07-11-2024
APAMI: rescate de la fauna en un contexto de urbanización turística
Arturo Silva Lucas | Alba SudEn el corazón de Guanacaste, Costa Rica, el Centro de Rescate de Vida Silvestres se dedica a rehabilitar y devolver a su ambiente natural a la fauna afectada por actividades humanas. Conversamos con varias de sus responsables sobre los retos que enfrentan los destinos costeros en el país.
Crédito Fotografía: Ernest Cañada | Alba Sud.
El Centro de Rescate de Vida Silvestre (APAMI) es un centro de rehabilitación y liberación de animales silvestres liderado por mujeres que busca contribuir al bienestar de grupos vulnerables, con un enfoque de género y la promoción de la cultura local. Ubicado en el cantón de Santa Cruz, APAMI destaca como una iniciativa positiva en una zona que atraviesa un agresivo proceso de urbanización turística costera. Durante una visita a sus instalaciones, conversamos con Vanessa Jarrin, su directora, Gina Malavassi, encargada de patrocinios, y con la veterinaria Dra. Clara Wiederkehr. Ellas abordaron la urgencia que atraviesa la fauna silvestre en Guanacaste y los retos que implica el trabajo de APAMI.
Pasión por la vida silvestre
A pocos kilómetros de Playa Tamarindo, en el año 2007, nació la Fundación Monkey Park en el poblado de Portegolpe. La Fundación, una organización sin fines de lucro, dio vida al Centro de Rescate de Vida Silvestre APAMI, el primer centro de atención y tratamiento de fauna silvestre herida o decomisada en el país dirigido por una mujer costarricense. La palabra APAMI significa “verde” en la lengua indígena chorotega.
El equipo de APAMI incluye a nueve personas que trabajan en la sostenibilidad y mantenimiento del Centro, entre ellas profesionales en nutrición animal, veterinaria, biología, educación ambiental, mercadeo y jardinería. Además, cuenta con cinco programas que aseguran la sostenibilidad financiera del Centro y sirven como extensión a la sociedad civil. Estos incluyen el programa de voluntariado para residentes y visitantes de corta estancia, diseñado para individuos, grupos y visitas programadas mediante acuerdos con agencias de cooperación; también el programa de pasantías y el de rehabilitación para estancias más extensas. El primero se dirige a personas con formación en ciencias veterinarias, vida silvestre, agricultura, zootecnia o turismo, mientras que el programa de rehabilitación tiene el objetivo específico de reinsertar animales en su hábitat natural cuando las condiciones lo permiten. Por último, el programa educativo es el brazo social del Centro a través de visitas guiadas, talleres y sesiones interactivas, cuyo objetivo es concientizar sobre los desafíos de los animales en cautiverio y fomentar la conservación de la vida silvestre en su estado natural.
Volunteer in Monkey Park Foundation.
En esta misma línea, APAMIofrece una opción de apadrinamiento para que actores sociales contribuyan económicamente a la alimentación y atención médica de animales que no pueden regresar a su ambiente natural, ya sea porque han sufrido daños irreversibles o fueron domesticados, lo que hace imposible su readaptación. Aunque APAMI recibe todo tipo de fauna silvestre, se especializa en aves, particularmente en psitácidas, que incluyen loras, pericos y guacamayas.
Actualmente, la fauna residente en el Centro incluye un 1,7% de reptiles, un 10% de mamíferos, un 13,3% de aves de presa, como lechuzas y búhos, y un 75% de psitácidas. En 2024, APAMI ha registrado un aumento de más de la mitad de ingresos de mamíferos, incluyendo especies como osos hormigueros, emús, ardillas, puercoespines, saínos y monos congo, entre otros. El proceso de rescate y rehabilitación abarca desde atención veterinaria hasta la recreación de entornos naturales que estimulan comportamientos propios de cada especie para facilitar su liberación. Sin embargo, debido a la gravedad de las afectaciones, solo un 35% de los animales logran ser liberados; un 30% fallece, un 8% se convierte en residente permanente y un 24% permanece en observación.
Durante el año en curso, APAMI ha recibido 44 animales adicionales, por encima de su promedio anual, lo que representa un aumento del 169% en comparación con el año anterior. Este incremento podría interpretarse como un indicador negativo, ya que implica un mayor número de animales en riesgo, pero también refleja una mayor visibilidad y capacidad de recepción de especies que de otra manera no habrían sido atendidas. Muchos de estos animales llegan desde otros distritos costeros de Santa Cruz e incluso de otros cantones guanacastecos, llevados por funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) o por personas preocupadas que los encuentran heridos o en condiciones irregulares. Muchos de estos animales han sido decomisados a familias y negocios que los tienen como mascotas o como atractivo turístico. Es importante destacar que gran parte de la fauna residente consiste en crías de distintas especies que quedaron huérfanas o fueron abandonadas debido a actividades humanas.
