18-12-2020
Cozumel: tripulantes de cruceros en tierra firme
Erick David García González | Alba Sud¿Quiénes son los tripulantes de cruceros? ¿Cómo influye su comportamiento en los puertos de llegada? A partir de su estudio en esta isla del caribe mexicano se analizan las dinámicas que han facilitado un mayor atractivo e interacción de los tripulantes con la población local.
Crédito Fotografía: Erick David García González
Antes de la emergencia sanitaria que la sociedad enfrenta en la actualidad, las firmas de cruceros podían considerarse un ícono del turismo convencional, que fomentaban la movilidad de aproximadamente 30 millones de personas y que tan solo en 2019 generaron ganancias por 139 mil millones de dólares a nivel global (FCCA, 2019). En gran medida, su éxito se había debido a la particularidad de contar con los mismos lujos que cualquier cadena hotelera en tierra, pero con la ventaja de ofrecer al pasajero la oportunidad de conocer distintos puertos de diferentes países en un mismo viaje.
La dimensión hedonística del turismo de cruceros ha sido probablemente lo que más se haya destacado. Incluso en la literatura académica, se hace énfasis en el estudio del comportamiento del turista de cruceros y su influencia económica en los puertos de escala. Sin embargo, se ha prestado menor atención sobre los tripulantes de cruceros, es decir, quienes trabajan para procurar el óptimo funcionamiento de los barcos, y que también satisfacen las necesidades del turista a bordo (Gibson, 2008).
Tripulantes a bordo, una aproximación
De acuerdo con el último informe de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, 2020), estas compañías sustentaban en conjunto 1.777.000 empleos, de los cuales, 223.914 eran ocupados por trabajadores dentro del barco. Dicha tripulación, y atendiendo a la lógica de la jerarquización empresarial, puede clasificarse en tres grupos distintos: a) jerarquía alta, compuesta por capitanes y oficiales; b) jerarquía media, ocupada por animadores, artistas y staff y c) jerarquía menor, constituida por puestos operativos y de mantenimiento.
Dentro de un crucero, la fuerza laboral proviene de distintas partes del mundo. Sin embargo, parece haber una tendencia del país de origen en función del puesto que el tripulante desempeñe. Así, los capitanes y oficiales normalmente son de Norteamérica y de Europa Occidental (Estados Unidos, Reino Unido, Italia); los artistas, animadores y staff suelen provenir de Europa del Este (Croacia, Rumania, Ucrania) y el personal operativo y de mantenimiento, de países en vías de desarrollo de Asia y América Latina (Filipinas, Indonesia, México, Perú). Aunado a ello, parece existir también una diferenciación en cuestión de los beneficios para la tripulación, ya que los ingresos y comodidades a bordo son superiores para la jerarquía alta, estos se reducen un poco para el caso de la jerarquía media, y resultan menores para personal de mantenimiento y operativo, aún cuando son ellos quienes tienen jornadas laborales más extensas, que pueden llegar hasta doce horas diarias (Wu, 2005; García y González, 2018).
Cozumel, emblema del turismo de cruceros en el mundo
Cozumel es una isla del caribe mexicano que desde hace años puede calificarse como un referente del turismo de cruceros. Ya desde principios de la década de los setenta del siglo pasado, la isla recibía la visita esporádica del crucero Ariadne; pero la inclusión de este puerto de escala dentro del itinerario fijo del trasatlántico Bolero en 1974, detonó el interés por parte de distintas firmas de cruceros en la isla. A partir de entonces, el atraque de cruceros se ha convertido en parte de la cotidianeidad de la población cozumeleña (Martínez, 2008).
Mapa 1. Ubicación de la isla de Cozumel
Fuente: Elaboración propia
Al menos hasta 2018, podía considerarse a la isla como el destino de cruceros con mayor demanda a nivel mundial al recibir más de 3.487.800 pasajeros solamente en ese año [1]. De éstos, 676.300 resultaron ser tripulantes, cantidad que también hacía figurar al destino como el preferido por este sector. Si bien podría abogarse que el puerto de escala resulta de interés tanto para turistas como trabajadores de cruceros por los atractivos y los paisajes que la isla ofrece, se pueden describir además muchos otros motivos con los cuales justificar la predilección por parte de estos últimos hacia Cozumel.
¿Por qué Cozumel es tan llamativo para el tripulante?
