01-03-2015
Retos y desafíos ambientales para Centroamérica
Grettel V. Navas | Alba SudDurante el cierre del proyecto Environmental Governance (ENGOV) que se celebró el 11 y 12 de febrero en la Ciudad del Saber en Panamá, una mesa de diálogo analizó las principales problemáticas ambientales de Centroamérica.
Crédito Fotografía: Alam Ramírez Zelaya / Alba Sud
Entre el 11 y el 12 de febrero del 2015 se llevó a cabo el cierre del proyecto Environmental Governance (ENGOV), un proyecto liderado por el Centro de Estudios y Documentación Latinoamericanos (CEDLA) de la Universidad de Ámsterdam (UVA) con fondos de la Unión Europea. Este proyecto duró cuatro años y entre sus principales objetivos destaca el interés por entender las dinámicas territoriales desde la perspectiva de los diferentes actores que con racionalidades distintas y saberes múltiples hacen un uso de los recursos naturales en diferentes niveles.
Los participantes del proyecto fueron diferentes centros académicos de Francia, España, Noruega, Alemania, Ecuador, Chile, Argentina, Brasil y México, y donde se desarrollaron espacios de discusión con diferentes líneas de investigación: historia ambiental y desigualdad en la distribución de recursos naturales, cambio climático, consumo responsable, diálogo de saberes, pobreza y desarrollo, conflictos y extracción de recursos, soluciones locales, justicia ambiental, mitigación y adaptación, gobernanza. En el marco de la Gobernanza Ambiental, actualmente ENGOV es un referente en la región. Todas las publicaciones realizadas a lo largo del proceso se encuentran accesibles en el siguiente enlace: http://www.engov.eu/es/publicaciones.html
Si bien no había universidades centroamericanas participantes en el proyecto, fue positivo que en una de las mesas se realizó el diálogo titulado “Cambio climático y gobernanza ambiental en el Caribe y Centroamérica”, donde estuvieron presentes integrantes de El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá. Este espacio logró llenar muchos de los vacíos de información que siempre quedan pendientes en diferentes congresos y proyectos por la poca participación que se le da a Centroamérica y el Caribe. La misma Barbara Hogenboom, directora mundial del proyecto en la conferencia de inauguración afirmó que “Centroamérica es nuestra gran deuda”.
Participantes en la mesa de diálogo regional. Fotografía de Grettel V. Navas.
La mesa de diálogo estuvo coordinada por Mariel Aguilar Støen, profesora investigadora del Centro para el Desarrollo y Ambiente de la Universidad de Oslo (SUM-UiO), quien promovió la discusión por medio de la siguiente pregunta: ¿Cuáles son los principales retos en su país y en la región centroamericana?
Guatemala
Para Edwin Castellanos, director del Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad - Universidad del Valle de Guatemala, los dos temas ambientales de mayor importancia y dificultad de resolver son el mal manejo del recurso hídrico y la pérdida de bosques. Según él en Centroamérica hay una variabilidad espacial y temporal, es decir podemos encontrar lugares donde hay mucha agua y otros donde tenemos muchísima escasez. Hay meses del año con inundaciones y otros con mucha sequía, y eso es producto no solo de las variables climáticas sino también de un mal manejo y gestión del recurso hídrico. El mal tratamiento de las aguas residuales produce también escasez. Así explicó que hay comunidades que tienen un río cercano pero que no lo pueden usar porque está contaminado. Esto genera conflictos no solo por la escasez sino también por la calidad del agua. Para Castellanos el segundo gran problema ambiental tiene que ver con la perdida de bosques relacionada con el aumento de la frontera agrícola, y que en el caso guatemalteco está muy vinculado con la expansión de las plantaciones de palma africana.
Panamá
Francisco Herrera, profesor de la Universidad de Panamá y miembro de la Asociación Centro de Estudios y Acción Social, coincidió en señalar el agua como gran reto ambiental en su país.Sin embargo en Panamá este problema está relacionado con el crecimiento urbano. El “canalcentrismo” (esto es una economía basada en el Canal) ha llevado a que la ciudad de Panamá sea un polo de crecimiento, por lo que requiere grandes cantidades de agua para abastecer la nueva demanda, lo cual provoca incertidumbre y estrés hídrico en las zonas periféricas. Otro problema asociado es el aumento de la flota automovilística, vinculada también al crecimiento urbano (y a los bajos precios de los vehículos en el país). Por otra parte el crecimiento urbano ha sido poco planificado y mal organizado. Este tipo desarrollo urbano se está dando bajo un marco de especulación que lleva consigo problemas también con la elevada generación de residuos.
Otras ciudades de gran crecimiento en Panamá son David, Chitré y Santiago. Las tres son polos de desarrollo urbano que muestran características muy similares a las de ciudad Panamá: construcción de “malls”, apropiación de tierra por parte del sector empresarial, desplazamiento de poblaciones hacia las periferias y la generaci´n de conflictos urbanos latentes a los que hay que prestarle un mayor interés.
