08-04-2025
Turistificación y malestares laborales: algo de memoria y futuro del sindicalismo en hostelería
El pasado mes de marzo, un grupo de sindicalistas de CCOO del sector de la hostelería de distintas partes de España y con responsabilidades en diferentes momentos en este sector, se reunieron en Madrid para compartir y reflexionar juntos sobre el papel del trabajo en las movilizaciones presentes contra la turistificación.
El 13 de marzo de 2025 nos reunimos en Madrid un grupo de compañeros y compañeras de las primeras CCOO de Hostelería, algunos y algunas participamos en la fundación de la Federación de Hostelería del sindicato. Procedíamos de Andalucía, Catalunya, Madrid, Mallorca…
Nuestro objetivo era sencillo y, a la vez, importante en los tiempos que corren. La sencillez de darnos un abrazo y recordar a quienes ya no están. La importancia de ensalzar los valores de fraternidad, compañerismo, y orgullo de ser de clase obrera. Y hacerlo en estos tiempos de avance de la extrema derecha autoritaria que, entre otros retrocesos civilizatorios, postula la negación del papel del movimiento sindical, la hiper desigualdad social, el individualismo, y la deshumanización más atroz. Efectivamente, fuimos, somos, y seremos. Por eso, orgullosamente, homenajeamos a los abogados de Atocha asesinados por pistoleros franquistas. En nuestra opinión, hacer memoria no es solo mirar atrás, sino que es, fundamentalmente, mantener viva la alerta, y mirar hacia adelante.
En ese mirar hacia adelante, acordamos hacer pública la siguiente reflexión:
Saludamos las movilizaciones ciudadanas que tuvieron lugar la primavera y el verano del año 2024, y que, todo indica, se repetirán en los próximos meses, como expresión de los malestares sociales que está provocando el actual modelo turboneoliberal turístico. Un paradigma de negocio turístico que, con la generalización de la economía de la digitalización, ha cambiado de raíz. Hasta finales del siglo XX, los espacios de alojamiento turístico (zona turística, en el argot de la época) y los residenciales (donde vivir y convivir las poblaciones locales) estuvieron bastante separados. Con la irrupción de la economía digital las fronteras entre un espacio y otro se diluyeron. La eclosión de plataformas como Airbnb significó que todo el espacio es susceptible de ser usado y mercantilizado por el negocio turístico.
De ahí, y del espectacular crecimiento de llegadas de turistas extranjeros –recuérdese que la salida del capital a la crisis financiera e inmobiliaria de 2008 fue la de una apuesta por un crecimiento turístico sin límite y por los recortes sociales–, devienen sustancialmente estos malestares que, conviene no omitirlo, tienen que ver con el empeoramiento de las condiciones materiales de las clases subalternas en el marco de lo que se ha denominado turistificación, es decir, en palabras de los editores del libro “El malestar en la turistificación” (Icaria, 2023) Ernest Cañada, Ivan Murray y Clément Marie dit Chirot, en su introducción, en el marco de un “proceso de transformación socioespacial como consecuencia de un crecimiento tal de las actividades turísticas, baja la hegemonía del capital, que hace que toda la vida económica y social se vea subordinada a estas, desplazando otras necesidades y usos”.
Sin duda, uno de los efectos de la turistificación de muchas ciudades y regiones españolas —casi todas excepto “la España vaciada”— es la masificación turística que, dicho sea de paso, se produce cuando el número de visitantes supera la capacidad de carga del lugar o destino, con las consiguientes aglomeraciones excesivas en calles, carreteras, playas, con la saturación de servicios e infraestructuras, la degradación de los espacios naturales y culturales, y muy importante, con un aumento del coste de la vivienda, que se ha convertido en un producto del mercado turístico y del inmobiliario especulativo. Todo ello provoca no pocas tensiones entre turistas y lugareños.
En definitiva, los malestares provocados por la turistificación y las movilizaciones de la ciudadanía que se enfrenta a este estado de cosas tienen un componente de clase evidente. Los más perjudicados por la brutal crisis de la vivienda, la carestía de la cesta de la compra, las grandes desigualdades, la privación del derecho a la ciudad, o la tensión que sufren determinados servicios, especialmente los sanitarios, son los trabajadores y trabajadoras, las clases populares, las personas no estrictamente ricas. Será nuestra gente quien pague más duramente las consecuencias de la crisis climática, del exceso de dependencia de una industria -la turística- extraordinariamente “petrodependiente”, de las políticas públicas orientadas a la consolidación de los modelos regionales y de ciudades de monocultivo turístico, en lugar de apostar por un equilibrio diversificado de los modelos económicos.
Siempre que el capital se adueña de los bienes comunes, nos toca a los y las sindicalistas denunciarlo, luchar en contra de esta apropiación, tejer alianzas para la movilización, pensar alternativas… Por eso, nos parece oportuna la presencia de los sindicatos en las movilizaciones ciudadanas citadas.
