22-12-2022
Patrimonio y turismo: salvaguarda de los humedales rurales en Argentina
Andrés Pinassi | Alba SudLos humedales, como el caso de la Reserva Natural e Histórica Querla Lobo (Argentina), constituyen ecosistemas frágiles que son amenazados y degradados por diferentes acciones antrópicas. Actualmente, se posicionan como proveedores de servicios ambientales, lo que promueve diferentes procesos comunitarios que incentivan su uso turístico recreativo.
Crédito Fotografía: Reserva Querla Lobo. Crédito Fotografía: Jardín de Infantes Nº 902 “Dr. Carlos Cortelezzi”.
Los espacios naturales y rurales han cobrado gran protagonismo en el último tiempo, en un contexto de pandemia causada por la COVID-19, lo que provocó una transición en la movilidad y espacialidad de los individuos. La búsqueda de tranquilidad, de sitios poco concurridos, reposiciona a estos territorios como los más demandados para el desarrollo de las prácticas de ocio.
En este marco, los humedales adquieren preponderancia como proveedores de servicios ambientales y, en algunos casos, con un valor histórico e identitario para las sociedades. Actualmente, representan entre el 5 y el 7% de la superficie terrestre. Son uno de los ecosistemas más afectados y de mayor degradación. Han visto reducida su extensión en el siglo XX, a un ritmo que en el mundo se estimó entre el 64 y 75% (Benzaquén et al., 2017).
Según Pintos y Maraggi (2021), entre las principales causas de su afección se destaca la actividad agrícola-ganadera, las prácticas agroindustriales, mineras e hidrocarburíferas, los procesos de urbanización que buscan espacios singulares para su desarrollo, las grandes obras de infraestructura y, en algunas ocasiones, el turismo que realiza un consumo intensivo y escasamente regulado. Ejemplo de esto último ha sido analizado desde Alba Sud en otras oportunidades para el caso del Caribe y Centroamérica (Cañada, 2010, 2017).
A nivel internacional, este tema adquirió mayor difusión a partir de la Convención Relativa a los Humedales, celebrada en Ramsar (Irán) en 1971. Más allá de conceptualizar a estos sitios y resaltar su relevancia desde el punto de vista biológico, compromete a los Estados Parte a preservarlos y difundirlos. Argentina se adhirió en 1991, sin embargo, aún no se ha promulgado una normativa nacional que trate de manera particularizada la gestión y uso de este tipo de lugares (Pinassi, 2022b).
Fauna endémica del humedal. Crédito Fotografía: Página oficial de la reserva.
En relación con las actividades económicas desarrolladas en el espacio rural, tradicionalmente los humedales fueron considerados como “marginales” e “improductivos” (Pintos y Maraggi, 2021). Si bien esta percepción aún permanece en gran medida –comúnmente son llamados en la jerga rural como “bajos inundados”–, cada vez adquiere más fuerza su valor biológico y los beneficios que representan para la sociedad, posicionándolos como patrimonio y atractivos para un turismo más amigable y respetuoso.
En este contexto, se destaca la Reserva Natural e Histórica Querla Lobo, en Fortín Olavarría (distrito de Rivadavia), en el noroeste de la provincia de Buenos Aires (Argentina). Se gestó a través de una iniciativa comunitaria, integrada por un grupo de habitantes de la localidad rural, con el fin de rescatar su historia, vinculada a los pueblos originarios de la región, y salvaguardar los atributos naturales que alberga (Pinassi, 2022b).
Valorización patrimonial y turística en Querla Lobo
El lugar que integra la reserva se ubica en un área conformada por una laguna y sus espacios adyacentes. Ubicada en un entorno netamente rural caracterizado por la producción agropecuaria, tiene una extensión de 3.500 metros de largo por 250 metros de ancho en promedio y es atravesada por la Ruta Nacional Nº 33, que une las ciudades portuarias de Bahía Blanca y Rosario, además del acceso a Fortín Olavarría.
Querla Lobo se enmarca en la subregión Lagunas Salobres de la Pampa Interior (Kandus et al., 2017), uno de los espacios más antropizados del país debido al desarrollo de la práctica agrícola-ganadera. Particularmente, en el oeste bonaerense se identifican humedales de carácter no permanente, de poca profundidad y supeditados a las lluvias y el nivel de la capa freática. Estos sitios constituyen reservorios relevantes de biodiversidad, tanto de flora como fauna (Romano y Brandolin, 2017).
Vista del humedal desde la Ruta Nacional Nº 33. Crédito Fotografía: Andrés Pinassi.
El proceso de patrimonialización oficial, realizado a través de la Ordenanza Municipal Nº 3.039, comenzó en el año 2008 por iniciativa del profesor Alberto Orga, referente del distrito, quien impulsó la legitimación del lugar como “Sitio Histórico”. Éste constituía una “parada, un lugar de encierre de haciendas, refugio y sitio de descanso de los indígenas en su transitar por esta región” (Orga, 2010: 63).
Si bien en su momento esta iniciativa no logró mayor trascendencia y solo se limitó a la colocación de un cartel indicativo con el nombre, a partir de allí se inició un incipiente proceso de concienciación patrimonial en ciertos sectores de la población. A pesar de ello, parte de los habitantes permanecieron apáticos a esta iniciativa, hasta que luego de 13 años Querla Lobo se colocara de nuevo en el centro de la escena.
En 2020, un grupo de residentes de la localidad de Fortín Olavarría decidieron iniciar un proceso comunitario de reconocimiento del sitio como un lugar con características naturales relevantes. Según lo expuesto por Claudio Reynoso, uno de los promotores de la legitimación del humedal, “el proceso inició cuando se manifestó ante el ámbito público, la necesidad de preservar el área debido a que se estaba atentando contra la fauna del lugar a través de la caza indiscriminada, entre otras causas”.
