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04-06-2024

¿Qué hay del turismo nacional? Consecuencias de un enfoque centrado en el turismo internacional

Gema Martínez-Gayo | Alba Sud

El turismo doméstico no ha logrado despertar tanto interés como el internacional. Esto nos hace preguntarnos por las razones de este olvido, si este podría solucionar algunos problemas del sector o si, por el contrario, corre el riesgo de cometer los mismos errores. 


Crédito Fotografía: Joshua Woroniecki en Pixabay, bajo licencia creative commons.

Se considera que el turismo internacional tiene un papel clave para el comercio exterior a nivel mundial y ese fue el motivo por el que diversas instituciones, como Naciones Unidas, la Organización Mundial del Turismo o el Fondo Monetario Internacional, centraron sus esfuerzos en promocionarlo. En la década de los 60 se extendió la idea de que los países denominados subdesarrollados podrían beneficiarse de este, dado que las divisas procedentes de turistas occidentales permitirían disminuir el déficit de carácter estructural de la balanza de pagos y atenuar las cifras de pobreza (Lanfant, 1980; Thalasselis, 2020). Esto fundamentó una campaña de persuasión para que dichos países abrieran sus fronteras al turismo, favorecieran la entrada de capital extranjero y concedieran ventajas fiscales para iniciar proyectos, con la idea de que este intercambio redistribuiría la riqueza. No obstante, con el tiempo este discurso comenzó a mostrar grietas, por ejemplo, por las grandes inversiones que se necesitaban, porque los gastos de adaptación anulaban el saldo positivo de la balanza turística y por el aprovechamiento de unos menores costes productivos a costa de la población local (Lanfant, 1980).

El turismo internacional en América Latina

En los años 60, cuando ciertos sectores de la economía deAmérica Latina empezaron a dar señales de agotamiento, fue cuando este territorio entra a formar parte del negocio turístico mundial al verlo como una nueva posibilidad de desarrollo. Algunos gobiernos comenzaron a asignarle un papel prioritario en sus políticas públicas impulsados, en parte, por el efecto positivo que las instituciones internacionales le atribuían (Thalasselis, 2020). A pesar de esto, lo cierto es que la participación de este territorio en el reparto de los beneficios producidos por el turismo internacional es todavía débil, en palabras de Thalasselis (2020).

Hay que tener en cuenta que, aunque a nivel global el turismo puede tener un impacto económico importante, lo cierto es que también puede generar desigualdades entre regiones. Además, los intereses del capital local y extranjero no siempre son coincidentes, se puede producir un incremento de la influencia cultural externa y las compañías multinacionales, en ocasiones, imponen sus decisiones. La adaptación a las demandas, para prestar el servicio, se lleva gran parte de ese derrame económico esperado por las exportaciones, a la par que se genera una dependencia del exterior y se reproducen las relaciones asimétricas de intercambio, en lugar de mitigarlas (Thalasselis, 2020).

Imagen de Johannes Kirchherr en Pixabay.

Otro aspecto de centrarse en un modelo económico orientado al turismo internacional son las consecuencias sociales que puede provocar. Por ejemplo, López-Gómez (2007) señala que las políticas implementadas por el gobierno dominicano desde la década de los 70 han traído consigo un modelo turístico centrado en el binomio “sol y playa” que ha creado un imaginario estereotipado del país. También, que el desarrollo de proyectos de alojamiento se ha diseñado sin tener en cuenta a la población, que la ciudadanía se ha visto muchas veces excluida del reparto de beneficios turísticos, que ha sufrido la privatización de espacios públicos, como playas, y todo ello con una dependencia importante respecto a turoperadores y cadenas hoteleras (López-Gómez, 2007). 

