14-05-2024
Turismo en territorio comunitario mapuce: ¿transición hacia otro turismo?
María Daniela Rodríguez | Alba SudComunidades del pueblo mapuce en la Patagonia argentina gestionan servicios turísticos comunitarios en verano e invierno. Las propuestas emergen ante el avance de un turismo consolidado y dominante, y presentan otras modalidades vinculadas con la defensa del territorio.
Crédito Fotografía: Cuenca Huechulafquen, comunidad Raquithue. Imagen de María Daniela Rodríguez.
El turismo, como hecho social, se materializa en el territorio. En la Patagonia Norte de Argentina resulta una actividad en crecimiento. La presencia de población indígena hace que el territorio se geste en un contexto intercultural, con tensiones y conflictividades territoriales, dado que muchos de los recursos que hace uso el turismo se encuentran en territorio del pueblo mapuce. Diferentes estudios a nivel latinoamericano se detienen en los conflictos territoriales consecuencia del desarrollo turístico, en un contexto de avance de acumulación capitalista. Por ejemplo, al provocarse el desplazamiento de otras actividades a partir de nuevas urbanizaciones (Cañada y Murray, 2019) o porprivatización de bienes comunes (Palafox, 2013).
Resistir y re-existir
En la provincia de Neuquén, en el norte de la Patagonia argentina, surgen conflictos por el acceso, uso y usufructo del territorio, asociados a desigualdades socio-territoriales y dinámicas de exclusión étnica, territorial o económica. Como contracara, emergen formas de resistencia de las comunidades locales y alternativas a modelos dominantes. Se trata de estrategias territoriales en las que el turismo es parte, protagonizadas por población mapuce, expresadas de manera comunitaria que resisten y re-existen (Porto Gonçalves, 2002).
Desde hace más de dos décadas, un centenar de familias administran servicios turísticos en la cordillera andina neuquina. Son experiencias de autogestión de servicios turísticos con participación en espacios de toma decisiones sobre el desarrollo del turismo en las localidades de cercanía. En un contexto de potestad creciente que tienen las comunidades para decidir sobre su territorio y para pautar el derecho de acceso al mismo.
Se reconocen servicios y actividades como campings organizados en la costa de los lagos Aluminé y Ruca Choroy y del río Aluminé, servicios gastronómicos en el Lago Correntoso, venta de artesanías en la Cuenca Huechulafken, alquiler de equipamiento de nieve en la base del Cerro Chapelco. Y el más llamativo resulta la gestión del Parque de Nieve Batea Mahuida.
Gestión del Parque de Nieve Batea Mahuida
La gestión mapuce del Parque de Nieve Batea Mahuida representa la primera experiencia de gestión de una actividad turística invernal. La comunidad Puel tomó “una posesión turística del territorio” en el año 2000 con el desarrollo del Parque de Nieve Batea Mahuida, a partir de las prácticas de sky y snowboard y servicio de gastronomía. Actualmente, se trata de un gran atractivo de la zona y el motor de funcionamiento del sistema turístico en la localidad de Villa Pehuenia durante el invierno, con participación mayoritariamente de jóvenes de la comunidad.
Playa de Lago Lacar en San Martin de los Andes, entrada al Parque Nacional Lanín. Imagen de María Daniela Rodríguez.
En la zona sur de la provincia de Neuquén, desde el año 2000, las comunidades Raquithue y Lafquence gestionan una decena de campings, cabañas, comedores y servicios gastronómicos alrededor del Lago Huechulafquen, cercano a los destinos turísticos cordilleranos de Junin de los Andes y San Martin de los Andes (Provincia de Neuquén). Aproximadamente el 70% de las familias de la comunidad Raquithue se vincula con la presentación de servicios en temporada estival. En la comunidad Paicil Antriao, lindante al destino de montaña internacional de Villa La Angostura, se plasmó la configuración de un circuito turístico local. Este se sustentó en una proyección comunitaria y en la visibilización identitaria como pueblo originario, en un contexto de tensiones que genera la expansión de la propiedad privada de la tierra destinada a fines turísticos e inmobiliarios sobre territorio de la comunidad mencionada.
