiles. Diversas entidades ecologistas han publicado el informe Fracking, un pozo sin fondo, donde se denuncia que el nuevo Tratado da ventajas al sector privado sobre los gobiernos a la hora de aplicar este sistema.

Hemos querido conocer más a fondo estas denuncias y por eso hemos contactado con el geólogo Llorenç Planagumà, coordinador del Centre per la Sostenibilitat Territorial (CST) y miembro de Alba Sud.

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¿Por qué se apuesta ahora por fracking?

Se ha podido poner en práctica a partir del encarecimiento del precio del barril de petróleo y que esto haya hecho "relativamente" rentable practicar el fracking. El fracking consiste en una perforación del terreno primero vertical y después horizontal. Se gira la cabecera del pozo y a partir de ahí inyectan elementos químicos, arenas, una sopa bastante contaminante, y fractura la roca para liberar el petróleo o el gas que pueda tener. Es muy limitado. Extraes allí donde no llega el pozo y no puedes extraer más allá. Y esto hace, junto con que la técnica es compleja, que la rentabilidad sea muy baja.

El Tratado Trasatlántico de Libre Comercio e Inversión se está negociando en la oscuridad pero os teméis que facilite la imposición del fracking, pese a la oposición de las entidades medioambientales. ¿Qué informaciones tenéis de lo que se cuece en las negociaciones entre los gobiernos de la Unión Europea y los Estados Unidos?

El Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea, los Estados Unidos y Canadá, es bastante farragoso y complicado, y por eso se hace de manera oculta, para intentar "colarlo". Pero básicamente lo que sabemos es que puede llegar a afectar la soberanía los Estados. Si con el euro tenemos poca soberanía, con la firma de este Tratado aún tendríamos menos.

La Asamblea francesa aprobó una moratoria y prohibió el fracking. Las empresas transnacionales, amparadas por este Tratado de Libre Comercio, pueden solicitar un arbitraje internacional para ver su se les impide aplicar el fracking. Si el arbitraje se resuelve favorablemente a las empresas transnacionales, los Estados las tienen que indemnizar. Es una pérdida de soberanía, evidentemente. Y no sólo afectaría al fracking. El Tratado pone al mismo nivel a los Estados y a las empresas transnacionales.

Los Estados Unidos aplican el fracking y están consiguiendo cada vez más autonomía en la producción de combustibles. ¿Es con este argumento que quieren convencer a Europa que también lo aplique?

Esta es la propaganda que hacen las grandes empresas transnacionales de lo que extraen mediante fracking, pero los datos ya lo están desmintiendo. Es una burbuja que ya se está desinflando. Y hay gente que está perdiendo mucho dinero. Las empresas transnacionales habían hecho ver que había grandes reservas y las habían vendido y ahora los fondos de riesgo ven que no es así.

Una información reciente explica que las reservas en California sólo son el 98% de lo que habían contado. Habían hecho paquetes, las agencias de calificación las habían certificado con una triple A, y ahora resulta que no era cierto. Volvemos a estar ante un tipo de burbuja con la misma práctica financiera que generó el problema de las hipotecas "subprime".

Como geólogo y mirando las reservas puedo decir que se sabe científicamente que los Estados Unidos no conseguirán nunca la soberanía energética y que lo que intentan hacer es vender esta técnica en Europa. La técnica es de empresas de los Estados Unidos, como Halliburton, y quieren que los europeos apostemos por ella para que vengan aquí a aplicarla, aunque las reservas sean limitadas. Mientras hecen el negocio de hacer pozos, especular y vender humo.

¿Y el gobierno español qué dice ante todo esto?

El Gobierno apoya a las grandes empresas transnacionales, ve el fracking como una posibilidad de futuro energético y favorece la especulación. Cuando hablamos con colectivos ecologistas de Estados Unidos los solemos decir que en Cataluña, el fracking sólo beneficia a unos cuantos, unos pocos, y al final lo acabaremos pagando entre todos. Es el beneficio de unos pocos y el riesgo de muchos.