Impactos en el medio ambiente

El turismo tiene un papel significativo en la generación de gases de efecto invernadero, especialmente si los viajes tienen carácter internacional e implican grandes desplazamientos. Entre 8 y el 10% de las emisiones globales proceden de este sector, cifras que se han incrementado de manera continua en los años anteriores a la pandemia. El transporte concentra gran parte de ellas, especialmente los viajes en avión. Estos suponen un cuarto de los viajes, pero contribuyen con tres cuartas partes de las emisiones del transporte turístico, mientras que otros medios, como el tren, el autobús y otros, comportan el 5% a pesar de constituir más del 40% de los viajes (Tourism Panel on Climate Change, 2023).

El turismo a través de la realización de viajes internacionales de gran distancia no puede considerarse algo generalizado, ya que la mayoría de la población mundial no realiza este tipo de desplazamientos. En contraste, un pequeño porcentaje realiza vuelos frecuentes que son los responsables de la mitad de estas emisiones de CO2. El origen de estos vuelos, en 2019, se encontraba mayoritariamente en Europa, Norteamérica y la zona Asia-Pacífico, mientras que África y América del Sur contribuían muy poco (Tourism Panel on Climate Change, 2023). Todo ello implica que debe incluirse la perspectiva de la “justicia climática” a la hora de evaluar el impacto de la actividad turística y las posibles alternativas posibles (Tourism Panel on Climate Change, 2023).

Glaciar Pastoruri (Perú). Imagen de Nataly Monico en Pexels.

En América Latina los efectos del cambio climático se dejan sentir de manera clara, por ejemplo, en el retroceso de los glaciares, los desprendimientos y las avalanchas, que cada vez son más numerosas. Esto ha obligado, en un momento dado, a cerrar los recorridos turísticos en la zona del glaciar Pastoruri, en Perú (Tourism Panel on Climate Change, 2023).  Pero no es el único caso, la reducción de los glaciares Quintín y Upsala, en la Patagonia, se relacionan con la subida de las temperaturas originadas por el incremento de las emisiones de carbono. También ha supuesto una pérdida de acceso al agua dulce e inundaciones que ponen en peligro a las comunidades y, en ocasiones, les obligan a cambiar de residencia (Castro, 2023). Steffano Barzellotti describe cómoen los Andes bolivianos algunos ganaderos han tenido que abandonar su actividad por la desaparición de los pastizales debido, en otras causas, al cambio climático que derrite los glaciares. Esto dificulta, también, la generación de energía hidroeléctrica y limita los recursos hídricos disponibles.  En la cuenca del Amazonas, Leticia Carvalho, que es la Coordinadora Principal de la Subdivisión de Agua Dulce y Marina del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), afirma que en esta zona se notan las consecuencias del cambio climático y que los pueblos indígenas, y otras comunidades, deberán adaptar su forma de vida a pesar de que son los menos responsables de esta situación.

En el caso de México, se apostó en gran medida por un turismo externo y para ello se favoreció la flexibilización de las normas ambientales como medida de atracción del capital foráneo. Esto trajo consigo que gran parte de los ingresos obtenidos con este no se queden en el país y algunos daños causados en el entorno, al mostrarse excesivamente permisivos con el establecimiento de estas compañías en zonas de elevada riqueza o vulnerabilidad ecológica. A esto se debe añadir la sobreexplotación de los recursos hídricos, la generación de grandes cantidades de residuos y las emisiones de carbono de los vuelos (Peniche et al., 2017). En cuanto a este último aspecto, Salvador Peniche, Arturo Laure y Lizett Cáceres (2017) llevaron a cabo una investigación que evaluó el impacto ambiental del turismo internacional en Puerto Vallarta en lo referente a los vuelos recibidos. Calcularon la huella de carbono aproximada por persona y concluyeron que lo más grave es que estos pasajeros provenientes del exterior trasladaban los daños ecológicos de sus vuelos, a través de las emisiones de CO2, a la ciudadanía del planeta. Plantean además que, aunque el turismo es una actividad importante debe modificarse para dejar de externalizar los costes sociales (bajos salarios) y ambientales (Peniche et al., 2017).