La relación entre el tripulante de crucero y Cozumel ha sido positiva desde sus inicios, y esto en gran medida se debe a los lazos que han construido con los residentes locales [2]. A partir del arribo constante de cruceros, los trabajadores (sobre todo los de origen asiático) comenzaron a desembarcar en búsqueda de algo para comer. Sin embargo, la mayoría deseaba platillos de su país de origen, por lo que algunos restaurantes locales permitieron en un principio que hicieran uso de sus cocinas con el fin de que ellos mismos prepararan sus alimentos, para posteriormente aprender de ellos y comenzar a abrir restaurantes especializados. Actualmente, es común encontrar tripulantes comiendo en diversos establecimientos de cocina filipina, indonesia, hindú, rumana, italiana o peruana, entre otras, en el centro o el mercado municipal de la isla.
Fuente: Elaboración propia
El wi-fi se ha vuelto también una razón importante por la cual los tripulantes pasan tiempo libre en la isla. Debido a que el costo del Internet por hora es muy costoso en los barcos, es común encontrarlos haciendo uso de una tablet o de su teléfono móvil para comunicarse con algún ser querido mientras comen. Por ello, no es de extrañar que muchos negocios ofrezcan wi-fi gratuito para ellos.
Otra ventaja que observan los tripulantes sobre otros destinos, es que los centros comerciales se encuentran muy cerca de los muelles donde atracan los cruceros. Así, ellos aprovechan para comprar objetos para autoconsumo y aseo personal, o asistir a peluquerías y centros de belleza. Incluso muchos de ellos optan por realizar consultas médicas y dentales, ya que en Cozumel existen hospitales y consultorios con los que las navieras tienen convenios de descuento para sus trabajadores.
Si bien es cierto que los tripulantes también compran suvenires y aprovechan los atractivos turísticos de la isla como cualquier visitante, también es una realidad que las actividades que realizan dependen en gran medida de la posición que ocupan en el barco. De esta manera, capitanes y oficiales, tienden más a realizar actividades como bucear, jugar golf o comer en restaurantes más exclusivos; el staff y artistas prefieren ir a clubes de playa, nadar con delfines e ir a spas; mientras que operativos y personal de mantenimiento suele limitarse a comer, comprar suvenires e insumos y rondar por el centro y el malecón, situación que claramente se relaciona con el ingreso percibido y la cantidad de tiempo libre disponible.
Fuente: Elaboración propia
Sumado a la evidente diferenciación de las actividades realizadas por tripulantes y turistas, es necesario comentar que, mientras el turista de cruceros realiza una visita esporádica en Cozumel (misma en la que tiende a adquirir los tours ofrecidos por las navieras y por ende, tener un contacto mínimo con los residentes), la tripulación tiene la oportunidad de desembarcar una vez por semana, al menos durante 8 meses, lo cual les permite generar una relación más estrecha y frecuente con los locales [3]. Al menos para el caso de Cozumel, esto ha permitido el nacimiento de amistades duraderas, e inclusive, la formación de matrimonios y familias entre ellos, mostrando con ello que influyen en el destino más allá de los términos económicos.
Reflexiones finales
En la actualidad, las navieras de cruceros (al igual que prácticamente todos los nichos de turismo) enfrentan la crisis causada por la COVID-19. Al respecto, el panorama luce poco alentador. Si se toma en cuenta que uno de los protocolos principales para evitar el contagio del virus es mantener la distancia, esta será muy complicada de mantener en alta mar. Si bien al paso de los años se construyen barcos de mayores dimensiones, también ha incrementado su capacidad para albergar pasajeros; y esto reduce el espacio libre y representa un riesgo sanitario tanto para turistas como tripulantes que puede tener serias consecuencias, una situación muy bien explicada por Teberga (2020). Quizás un giro de enfoque en cuestión de la distribución de espacios podría resultar positiva para todos los involucrados a bordo en un futuro.
La descripción sobre el comportamiento de los tripulantes en la isla de Cozumel, invita a la reflexión sobre el importante papel que juegan no sólo dentro, sino también fuera del barco, dejando en claro que han tenido influencia en la construcción sociocultural de la isla y que guardan una relación más cercana con los residentes locales, algo que no se refleja en el caso de los turistas que pasean en estos navíos. Esto debe ser tomado en consideración por parte de investigadores y gestores de otros destinos, a fin de poder indagar en las dinámicas que llevan a cabo en distintos puertos de escala y darles el reconocimiento que merecen como actores relevantes en el turismo de cruceros.
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