31-08-2023
Turismo y proximidad en la Escuela de Verano de Alba Sud 2023
Raül Valls | Alba SudEn la mesa redonda participaron Nora Müller (UIB), Enrique Navarro (UMA), Jordi Gascón (UB) e Inma Díaz-Soria (UAB), y fue moderada por Macià Blàzquez (UIB/Alba Sud). En ella se abordó la imperiosa necesidad que tenemos de relocalizar en la cercanía a los lugares de residencia nuestras las formas de ocio turístico.
Crédito Fotografía: Imagen de Hermann Traub en Pixabay.
Aunque “cercano” y “lejano” son categorías ambiguas y necesariamente relativas, desde Alba Sud nos inclinamos por definir la “proximidad” turística en un límite máximo de tres horas de viaje terrestre. En cualquier caso se trataría de un desplazamiento que vamos a poder realizar en un mismo día o a lo sumo en un fin de semana. Esta acotación nos permite hacer más operativa la intervención en un debate que es fundamentalmente político y, no lo olvidemos, centrado en la necesidad de abordar la transición socio-ecológica. Esto va a excluir a formas de turismo que, forzando el término, podrían ser incluidas en esta categoría, como, por ejemplo, el viaje de retorno al lugar de origen, si supera las tres horas, o el turismo nacional o doméstico, ya que no necesariamente permanecer dentro de los límites fronterizos del propio país va a implicar en sí mismo proximidad. Tampoco va a ser turismo de proximidad el que podemos realizar manteniendo este lapso de tiempo, pero después de viajar a un destino lejano en donde generalmente vamos a llegar en avión. (Cañada e Izcara, 2021).
La mesa redonda dedicada al turismo de proximidad durante la reciente Escuela de Verano de Alba Sud tuvo lugar el pasado 19 de junio. En ella se abordaron los problemas y potencialidades que los turismos de proximidad implican. La pandemia de la COVID-19 supuso un inesperado experimento y un ensayo general extremo de lo que puede ser una sociedad obligada a disfrutar de su tiempo libre y vacacional en la cercanía. Esta experiencia forzada nos es especialmente útil para reflexionar sobre los turismos de proximidad.
Jordi Gascón, Inma Díaz, Nora Müller, Enrique Navarro y Macià Blázquez en la Escuela de Verano de Alba Sud
La primera intervención corrió a cargo de Inma Díaz, docente de a Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), a la que se le pidió que nos dibujara el estado de la cuestión del debate sobre los turismos de proximidad antes y después de la pandemia. A continuación, Nora Müller, investigadora predoctoral en la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y colaboradora de Alba Sud, se le solicitó una aproximación al turismo de proximidad desde la propuesta de la conservación convivencial de Bram Büscher y Robert Fletcher, en su reciente libro “La revolución conservacionista. Propuestas radicales para salvar la naturaleza después del Antropoceno” (Icaria Editorial, Barcelona, 2022). A Enrique Navarro, docente de la Universidad de Málaga (UMA), se le requirió por las dificultades y tensiones para reducir la dependencia del turismo internacional en la Costa del Sol. Y, finalmente, a Jordi Gascón, docente de a Universidad de Barcelona, se le sugirió una reflexión sobre las potencialidades y límites del turismo de regreso al pueblo, conocido como turismo doméstico de diáspora, en el contexto de los turismos de proximidad.
El debate se abordó desde una constatación clave que señaló Inma Díaz de entrada: “los turismos de proximidad son una práctica turística, que como tal debe ser valorada y estudiada”. Sin duda, son condición necesaria para encarar la transición ecosocial, pero no suficiente, si atendemos a como se están desarrollando estas prácticas y a los contextos socioeconómicos en los que se dan.
De las diferentes intervenciones a las cuestiones planteadas vamos a entresacar algunas conclusiones y acuerdos interesantes, que nos indican caminos a seguir (o no), si queremos que los turismos de proximidad sean una alternativa viable y sostenible para nuestro inmediato futuro.
Límites e impactos de los turismos de proximidad
Los turismos de proximidad, cómo sugería Enrique Navarro, “han de ser la alternativa a los de larga distancia, pero en ningún caso los van a poder substituir económicamente”. Por tanto, “se impone un decrecimiento del sector tal como existe actualmente”. El decrecimiento turístico en los territorios más tensionados se convierte en un imperativo si queremos abordar de una forma realista y verdaderamente funcional la necesidad de responder a la crisis ecológica y energética que sufrimos.
