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Artículo de Opinión | Turismo Responsable

10-11-2022

COP27 en Sharm El-Sheikh beach resort

Macià Blázquez | Alba Sud

La 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se reúne en Sharm el-Sheij, Egipto, del 6 al 18 de noviembre de 2022. ¿Qué cabe esperar de este nuevo encuentro? ¿Qué tiene eso que ver con el turismo, más allá de la elección de un enclave turístico en la península del Sinaí para celebrarlo?


Crédito Fotografía: Macià Blázquez.

¿Para qué se reúne la Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP) por veintisieteava vez en Egipto? ¿Qué tiene eso que ver con el turismo, más allá de la elección de un enclave turístico en la península del Sinaí para celebrarlo? ¿Será por la relación entre la contribución al calentamiento global de los mandatarios participantes desplazados hasta allí en jets privados o por sus playas arrecifales amenazadas por la acidificación y la subida del mar a raíz del cambio climático?

Después de los acuerdos del Protocolo de Kyoto de 1992, se han organizado 27 reuniones de las partes sobre el Cambio Climático. El Sexto informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) ha constatado el su vínculo al incremento de frecuencia de olas de calor, inundaciones, incendios forestales, sequías o la acidificación del océano.

También se han presentado evidencias científicas de la huella de carbono global del turismo, contribuyendo al 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta relación causal también es de vuelta, dado que el calentamiento global de origen humano repercute negativamente en la actividad turística. Los resultados de estudios del Laboratorio Interdisciplinario sobre Cambio Climático de la Universitat de les Illes Balears (LINCC-UIB) muestran que el aumento proyectado de la temperatura y del nivel del mar hará más vulnerable la economía de las Islas Baleares, por ser ésta altamente dependiente del turismo. La superficie disponible de playa por habitante y turista es un buen indicador de dicha dependencia. Según el Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos de Mallorca, el resultado de volcar la totalidad de población potencialmente presente en el pico estival (1.450.000 personas) sobre las 222 playas existentes implicaría una ratio teórica de 1,68 m2/persona. Dado que la subida del nivel del mar agravará la erosión de las playas, la amenaza sobre este recurso económico es alarmante y hace urgente aplicar medidas de mitigación y adaptación.

Las medidas de mitigación persiguen garantizar un incremento de la temperatura global por debajo de 1,5 ºC, reduciendo las emisiones contaminantes. Este escenario es el más optimista y el IPCC o la propia organización de la COP27 lo consideran un objetivo inalcanzable. Mientras que las medidas de adaptación persiguen el objetivo de reducir nuestra vulnerabilidad a los efectos nocivos del cambio climático (como la transgresión del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos o la inseguridad alimentaria), en especial a les comunidades más frágiles. Estas mismas son las principales demandas de las organizaciones sociales en la COP27.

¿Qué medidas podemos adoptar en la actividad turística para mitigar el cambio climático? El decrecimiento turístico ha avanzado ya en esta línea, proponiendo contraer y hacer converger el caudal de energía y materiales per cápita; es decir, mejorando la igualdad entre clases sociales en el disfrute de la actividad turística, de forma voluntaria y planificada. Esta definición arranca, en primer lugar, del planteamiento de soluciones en términos biofísicos a los problemas de cambio global. Pero también aborda sus raíces sociales y económicas. En esta segunda acepción, el decrecimiento aplicado al turismo plantea contribuir a salvar las diferencias sociales, dignificando las condiciones laborales mediante una mejor distribución colectiva de la plusvalía.

El cambio climático no es más que un síntoma, cuyas raíces se basan en la intensificación y en la extensión de la explotación de naturalezas (humanas y no humanas), guiadas por la acumulación de capital y mediante la apropiación privada de la plusvalía. Unas raíces que las reuniones de las Partes sobre el Cambio Climático (COP) no parecen en absoluto dispuestas a cambiar.