Ahora bien, pensamos que, de producirse nuevas movilizaciones a favor de ese otro turismo que es posible y necesario, debería tener más presencia uno de los aspectos fundamentales de los malestares: las problemáticas laborales. Es decir, las reivindicaciones sindicales, la necesaria valoración social de todas las profesiones del sector, o la denuncia de las precariedades que siguen existiendo en la hostelería y la restauración. Posiblemente, más allá de los casos concretos, y más o menos generalizados, estamos en presencia de una situación de precariedad laboral estructural en el sector del alquiler turístico. Nos causa una cierta sorpresa que, a estas alturas, los sindicatos tengan aún que reivindicar que el correspondiente convenio de hostelería sea de aplicación a las trabajadoras y trabajadores de las viviendas turísticas.
Por otra parte, opinamos que, en general, los crecimientos de plazas turísticas (hoteleras, alquiler turístico, etc.) y de llegadas de turistas a los más importantes destinos turísticos de España han llegado, por muchos factores que ahora no detallaremos, a su techo. Por tanto, primero la ralentización, después la contención, y, finalmente, el decrecimiento de plazas y llegadas turísticas serán las tendencias en los próximos años. Dicho en otras palabras, no es la imposición de límites o el decrecimiento turístico (o cualquier eufemismo que se quiera usar) lo que está en disputa. Podemos discrepar sobre los ritmos y urgencias según los grados de afectación de la turistificación a las clases populares de cada lugar, pero la confrontación está entre un proceso de cambio justo o injusto.
Las estrategias del capital turístico van, como no podía ser de otra manera, en la dirección de la injusticia. Con la excusa de “un turismo de calidad”, “la potenciación de la industria turística de lujo”, y otras pamplinas como “tasas turísticas disuasorias para las masas proletarizadas” no se pretende un cambio de modelo turístico más justo social y ecológicamente. Verdaderamente, la apuesta del capital es la elitización del turismo.
Quizás, para evitar malos entendidos, conviene definir qué entendemos por elitización turística: digamos, pues, que es el proceso impulsado por el capital —en multitud de ocasiones bajo la fórmula tan neoliberal de la “colaboración público-privada”— por el cual un destino turístico queda reservado para las personas de un nivel socioeconómico alto y muy alto, excluyendo a las personas de clases más bajas, generando de esta forma un marco de exclusividad y superioridad, que refuerza la segregación y las desigualdades sociales. Un buen símil de elitización turística es la gentrificación que han sufrido muchos barrios de nuestras ciudades, en los que, de forma abrupta o pausadamente, las clases populares han sido expulsadas y sustituidas por personas ricas y muy ricas.
Conviene, por tanto, cuidar el lenguaje crítico hacia la masificación turística como efecto por excelencia de la turistificación. Debe quedar clara la oposición a la elitización, al turismo “Only Exclusive”. Igualmente, en nuestra opinión, no cualquier límite o decrecimiento es justo: ¿limitar el turismo de jets privados, o el de vuelos low cost?, ¿Decrecer en hostels o en resorts de mega lujo? Esta es, planteada sintéticamente, la cuestión.
Hace algo más de tres décadas, el economista, sociólogo y ecologista marxista estadounidense James O'Connor señaló que “con el trascurso del tiempo, el capital busca capitalizarlo todo y a todos; es decir, cualquier cosa tiene la potencialidad de entrar en la contabilidad de costes del capitalismo”. Es una reflexión muy acertada en los tiempos actuales. Por tanto, vale la pena seguir luchando para que, junto a unas condiciones materiales para una buena vida, el derecho al ocio de las clases subalternas, que tantos sacrificios costó conquistar, no se convierta en un coste del capitalismo a beneficio de inventario. Lo dicho: ¡Fuimos, somos y seremos!
Firmantes: Eladio Alguacil (Catalunya), Maribel Arias de Celis (Catalunya y Castilla la Mancha), Juan Manuel Arquillo (Catalunya), Paco Barco (Benidorm), Gonzalo Fuentes (Andalucía), Rafael Borràs (Illes Balears), Enrique Dacal (Catalunya), Ginés Díez (Illes Balears), Rafa Espinosa (Catalunya), Josefa García (Andalucía), Manolo García (Andalucía), Pedro Reyes (Madrid), Quimet Romero (Catalunya), Antonio Ruda (Madrid), Ángel Moisés Sánchez (Madrid). Todos los firmantes han tenido, desde hace más o menos tiempo, distintas responsabilidades en el sector de Hostelería y Turismo de CCOO.
Noticias Recientes
-
¿Turismo en el Parque Agrario de la Conca d’Òdena? Conocer para poder valorar
Noticias Generales | 15-04-2025 -
Jornadas de mapeo: turismo, memorias y archivos
Noticias Generales | 10-04-2025 -
Turistificación y malestares laborales: algo de memoria y futuro del sindicalismo en hostelería
Noticias Generales | 08-04-2025 -
5º Seminario Perspectivas críticas sobre el trabajo en el turismo
Noticias Generales | 25-03-2025 -
Turismo comunitario urbano en Brasil: una pedagogía de la resistencia
Noticias Generales | 25-03-2025 - | Archivo de Noticias »