Como resultado, en febrero de 2021, se promulgó la Ordenanza Municipal Nº 4.390, que declaró al ecosistema como “Sitio de Interés Ecológico y Natural”. A diferencia de la primera normativa, que reconocía al sitio como de carácter histórico, en este nuevo documento se enfatizó en los aspectos biológicos y los servicios ambientales que los humedales proveen.
Video: De vuelta a casa. Fuente: Municipalidad de Rivadavia (2022).
En primer lugar, se diseñó un circuito de cicloturismo denominado Rural Bike, que posibilita recorrer diferentes puntos de interés del humedal. Asimismo, se realizaron visitas guiadas de las que formaron parte los establecimientos educativos locales. El objetivo de los paseos es difundir la flora y fauna endémica, propia de estos ecosistemas, además del valor histórico.
En materia de equipamiento e instalaciones, se desarrolló una senda saludable en torno al camino de ingreso a Fortín Olavarría, uno de los puntos de contacto con el humedal. También se colocaron bancos, luminarias y se construyeron dos miradores en puntos estratégicos de la laguna, destinados al descanso, el esparcimiento y la observación de aves. También se desarrolló señalética de difusión turística y patrimonial.
Estas acciones fueron realizadas a partir del trabajo asociativo entre la agrupación comunitaria localy la Municipalidad de Rivadavia. Para Ligia Queles, jefa del Área de Turismo municipal, “la idea es agregar la reserva al programa de turismo educativo distrital, también que se incorpore un guía que difunda la importancia ecológica del lugar a través de una visita, orientada para las escuelas del partido y la región, entre otras propuestas a futuro”.
Entre logros y tensiones latentes
La legitimación del humedal como patrimonio y su gestión como atractivo para el turismo, trajo aparejado una serie de beneficios para el pueblo. Entre ellos se destacan: la preservación de un sitio con características históricas y naturales de relevancia para los locales; la configuración de un lugar de encuentro y esparcimiento, principalmente para residentes, pero también para visitantes de la región; el incentivo de un proceso de concienciación patrimonial y sensibilización turística en la localidad; y, por último, la generación de una oferta turístico-recreativa que pueda incorporarse a la promoción turística oficial del municipio.
Cicloturismo en la Reserva Natural e Histórica Querla Lobo. Crédito Fotografía: Página oficial de la reserva.
Entre los puntos de tensión, se identifica, en primer lugar, la carencia de un plan de manejo que permita la gestión ordenada del espacio natural. Ello se relaciona de forma directa con la legitimación normativa llevada a cabo, dado que la denominación de reserva natural e histórica solo fue definida de manera informal por los mismos residentes promotores de la iniciativa, con el fin de lograr una mayor concienciación. Según Claudio Reynoso, “el objetivo a partir de la denominación de fantasía fue posicionar en la región el sitio para que pudiera ser reconocido y valorado”. En este sentido, las estrategias y acciones que se llevan a cabo, se dan de manera aislada y no como parte de una planificación establecida de antemano.
En relación con los agentes participantes, cabe destacar que, si bien las dos propuestas de legitimación patrimonial, en 2008 y 2021, surgieron desde representantes de la sociedad civil, el sentido comunitario de preservación y resguardo del humedal no se produce en toda la ciudadanía. En cambio, sí adquiere mayor notoriedad el ámbito público municipal, donde a partir de diferentes iniciativas, adhiere a la propuesta y vuelve tangible diferentes proyectos de origen local.
Por último, otro punto de tensión que se observa, es con relación al desarrollo del turismo en el humedal en particular y en el distrito en general. A pesar de que esta práctica de ocio se presenta como una alternativa que podría contribuir al impulso de la localidad, no existe aún una política turística concreta en el partido de Rivadavia que contribuya a este desarrollo. Es decir, lo que adquiere fuerza desde el relato, presenta grandes dificultades para materializarse en propuestas concretas en el territorio.
Construir patrimonio y turismo “en los márgenes”
El caso analizado permite vislumbrar ciertas dinámicas socio-territoriales que adquieren protagonismo en la actualidad. Por un lado, aquellos turismos de intereses especiales vinculados al espacio natural y rural, que se presentan como una alternativa para el desarrollo de los territorios; y por el otro, el fortalecimiento de loshumedales como ecosistemas frágiles proveedores de servicios ambientales. En la Reserva Querla Lobo convergen ambas lógicas.
Mirador Querla Lobo. Crédito Fotografía: Andrés Pinassi.
Lo interesante de esta propuesta, es que se lleva a cabo en un ámbito en el que el turismo no constituye una actividad económica relevante. El mismo se supedita a algunas iniciativas de turismo en el espacio rural y turismo de pesca en lagunas de la zona. Las actividades turísticas y recreativas propuestas en torno al humedal, orientadas principalmente a un público regional, constituyen iniciativas que se erigen en los márgenes del sistema turístico (Cohen, 2005), es decir, propuestas que emergen fuera de los productos y circuitos oficiales, diseñados a nivel provincial y nacional.
A pesar de ello, el trabajo de las comunidades ligado a la valorización patrimonial y turística, se presenta como espacio de lucha, de resistencia (Pinassi, 2022a) y, a la vez, como posibilidad de resguardo y preservación de historias, identidades y valores vinculados no solo a los humedales, sino a otras formas del espacio geográfico. Constituyen una fuerza de trabajo y acción colectiva, capaz de revertir, o al menos combatir, realidades adversas y escenarios vulnerables.
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