03-02-2017
Externalizaciones en los hoteles: los métodos más abusivos del capitalismo hotelero
Rafael Borràs | Alba Sud
Reseña y reflexiones a propósito del libro de Ernest Cañada, “Externalización del trabajo en hoteles. Impactos en los departamentos de pisos” (Alba Sud Editorial, Barcelona, 2016).
A modo de introducción
Dice Josep Fontana que “en apariencia, por lo menos, el sistema capitalista parece consolidado en su variante depredadora actual, gracias a que la propia crisis ha contribuido a que se acepten, incluso, sus métodos más abusivos” [1]. El profesor de historiadores e historiadoras, y referente de tantos y tantas activistas sociales, se refiere a los métodos de explotación sin piedad del planeta que practica el capitalismo extractivo, pero es perfectamente aplicable a los métodos más abusivos de extracción de derechos laborales.
Ni que decir tiene que para Fontana la aceptación de estos métodos abusivos es por parte del capitalismo que ha impuesto su pensamiento único neoliberal, de las elites que criminalizan cualquier disidencia, de la clase política que anatemiza de raíz todo pensamiento disidente, con la teología del mercado como único actor legítimo en materia de economía y sociedad. Pero, mal les pese, el fin de la historia no es más que una estupidez pronosticada por el neoliberalismo.
Frente a los métodos abusivos del capitalismo europeo de estos primeros años del siglo XXI, se levantan resistencias, movilizaciones, alternativas, batallas (algunas ganadas y otras pérdidas)… El caso es que en el Reino de España percibo –y me consta que no es nada personal– un gran orgullo al ser tratado de radical, y cada vez nos parecen más dignas las luchas y movilizaciones sociales y sindicales que son tachadas como tales. Las resistencias de hoy son, querámoslo o no, resistencias radicales ¿Por qué? Pues, entre otras cosas, porque “una revolución radical sólo puede ser una revolución de necesidades radicales” [2]. En la actual fase de lo que se ha denominado Gran Recesión [3] para las víctimas de la crisis (una gran parte de la población empobrecida), las necesidades siguen siendo radicales. Entre otras: trabajo decente, salarios suficientes, vivienda digna, ausencia de pobreza… En definitiva, la necesidad radical de no seguir empobreciéndose, tengan o no trabajo remunerado.
El nuevo libro de Ernest Cañada “Externalización del trabajo en hoteles. Impactos en los departamentos de pisos”, publicado en línea por Alba Sud en su colección Turismos, es un descarnado relato de los métodos más abusivos del capitalismo hotelero, y de sus consecuencias sobre las espaldas de las víctimas de estos métodos de explotación laboral. No obstante, en mi opinión, lo más relevante de este libro es que nos ilustra sobre –a pesar de las dificultades– la capacidad de resistencia y de organización y movilización sindical de las trabajadoras de los departamentos de pisos, de algunas batallas ganadas, y también de alguna batalla de discutible y controvertido resultado, como es el caso del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de la cadena hotelera NH.
Ernest Cañada, como ya hizo en su anterior libro “Las que limpian los hoteles. Historias ocultas de precariedad laboral” (Icaria Editorial, 2015), nos describe los impactos de este método de gestión empresarial turbocapitalista dando la palabra a las víctimas de tales impactos, es decir, a las camareras de pisos, y a gente con conocimientos en relación a la problemática: sobre todo, sindicalistas, pero también alguna trabajadora social, y algún empresario, inspector de trabajo, y médico. En la introducción ya se nos advierte que “el análisis se ha centrado fundamentalmente en la experiencia y percepción de las trabajadoras y trabajadores del sector, así como en la respuesta que se ha generado en el ámbito sindical, y entre algunas asociaciones de carácter profesional que han cuestionado su idoneidad en el sector hotelero”.
En cualquier caso, me parece imprescindible reseñar que Ernest Cañada, con esta publicación, vuelve a dar ejemplo de compromiso y rigor, y de una capacidad divulgativa impresionante. El turbocapitalismo, en general, y el hotelero en particular, no tolera con agrado que se visualicen sus métodos más abusivos de explotación laboral y medioambiental. En este sentido, la publicación de este libro es una valiente muestra de resistencia frente a la dictadura del pensamiento único de las elites neoliberales. Por esto, y tantas cosas, ¡gracias Ernest!