Otro problema al que nos enfrentamos durante la pandemia fue lamasificación de espacios naturales y rurales, sobre todo aquellos cercanos a zonas densamente pobladas. Esta masificación lleva asociada impactos ambientales y el deterioro en los espacios naturales protegidos y problemas de gestión en pequeños municipios rurales, que se vieron desbordados por el flujo de visitantes. Nora Müller ponía como ejemplo el caso, estudiado por ella misma, de la Serra de Tramontana en Mallorca, de la que nos advertía que está “saturada tanto por la afluencia de turistas foráneos como de visitantes locales”. Jordi Gascón ponía como ejemplo la masificación en el Parque Natural del Montseny, espacio natural protegido, pero situado a escasos 40 kilómetros de la conurbación metropolitana de Barcelona, con cuatro millones de habitantes. Y Enrique Navarro exponía el caso del pintoresco pueblo gaditano de Setenil de las Bodegas, que durante la pandemia se vio totalmente desbordado por la afluencia de visitantes que acudían desde localidades cercanas.
Ponentes mesa redonda sobre turismos de proximidad
Por otra parte, los turismos de proximidad, en el contexto capitalista, pueden generar dinámicas de intensa mercantilización que, cómo señalaba Inma Díaz, “van a afectar los bienes comunes de un territorio y, al ponerlos en valor, paradójicamente, los ponemos también el peligro”. Y esto es así porque, como advertía Jordi Gascón, el turismo adquiere “vida propia, y una vez se desatan las fuerzas que lo impulsan, no lo puedes controlar”. Al respecto, Enrique Navarro citaba como ejemplo de valorización con consecuencias negativas el caso de la transformación del Parque Natural de la Sierra de las Nieves (Málaga) en Parque Nacional, y en donde en poco tiempo el número de visitantes paso de 300 mil a medio millón. Un aumento que, por otra parte, ha sido celebrado por sus mismos gestores.
Un tema recurrente en las distintas intervenciones, de gran importancia en términos de impacto ambiental y territorial, es la proliferación de las segundas residencias. En general han estado vinculadas a la proximidad y han supuesto importantes transformaciones en los usos del suelo, con la perdida de tierras de cultivo y pastoreo, convertidas en desarrollos urbanísticos dispersos y frecuentemente infrautilizados, pero a los que hay de dotar de todos los servicios como si de residencias principales se trataran. Para Jordi Gascón, las segundas residencias se han convertido en algunas zonas de la “España vaciada”, en falsas soluciones para mantener la demografía y una cierta economía estacional.
Potencialidades de los turismos de proximidad para una transición justa y ecológica
La cercanía, la relocalización, la promoción de productos locales, forman parte de las oportunidades que la proximidad abre para la transformación del turismo. En el caso de Oliete, descrito en su intervención por Jordi Gascón, los turistas de retorno se implican en un proyecto de recuperación de los olivares que han supuesto la creación de entre 40 y 50 puestos de trabajo.
La conservación convivencial, de la que habló Nora Müller, implica una nueva relación con naturaleza a la que pertenecemos. Un turismo desmercantilizado, que ponga la centralidad en las visitas duraderas a lo cercano y un voluntariado implicado en el conocimiento y la preservación y mejora de los espacios naturales, así como cultivar la relación con aquellos que viven en y de esos espacios.
Los turismos de proximidad abren un camino que nos da la posibilidad de impulsar, cómo pedía Enrique Navarro, “cambios de ideario”, y generar alternativas posibles y concretas para un ocio y recreación que se adecuen a la transición ecológica y energética que hemos de abordar.
Agenda de investigación en turismo y proximidad
La pandemia de la COVID-19 ha supuesto un frio baño de realidad, un boomerang que ha impactado en el rostro de la humanidad y sobre todo, paradójicamente, en aquellos países más ricos y principales responsables de las múltiples crisis que nos asolan. Las advertencias sobre una acción humana que está desequilibrando catastróficamente los ecosistemas naturales se ha mostrado de forma clara y contundente. El turismo actual, mercantilizado y consumista, surgido de la fiebre de hipermovilidad y los desplazamientos a largas distancias gracias a un petróleo abundante y barato, se ha convertido en uno de los motores de la rápida transmisión mundial del virus. Algunos estudiosya vinculan nuestro modelo de turismo con su acelerada expansión.
