23-08-2021
Acción sindical frente al acoso sexual y la violencia de género en la hostelería
Ernest Cañada | Alba Sud
Crédito Fotografía: Unite Hospitality.
Las trabajadoras de la hostelería en el Reino Unido tienen que hacer frente a situaciones de acoso sexual en el trabajo de forma habitual, algo que no resulta tan extraño en el sector, en especial en la restauración (Ram, 2018). Así lo revelaba una encuesta promovida por el sindicato Unite Hospitality en 2018. Realizada a unas trescientas personas, la encuesta indicaba que el 89% de las trabajadoras de bares, restaurantes, discotecas y hoteles había sufrido como mínimo un episodio de acoso sexual a lo largo de su vida laboral y el 84,7% aseguraba haber sido testigo de hechos de este tipo vividos por otras compañeras. Esto sería tan común que se habría convertido en un hecho completamente normalizado en el sector. Los resultados de la encuesta también mostraron que un 56,3% habrían sido víctimas de acoso por parte de algún cliente y el 22,7% por parte de algún superior de la empresa. Asimismo, al menos la mitad de las empleadas que fueron acosadas afirmaron que la experiencia las hizo sentir inseguras en su lugar de trabajo. Las trabajadoras también manifestaban su absoluta falta de confianza en sus jefes ante estos hechos, y acusaban a los empresarios de falta de protección ante abusos habituales. De hecho, el 77% de las consultadas afirmó que en su empresa no existía una política de acoso sexual, o no la conocía (Topping, 2018).
La hostelería es un sector con fuerte presencia de mujeres. Sus trabajadoras tienen bastantes probabilidades de encontrarse con un entorno laboral en el que coincidan bajos salarios que deben complementar con propinas, contratos precarios, trabajo por turnos, horarios que pueden terminar a altas horas de la noche y en el que la presencia del alcohol sea lo común. En sociedades fuertemente machistas, este tipo de factores deriva en mayores riesgos de sufrir situaciones de acoso sexual y violencia de género (Lee, 2021; Moreno y Cañada, 2018).
Reactivación post-COVID: la situación empeora
La reactivación de la hostelería, después de meses de cierre impuesto por las medidas de prevención sanitaria a causa de la pandemia de COVID-19, no ha ido acompañada de mejoras para sus trabajadoras. Al contrario, las situaciones de violencia y acoso sexual parece que se han incrementado por la contrariedad de parte de la clientela a aceptar las nuevas normativas gubernamentales, como la hora de cierre de los bares y pubs. Así lo aseguró, por ejemplo, Stephen Montgomery, representante del Scottish Hospitality Group, en su comparecencia ante la Comisión de Economía, Energía y Trabajo Justo del Parlamento escocés a finales de 2020 (Donnelly, 2021). El testimonio de la encargada de un pub de Edimburgo, recogido por la prensa local, alertaba también de este ascenso de la violencia. Así, esta trabajadora que se mantuvo en el anonimato, con más de seis años en el sector, explicó que renunciaba porque no podía soportar más las situaciones de acoso sexual y amenazas de violencia y agresión. Este comportamiento habitual se habría acentuado en especial en el momento de cierre, a las 22:30, establecido por el Gobierno escocés, más pronto de lo que habitualmente se hacía antes del confinamiento en este tipo de establecimientos (Mackie, 2021).
Fuente: CitizenM hotels.
Una encuesta realizada en Escocia a finales de 2020 por Strathclyde Business School (SBS) de la Universidad de Strathclyde en Glasgow confirmaba que en la hostelería se estaba produciendo un incremento significativo de comportamientos abusivos y maltrato por parte de los clientes hacia el personal de esos establecimientos, en particular mujeres (Baum, 2021).
En marzo de 2021, a raíz de la desaparición, secuestro y asesinato a manos de un agente de policía de Sarah Everard, una mujer de 33 años, en Brixton, al sur de Londres, cuando regresaba a su casa, se produjo una ola de protestas contra la violencia de género. Miles de mujeres en el Reino Unido denunciaron en redes sociales la situación de inseguridad que viven en las calles por las noches. A todo esto, que ponía en evidencia un estado de preocupación muy extendido, la brutalidad policial contra mujeres en una de las concentraciones de protesta el 13 de marzo en el parque de Clapham Common en Londres acentuó la indignación social. Estos hechos dieron lugar a una nueva oleada de concentraciones y protestas de organizaciones feministas en las que denunciaron la interrelación entre la violencia patriarcal y la del Estado (Carpintero, 2021a).
#NoOnTheMenu
La gravedad de este ambiente motivó que el sindicato Unite Hospitality centrará desde 2018 su atención en la acción contra la violencia de género y en particular contra el acoso y los abusos sexuales sufridos por trabajadoras en un contexto laboral (Carpintero, 2021b). La campaña #NoOnTheMenu puso el foco de atención en la denuncia de la situación específica que estaban viviendo las trabajadoras de la hostelería y exigir una mayor protección por parte de sus empleadores. Iniciada antes de la pandemia, ahora, con un mayor deterioro de la situación, se ha convertido en uno de los ejes centrales de la actividad sindical.
Después de la encuesta realizada en 2018, el sindicato elaboró la Carta de la Hospitalidad Justa [Fair Hospitality Charter], en la que exigía al empresariado de la hostelería una política de tolerancia cero ante el acoso sexual y medidas de protección específicas a sus condiciones laborales, como transporte pagado después de medianoche para poder regresar a casa con seguridad. Además, se incluyeron una serie de reivindicaciones más amplias para reducir la precariedad en el sector, que refuerza la vulnerabilidad de las trabajadoras ante las situaciones de acoso. Entre estas demandas destaca la exigencia de un salario digno, igualdad salarial para los trabajadores jóvenes, un contrato de horas mínimas, la consulta sobre los cambios de turno, el pago del 100% de las propinas y posibilidad de organizarse sindicalmente. De este modo, se vinculaba la necesidad de un trabajo digno para poder abordar cuestiones de seguridad en los lugares de trabajo (Carpintero, 2021b).
Para Caitlin Lee, trabajadora de la hostelería y presidenta de Unite Hospitality en Glasgow, la forma de atajar la situación de acoso sexual y la violencia en la hostelería, que considera endémica, es fortalecer la participación y empoderamiento de las mujeres en los sindicatos, y exigir una política de tolerancia cero en las empresas, que implique tanto a clientes como colegas (Lee, 2021).
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