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Cualquier persona sensible al espíritu de nuestro tiempo sabe de las enormes dificultades para hacer evidente ante la comunidad en la que vive la urgencia también desde la realidad cercana de cotejar amenazas globales como el cambio climático. Quizás ya (casi) nadie niega la existencia y potencial altamente destructivo en cualquier lugar pero, paralelamente, parece que - en ausencia de algún impacto cotidiano visible allí donde uno vive - bien podríamos clasificarlo como un "tema" preocupante, que requiere soluciones internacionales y que, en todo caso, puede ser pospuesto ante situaciones de emergencia como la crisis económica y la precarización y empobrecimiento de amplios sectores de las antiguas clases medias y obreras.

Incluso en ámbitos de afectación tan directa y colosal como el turismo, la cuestión del clima prácticamente no merece la más mínima atención. Hemos hablado a menudo desde Alba Sud de por qué el turismo es un caballo de Troya privilegiado del camino hacia el caos climático y también de los impactos de esta nueva normalidad climática en los principales "destinos" turísticos del Planeta. La cuestión da miedo, el analfabetismo ambiental está muy generalizado entre las élites pero también entre la inmensa mayoría de activistas sociales, hay poca práctica de generación de alternativas democráticas populares capaces de conjugar una democratización de los beneficios del turismo con una estrategia de seguridad climática a escala local y regional.

Desde el pensamiento ecológico y antropológico, hace décadas que se nos recuerda, con excelencia pero con un poco éxito inquietante, que la Humanidad presenta un evidente problema de percepción de la realidad cuando hay dificultades. Respondemos con las rutinas y modelos de ayer ante retos nuevos. A menudo, en los cruces decisivos, no somos capaces de detectar la situación en la que nos encontramos y que todo lo que tenemos delante podría desaparecer a una velocidad impensada. Es lo que ocurrió con la colonización humana en la isla de Pascua, como argumentan brillantemente Clive Pointing en su “A Green History of the World: The Environment and the Collapse of Great Civilizations” (1991)” o Jared Diamond en “Col·lapse. How Societies Choose to Fail or Succeed” (2005).

ClimateCentral.org: herramientas para hacer pedagogía

Recientemente ha aparecido una nueva herramienta para hacer pedagogía de lo que se nos cae encima a raíz del asalto contra el clima por parte del industrialismo capitalista. Y para empoderar, como nunca antes, aquellos activistas y comunidades locales y regionales que defienden el clima común como prioridad clave. Tiene que ver con el avance tecnológico, como tantas veces también en nuestra historia como especie, si bien no puede explicarse sin el compromiso filantrópico de sus fundadores, que podrían haberse dedicado a acumular patentes de videojuegos.

Desde Alba Sud queremos llamar su atención por los mapas digitales que genera la ONG ClimateCentral.org. Se trata de una organización sin ánimo de lucro dirigida "solo" a suministrar información de alto valor científico para vertebrar a comunidades democráticas informadas sobre climatología, energía, el aumento del nivel del mar, los incendios, las sequías y otros temas con los que conectan. No es partidista ni promueve ningún tipo de políticas concretas pero los científicos y periodistas que promueven la plataforma se esfuerzan por ofrecer datos cruciales en formato legible y reconocibles para la mayoría de la Humanidad.

La ONG es estadounidense y tiene su sede en Princeton, Nueva Jersey. Lejos de ser un centro de radicalismo, en su comité directivo conviven expertos en gestión del clima desde parámetros “posibilistas” (más etanol, más eólica, secuestro generalizado del cabono,...) como Stephen Pacala; Jane Lubchenco, administradora de la prestigiosa agencia federal National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), la fundación filantròpica californiana Schmidt y un conglomerado de empresas tecnológicas localizadas en Palo Alto (California).

Surging Seas

En su servidor podemos encontrar multitud de recursos. Sin embargo nos gustaría destacar la sección  “Surging Seas”.  Allí encontraremos mapas interactivos donde hacen proyecciones detalladas de cómo afecta el desajuste climático en cualquier región o zona del mundo. La participación de empresas líderes en tecnología hace que los gráficos sean de una gran calidad y detalle en la línea de los imprescindibles de Google Earth.

Para que descubráis su potencial como herramienta de empoderamiento democrático y alfabetización climática popular, desde Alba Sud os seleccionamos siete ejemplos de zonas turísticas de primer orden a nivel mundial. Como ellos mismos advierten, se trata de cálculos conservadores y que se limitan a relacionar el incremento de temperaturas (en un rango "optimista" de máximo + 2ºC hasta un pesimista, pero más realista, de + 4ºC) y el aumento del nivel del mar para el período desde 2050 hasta 2100.

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