Posibilidades de transición hacia otro turismo
En las últimas décadas surgen enfoques desde una perspectiva internacional donde el turismo adquiere trascendencia en agendas de desarrollo orientadas a pueblos originarios (Benedetti, 2022). Estas orientaciones derivaron en nuevos productos o modalidades de turismo tendientes a distinguir la presencia e incorporación de pueblos originarios a la actividad. Es decir que, la participación indígena en el turismo puede responder tanto a iniciativas propias como a demandas externas (Urry 1990).
En la región andina del sur de Argentina se identifican diversas estrategias económicas y territoriales que incluyen al turismo a la vez que emergen con el avance de un modelo de turismo consolidado en la región: resistencia, adaptación, capacidad autónoma de negociar y/o gestionar. Asimismo, las expresiones y simbologías mapuce fueron capaces de ingresar al mercado del turismo, como la bandera y la lengua, y la incorporación de algunas experiencias mapuce al turismo.
A nivel local y regional, las expresiones de turismo gestionado por este colectivo se conectan con sus planes de vida (Kvme Felem). Es decir, a diferencia de los centros turísticos cercanos consolidados, los cuales han sido diseñados a partir de las motivaciones de los turistas casi con exclusividad, la proyección de este pueblo se asocia al cuidado de los recursos (bosque, cerros, lagos y ríos) y a una visión comunitaria. También el turismo se constituye en una alternativa económica que complementa otras actividades. De esta manera, el desafío de la administración comunitaria de los emprendimientos fortalece el camino de la autonomía territorial. Aquí cobran protagonismo las voces de quienes sostienen los emprendimientos. La actividad también se constituye en un factor de visibilización para nuevos grupos que se insertan en la trama del turismo. Dicha actividad aparece como un posibilitador de sostenimiento del territorio y capaz de combinarse en un proceso de organización con un modo de vida que sostenga su identidad y construcción de territorialidad.
Camping gestionado por comunidad mapuce Raquithue en la cuenca Huechulafquen. Imagen de María Daniela Rodríguez.
Estas experiencias novedosas demuestran las diversas formas que adquiere el turismo y la necesidad de indagar más de lo manifiesto a fin de reparar en la diversidad. Asimismo, el desarrollo comunitario del turismo expresa estrategias de cooperación y gestión autónoma para fortalecer la economía local, lo que da cuenta de procesos de reconocimiento de lo comunitario en sociedades turísticas, con una importante fragmentación y segregación social. También se reconoce una percepción del territorio como lugar de abrigo, un lugar que debe ser cuidado y preservado.
El avance progresivo de la actividad turística en territorios indígenas indica la necesidad de atender dos cuestiones. Por un lado, un análisis a partir de una actividad de servicios que se inserta en el mundo rural y que genera o modifica las prácticas de los integrantes del pueblo. Inicialmente como empleados de servicios turísticos y después como prestadores de los mismos. Es decir, los efectos o transformaciones que genera el turismo en la población indígena. Y por el otro, considerar la interculturalidad en las nuevas modalidades de turismo, se trata de repensar las nuevas formas, versiones y expresiones que el turismo manifiesta cuando es gestionado por colectivos étnicos que exponen en esta práctica otro vínculo con el territorio y otra cosmovisión el mundo.
Finalmente, en un contexto de impulso expansivo de la frontera agropecuaria e hidrocarburífera, el avance de emprendimientos turísticos e inmobiliarios en áreas de alto valor ambiental donde históricamente han habitado las poblaciones indígenas, se vuelve una amenaza para las poblaciones de la cordillera. A esto último, se suman las reconversiones en las estructuras agrarias regionales, los procesos de privatización de la tierra y acceso a costas de lago, los procesos de relocalización de poblaciones, la migración hacia centros urbanos y zonas periurbanas, la redefinición de las prácticas productivas de las unidades domésticas, entre otros procesos.
Por ello, estas expresiones contribuyen a comprender la diversidad de actores que componen la trama turística y las prioridades comunitarias de desarrollo, así como los efectos que genera el turismo en territorios interétnicos. Y plasman, en el plano de la práctica, elementos para pensar otro turismo más respetuoso con quienes viven, cuidan y construyen el territorio.
A partir de la prestación de servicios turísticos en territorio ancestral, las experiencias de autogestión indígena en la actividad turística han aumentado en las últimas dos décadas, con el surgimiento de una diversidad de propuestas de gestión, organización y comercialización se servicios turísticos. El turismo ha funcionado en las comunidades no solo como una alternativa económica en la dinámica familiar, también como un catalizador de organización comunitaria y reafirmación territorial.
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