El olvido del turismo nacional

Lo cierto es que en comparación con el interés que despierta el turismo internacional, en los ámbitos gubernamental, económico o académico, se ha prestado mucha menos atención al de ámbito doméstico (Canh y Thanh, 2020). 

Entre las razones de este vacío de información podría estar las dificultades de cálculo preciso sobre turismo interno, ya que no existe unanimidad a la hora de medirlo. Esto provoca que el origen de los datos de distintos territorios difiera y no puedan realizarse estudios comparativos (Organización Mundial del Turismo y Foro Internacional de Transporte, 2020). En el caso concreto de América Latina, dada la centralidad que los gobiernos le han otorgado a la llegada de turistas de fuera del país, parece lógico que el turismo nacional haya pasado desapercibido, también en las estadísticas. Esto conlleva que los escasos datos de este tipo pueden carecer de representatividad y no ser comparables, características imprescindibles para poder extraer conclusiones (Schenkel, 2019).

Imagen de Gianni Crestani en Pixabay.

A pesar de ello, existen algunas investigaciones que describen los beneficios del turismo doméstico, especialmente al no estar tan expuesto a posibles crisis de otros lugares del mundo como sí que lo está el internacional. La investigación de Canh y Thanh (2020) muestra como su fomento puede contribuir a la creación de empleos, a reducir la vulnerabilidad económica y a la disminución de las desigualdades. Para ello, debe respaldarse en lograr la resiliencia y evitar la masificación, para no generar nuevas fragilidades. El aspecto de la disminución de las desigualdades se aprecia en la investigación, basada en la realización de encuestas, sobre turismo doméstico en Brasil. Esta sugiere que este tendría un influjo positivo a la hora de reducir las desigualdades entre zonas ricas y pobres del país, no tanto por su impacto a nivel nacional pero sí, por sus efectos distributivos a nivel regional (Haddad et al., 2011).

Otras de las consecuencias positivas que se asocian al turismo dentro del propio territorio son la disminución de la estacionalidad, la mejora en la competitividad, así como la capacidad para mitigar las variaciones de los ciclos turísticos exteriores (Brida et al., 2017).  En el caso concreto de Ecuador, Guzmán Barquet (2014) destaca su capacidad para favorecer el conocimiento de diversas culturas, paisajes o entornos del propio país y valorar lo que se tiene y, también, que para muchas personas es la única posibilidad que tienen de viajar. Pero no sólo eso, algunas variedades de turismo que se alejan del tradicional de masas, como el ecoturismo, encajan a la perfección con el turismo doméstico, lo que supondría unos comportamientos más respetuosos con el medio ambiente. Por último, señala que también favorecería los movimientos económicos entre distintas zonas de Ecuador (Guzmán Barquet, 2014).

Por otro lado, hay una parte importante de la ciudadanía de América Latina que, debido a dificultades económicas, no puede acceder a actividades turísticas y de ocio. Esto convierte a esta zona en básicamente receptora de turistas extranjeros más que en protagonista de esa actividad (Schenkel, 2019). El turismo social podría jugar un papel clave a la hora de mitigar esas desigualdades e integrar a estas personas que quedan fuera del circuito de ocio, al proporcionar recursos que favorecen el bienestar y un consumo más responsable. Todo ello centrado en un turismo interno en áreas menos frecuentadas y en épocas de baja demanda. Tal y como describe Érica Schenkel (2019) puede convertirse en una herramienta que facilite la diversificación de la economía regional, con un acceso más amplio a estas actividades, el repartomás justo de los beneficios generados y que permita un disfrute más consciente de los recursos ambientales.

Cambio de perspectiva en el turismo

La forma de hacer turismo debe cambiar para frenar la grave situación ambiental a la que nos dirigimos. En concreto, las emisiones de CO2 nos enfrentan al problema de que una parte pequeña de la ciudadanía mundial puede acceder a viajes largos y frecuentes, a costa del empeoramiento de las condiciones de vida de gran parte de la población del planeta (Peniche et al., 2017).