Asimismo en casi todas las ciudades los manglares se han convertido en basureros, y si bien el movimiento ecologista ha realizado campañas de descontaminación de manglares no se sabe qué hacer con la basura. Así relató que la población apenas escucha que cerca de ellos quieren construir o poner un “botadero” la comunidad se manifiesta en oposición a tal propósito e inmediatamente se genera un conflicto. No hay por tanto un programa sistemático de disposición de la basura, y el reciclaje no es parte de la cultura panameña. En este sentido, la misma comunidad indígena Kuna Ayala ha tenido que realizar programas de separación y manejo de residuos porque la inmensa cantidad de desechos que genera el turismo se convirtió hasta hace pocos años en una amenaza.
Por terminar con el caso panameño, la generación de hidroelectricidad es otro desafío: “hay muchísimos proyectos para la generación de energía y no dicen de dónde van a sacar el agua”, señaló Francisco Herrara. Así por ejemplo mencionó el caso del conflicto en la Hidroeléctrica Barro Blanco, que durante la misma semana en la que se celebró el Congreso, el gobierno panameño paró las obras por falta de estudios ambientales integrales. Finalmente, Herrera explicó que los monocultivos también supone un desafío ambiental creciente, pues requieren de grandes extensiones (acaparación de tierra) e irrigación (apropiación de agua).
El Salvador
Para Herman Rosa, ex ministro de ambiente de El Salvador y miembro de Fundación PRISMA (Programa Salvadoreño de Investigación sobre Desarrollo y Medio Ambiente) en El Salvador, el gran problema son los cultivos comerciales y el uso y abuso de agrotóxicos, como ocurre con la caña de azúcar. En su presentación mencionó también otras problemática como el aumento de las ciudades que va de la mano de un crecimiento de las aguas residuales y la contaminación de los ríos. Pero también señaló que debido al cambio en los patrones de consumo en los salvadoreños, conquistados por el modelo estadounidense, cada vez se generan más desechos, bajo una cultura como diría Eduardo Galeano de “úselo y tírelo”
Mencionó también que el cambio climático constituye también un desafío per se, y que en estos momento es necesario actuar desde el ámbito de la investigación: “No tenemos los estudios duros que lo logren comprobar. En los estudios del IPCC hay nula referencia a Centroamérica, estamos olvidados por estas investigaciones. Cuando yo pregunto siempre me dicen que esa es una región que no se ha estudiado. Esperamos que esta discusión avance y que desde la academia este sea un tema de interés”, afirmó el ex-ministro.
Para Herman Rosa, en Centroamérica aún no se ha concebido el tema del cambio climático como un problema de primer orden. Los Estados centroamericanos no le han dado el suficiente interés ni han invertido los suficientes recursos para hacerle frente. Ha existido poca unión entre los representantes centroamericanos para llevar propuestas conjuntas a los diferentes encuentros internacionales.
Nicaragua
Por último, Nicaragua, el país más extenso de los siete países de América Central, es también el que tiene la superficie ocupada por agricultura más grande de la región. Sin embargo, históricamente no ha sido tan poblada (solo tiene más habitantes que Costa Rica, con un territorio mucho menor) y esto le ha dado un perfil histórico de una relativa mayor disponibilidad de tierra que ha dado lugar a un formidable proceso de expansión de la frontera agrícola, en la que la ganadería también ha jugado un papel clave. El país es el principal exportador de carne de Centroamérica. Este progresivo crecimiento ha ido acompañado de altas tasas de deforestación, contaminación de los ríos y a una creciente conflictividad por la disputa de las tierra. El avance de la frontera agrícola y ganadera ha comenzado ya a amenazar áreas protegidas como la Biósfera de Bosawás.
Desafíos regionales
Con las intervenciones realidas en esta mesa de diálogo, queda claro que no se puede hacer una lectura plana del istmo. Hizo falta también la participación de Costa Rica, Honduras, así como del país más alejado de la región, Belice. Los participantes hicieron aportes que dan para ampliar los análisis en diferentes niveles, pero hay que señalar el hecho que todos hicieron alusión al tema de recurso hídrico como un gran desafío. En concreto al problema del abastecimiento de agua potable a poblaciones que seis meses al año sufren escasez y los otros seis se ven inundadas. Esto requerirá importantes inversiones por parte de los Estados para poder encontrar un punto de equilibrio, principalmente cuando el cambio climático puede intensificar esas dos estaciones.
Los monocultivos constituyen otra de las grandes problemáticas socioambientales.La caña de azúcar conlleva un alto uso de agro tóxicos que da lugar a importantes impactos en la salud ambiental y humana. Por su parte la la palma africana requiere de grandes extensiones de tierra, que deriva en el desplazamiento de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas y consecuentemente una gran conflictividad.
En algunos países de la región, como El Salvador y sobre todo Panamá, se identifica la expansión de las ciudades como un desafío creciente. Un urbanismo caótico y sin ordenamiento territorial, está generando problemas de abastecimiento hídrico y de aumento de la basura generada.
Sorprendentemente ninguno de los participantes mencionó el turismo como un proceso también de acaparamiento de tierras y de apropiación de agua, así como tampoco la minería metálica.
Con todo, la mesa de diálogo fue positiva en la medida que se le dio una voz a la región centroamericana que en muchos congresos y proyectos queda desapercibida. Los participantes hicieron un llamado a los académicos que volteen sus miradas a la región, principalmente para investigar temáticas claves como el cambio climático y los efectos que podría tener en estos países.
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