La urgencia
Uno de los temas más urgentes que abordamos durante nuestra visita fue el crecimiento urbano en zonas costeras y su impacto en la vida silvestre en Guanacaste. Aunque el aumento de afectaciones a la fauna silvestre por tendido eléctrico podría esperarse, este ha crecido de manera alarmante. La provincia ha experimentado un aumento exponencial en la oferta residencial en su zona costera desde hace más de veinte años, lo que ha provocado una expansión turística residencial desordenada y orientada a satisfacer el mercado de bienes raíces internacional, con graves consecuencias para las especies silvestres y conflictos ambientales (Silva, 2023).
Fuente: Ernest Cañada | Alba Sud.
Entre los años 2010 y 2020, Guanacaste fue la provincia de Costa Rica con mayor cantidad de electrocuciones de animales silvestres, llegando a registrarse un promedio de dos electrocuciones diarias de monos en sus zonas costeras. Este problema es consecuencia del desarrollo turístico y urbanístico, que ha generado cambios significativos en la vegetación, fragmentando espacios naturales y dificultando el movimiento natural de tropas de monos, además de una falta de planificación y coordinación entre instituciones. Santa Cruz, en particular Playa Tamarindo, es uno de los destinos más afectados de Costa Rica (Sánchez, 2025). Esta tendencia en el tipo de inversión no parece detenerse; por el contrario, cobra impulso. En 2023, el cantón de Santa Cruz, donde se encuentra APAMI, alcanzó el primer lugar de inversión costera en condominios, vivienda privada y comercios en todo el país.
Este no es un problema exclusivo de Guanacaste. Sánchez (2025) concluye que el fenómeno está presente en las principales playas turísticas de ambas costas costarricenses. Según el autor, "conforme se ha desarrollado la infraestructura turística o comercial en otras áreas silvestres no protegidas y ricas en fauna, especialmente en zonas costeras, el número de accidentes por electrocución ha ido aumentando, y las autoridades competentes desestiman el problema” (Sánchez, 2025, pág. 4). En un artículo reciente, señalamos que la velocidad con que el segmento turístico residencial ha avanzado puede amenazar la marca turística del país. Las experiencias que hemos reseñado, entre otras razones, presentan una contradicción. El crecimiento turístico inmobiliario encuentra en el sello de sostenibilidad ambiental de Costa Rica una oportunidad extra de ganancias, como valor agregado que se traduce en precios altos y excluyentes, pero al mismo tiempo, debido a su dinámica, compromete las posibilidades de preservar ambientes naturales.
Entre decir y hacer
En Costa Rica, las palabras turismo y naturaleza suelen considerarse sinónimos en la estrategia de comunicación para atraer turistas e inversión directa. Sin embargo, el éxito en la captación de inversiones en destinos ricos en biodiversidad no siempre avanza al mismo ritmo que la aplicación de medidas preventivas o correctivas para mitigar los impactos ambientales indeseables que este tipo de inversión puede generar. Inclusive, el presidente de la República reafirmó el respaldo de su gobierno al crecimiento turístico inmobiliario en zonas costeras, aunque esto afecte a los ecosistemas locales. En una conferencia de prensa, afirmó que el poder ejecutivo no va a defender la “posición extrema de dejarle los bosques a la fauna y a los monitos”. Estas declaraciones se dieron en medio de una controversia por la presunta autorización de permisos de construcción a un proyecto residencial de un amigo personal en un área silvestre protegida, cuando se le consultó si en el Caribe debería haber resorts de cinco estrellas.
Fuente: Ernest Cañada | Alba Sud.
Existen algunas iniciativas para abordar este problema, aunque con frecuencia carecen de coordinación o se relegan como temas de menor importancia. Apenas el pasado 15 de enero se publicó el decreto 44329-MINAE, que oficializa los instrumentos para la prevención y mitigación de la electrocución de fauna silvestre por tendido eléctrico. En este decreto, se presentan la forma de trabajo y las herramientas que deben aplicarse para abordar esta problemática. Aunque ya existía la “Guía para la prevención y mitigación de la electrocución de la fauna silvestre por tendidos eléctricos en Costa Rica” (Rodríguez et al., 2023), el decreto le otorga rango de obligatoriedad, sujeto a sanciones administrativas. Tanto en el decreto ejecutivo como en la Guía, los actores institucionales llamados a resolver el problema son únicamente las instituciones públicas con responsabilidades ambientales, las que tienen la facultad de generar energía eléctrica y la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP).
Están ausentes de la participación las municipalidades que son las que en última instancia otorgan los permisos de construcción. Tampoco están las cámaras de comercio o turismo que son claves en el diseño del espacio turístico o las organizaciones como APAMI que corren con los esfuerzos para atender de manera inmediata a la fauna silvestre. Aunque por ahora APAMI no recibe afectaciones por tendido eléctrico ya cuentan con las instalaciones necesarias y están a las puertas de atender a esta población silvestre. Por esta razón es menester visibilizar y apoyar la iniciativa que lleva adelante APAMI como un esfuerzo que desde los territorios se llevan adelante para estar a la altura de lo que como país decimos al mundo.
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