Imagen de Carolyn en Pexels.

En los últimos años se ha asistido a un incremento de los vuelos turísticos internacionales y, con ello, su contribución al daño ambiental. Además, esto es un reflejo de las desigualdades sociales a nivel mundial, al ser un pequeño porcentaje de población el que los utiliza, mientras la mayoría sufre sus consecuencias. En América Latina la importancia otorgada a la atracción de turistas extranjeros, incentivada por las organizaciones internacionales, da muestras años después de efectos no tan positivos como los planteados inicialmente. Daños medioambientales, pérdida de medios de vida y de acceso a lugares públicos, dependencia del exterior o la baja participación en los beneficios generados por esta actividad, son algunos de ellos. Por el contrario, el turismo nacional no ha logrado captar ese apoyo gubernamental e incluso se carecen de los datos necesarios para realizar comparaciones. No obstante, algunas investigaciones respaldan el efecto positivo que podría tener en la redistribución de la riqueza a nivel regional, en la revalorización de la cultura propia, en la creación de empleos, en el cuidado del medioambiente o en la disminución de la estacionalidad. Todo ello sin creer en la existencia de fórmulas mágicas, sino a través del desarrollo de propuestas que eviten de la masificación, que cuiden del entorno, que repartan los beneficios generados y que faciliten el acceso al ocio de manera más justa.

 

Referencias:
Brida, Juan Gabriel, González, María Noel y Lanzilotta, Bibiana (2017). Análisis de los Determinantes del Turismo Interno en Uruguay. Revista de Estudios Regionales, (108), 43-78.
Canh, Nguyen Phuc y Thanh, Su Dinh (2020). Domestic tourism spending and economic vulnerability. Annals of Tourism Research, 85, 103063.
Castro, Meri (20 de octubre de 2023). Los efectos del cambio climático en la Patagonia: los glaciares desaparecen ante nuestros ojos. Blog de Greenpeace Argentina.
Guzmán Barquet, Eduardo (2014). El turismo interno como alternativa creciente de desarrollo turístico del Ecuador. TURyDES. Revista Turismo y Desarrollo Local, 7(17), s.p.
Haddad, Eduardo A., Porsse, Alexandre A. y Rabahy, Wilson (2011). Domestic Tourism and Regional Inequality in Brazil(Working Paper Series Nº 2011-07). Department of Economics, FEA-USP.
Lanfant, Marie-Françoise (1980). Introducción. El turismo en el proceso de internacionalización. Revista Internacional de Ciencias Sociales, XXXII (1), 14-43.
López-Gómez, María Dolores (2007). Turismo sin Desarrollo. Intermón Oxfam.
Organización Mundial del Turismo (OMT) y Foro Internacional de Transporte (FIT) (2020). Las emisiones de CO2 del sector turístico correspondientes al transporte – Modelización de resultados. OMT.
Peniche, Salvador, Laure, Arturo y Cázares, Lizette (2017). El impacto ambiental del turismo internacional: caso de la huella de carbono de los vuelos internacionales hacia Puerto Vallarta, Jalisco, México. Investigaciones Turísticas, (14), 45-62.
Schenkel, Érica (2019). Turismo social en América Latina. Aprendizajes de las experiencias regionales. Alba Sud Editorial.
Thalasselis, Cristina (2020). Internacionalización del turismo y desarrollo capitalista en América Latina. Revista Encuentros, 18(3), 76-87.
Tourism Panel on Climate Change (2023). Tourism and Climate Change Stocktake 2023.
Este artículo se publica en el marco del proyecto «Reactivació turística post-COVID19: alertes contra l’increment de desigualtats globals. 2a fase: propostes», ejectutado por Alba Sud con apoyo de la ACCD (convocatoria 2022). 

 

 

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