En consecuencia, hay que ser conscientes que el modelo actual de turismo es extremadamente vulnerable y difícilmente podrá resistir a las consecuencias de los desequilibrios ecológicos y al declive del modelo energético basado en recursos fósiles. Y, más allá de los impactos y de posibles crisis futuras del sector, están las consecuencias directas para todas las personas que viven de él, y que se verán amenazados por el paro y la precariedad. Cómo nos advertía Enrique Navarro, estos colectivos laborales corren el riesgo de convertirse en terreno abonado para los discursos de la extrema derecha.
A partir de las aportaciones de la mesa, avanzamos algunas líneas de trabajo e investigación que debería ser abordadas desde ahora mismo y desarrolladas en futuras escuelas de verano:
- Invertir recursos y esfuerzos para entender cómo cambiar el ideario y los valores que hoy impulsan la satisfacción de las necesidades de ocio y descanso con el fin de impulsar nuevas propuestas de recreación que, cómo apuntaba Imma Díaz, “midan la necesidad real del turismo” y adecuen su huella ecológica a las capacidades de los territorios que lo acogen.
- Poner en valor y profundizar en lasformas de turismo que pueden ser más adecuadas a la proximidad y yaapuntadas en el debate: staycation, ecoturismo, agroturismo, turismo cultural y de memoria, de “retorno al pueblo” o turismo social, entre otros. Vamos a tener que introducir otros elementos importantes para hacerlos realmente viables y sostenibles en el contexto de policrisis que vivimos: modos de desplazamiento hasta y en el lugar de vacaciones con menor impacto, duración de la estancia, tipología del hospedaje, hábitos de consumo, gestión del agua y de los residuos, etc.
- Profundizar en los impactos del turismo en espacios naturales protegidos (o no) y en territorios rurales, así como en la idoneidad de las soluciones que se están promoviendo: regulaciones y control de acceso, posibilidad de limitaciones y/o prohibiciones más estrictas al uso de espacios naturales especialmente frágiles (el caso del baño en pozas por ejemplo). Pacificar y regular el turismo para evitar que, como nos alertaba Jordi Gascón, tome “vida propia” y se descontrole. Por tanto, habría que explorar y profundizar en las posibilidades del turismo desde la perspectiva de la “conservación convivencial”, cómo sugería Nora Müller.
- Abordar el reto ineludible de reducir la dependencia económica del turismo en aquellos territorios y ciudades que actualmente se encuentran sometidos a profundas lógicas de turistificación. Esto implica estudiar y proponer modelos que los reequilibren económicamente, potenciando la agricultura, la ganadería y la industria.
- Tomarnos seriamente la necesidad de emprender el camino del decrecimiento de nuestras sociedades capitalistas, también en el turismo. Este debe adecuarse a las limitaciones socio-ecológicas del territorio y su reducción y desmercantilización. Estas propuestas deben ir paralelas a proyectos de mejoras urbanas (verde urbano, peatonalizaciones, reducción del tránsito motorizado y de la contaminación, horticultura urbana, etc.) que reequilibren y moderen la necesidad que hoy tienen muchos habitantes de las ciudades de abandonarla sistemáticamente para poder descansar o disfrutar de actividades recreativas. Pero en toda esta discusión es necesario también tener en cuenta, como sugería oportunamente Nora Müller, las cuestiones de clase en los usos recreativos de proximidad y ser conscientes de cuáles son los sectores sociales con más capacidad económica para frecuentar y disfrutar habitualmente de los entornos naturales y rurales, que conllevan los riesgos de elitización.
Este debate en la Escuela de Verano de Alba Sud 2023 reafirma el compromiso investigador que hemos iniciado en el marco del Laboratorio de turismos de proximidad. Las aportaciones en la mesa redonda apuntan a que cada vez somos más conscientes de los riesgos y límites del turismo de proximidad en un contexto que sigue dominado por las lógicas mercantiles. Por tanto, hemos de elaborar más y mejores propuestas para que se convierta en una alternativa real y postcapitalista para la transición ecosocial que tenemos pendiente. Para encarar este reto va a ser necesario ejercitar nuestra capacidad de imaginar nuevas formas de turismo que respondan a las necesidades humanas de salud, descanso, ocio y recreación. Darle centralidad a estas necesidades por encima de las lógicas de reproducción y acumulación del capital que hoy gobiernan el turismo es sin duda uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo
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