Activación de “Terminators de derechos laborales”
Las externalizaciones se suelen presentar por buena parte del mainstream académico y del establishment de los métodos de organización empresarial como un modelo de gestión –el “outsourcing”– política e ideológicamente neutro. Nada más lejos de la realidad, como señala Cañada: “La reforma laboral de 2012 en España favoreció la prevalencia de los convenios de empresa sobre los convenios colectivos sectoriales. En el sector hotelero esto se ha traducido en un incremento de los procesos de externalización y subcontratación de determinados departamentos, especialmente el de pisos. Gracias a este cambio normativo en numerosos hoteles se ha sustituido el personal contratado de forma directa por empresas de multiservicios”. Es decir, la extensión e intensidad actual del fenómeno de las externalizaciones en España es provocado por una decisión política –la última reforma laboral– que, al debilitar el Convenio Colectivo Sectorial, provoca que, como auténticos “terminators de derechos laborales”, se active una proliferación nunca vista de empresas de multiservicios.
Pero, el origen y los impactos de la externalización y del auge de las empresas multiservicios tiene también causas ideológicas. Por una parte, al favorecer el convenio de empresa y minusvalorar el de sector se consigue uno de los fines ideológicos más queridos por los y las neoliberales: el debilitamiento del sindicalismo. Por otra parte, en este asunto colisiona el derecho constitucionalizado a la “libre empresa” con los también constitucionalizados derechos al trabajo y a una remuneración suficiente. En la práctica, las instituciones estatales del Reino de España han hecho una opción ideológica a favor de las empresas. Para profundizar en esta visión del asunto –y teniendo en cuenta que este texto no tiene ninguna pretensión de análisis jurídico de la externalización y de sus posibles alternativas– recomiendo a las personas interesadas en este debate la lectura del texto del Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Miquel A. Falguera i Baró, titulado “La externalización y sus limitaciones”.
En definitiva, estamos ante un texto –el de Cañada– que nos relata la trasformación de unas empresas –las multiservicios–, originariamente pensadas para la prestación de “servicios a las empresas”, en empresas trituradoras de derechos laborales y los efectos que esta trasformación tiene sobre las trabajadoras que limpian los hoteles. Sí, sobre “las” porque, aunque “en 2014 se estimaba que el 30% de los trabajadores del sector hotelero en España habían sido ya externalizados y que para 2016 alcanzarían un 60” (pág. 55), la feminización es evidente en la externalización de mano de obra en los hoteles españoles.
“Trabajar más y ganar menos”
El hoy delincuente convicto, Gerardo Díaz Ferrán, dijo, en octubre de 2010, mientras simultaneaba la presidencia de la gran patronal española CEOE con sus estafas empresariales y negocios delictivos, que la única manera para salir de la crisis era "trabajando más y ganando menos" [4]. Es, sin duda, una frase icónica que justifica que nos refiramos a la crisis como lo que verdaderamente es: una crisis–estafa.
Lo cierto y seguro es que la frase fue profética, y la externalización vía empresa multiservicios ha sido muy importante para que ello fuera así. Dos ejemplos contenidos en el libro de Ernest Cañada que justifican esta afirmación son los siguientes: “Pagan por habitación hecha. De 1,13 a 2,50 euros lo máximo, la que gana 2,50 es una privilegiada” (pág. 90) afirma una camarera de pisos de Sevilla. Otra, en este caso de Cambrils (Catalunya), nos cuenta que “hay veces que trabajamos 7 días seguidos, y hasta 10. Nos tratan como animales, es un régimen de esclavitud absoluta. Tu vida se queda ahí, en el hotel” (pág. 108).
La mutación del “derecho del trabajo” en “derecho del empleo”
No obstante, conviene no olvidar que, con estos “métodos más abusivos”, se consigue bastantes más cosas que la pérdida de derechos sociales, laborales y salariales. Se me ocurren al menos las siguientes:
1. Propicia el fraude laboral que, en el contexto de una Inspección de Trabajo y Seguridad Social con recursos materiales y humanos insuficientes [5], provoca una gran impunidad, incluso en el cumplimiento de la laxa legalidad laboral: “La cesión ilegal de trabajadores tiene una serie de parámetros que te permiten identificarla. Principalmente que las camareras de pisos estén bajo las órdenes de una gobernanta contratada por el hotel. Eso ya es un indicio más que suficiente para considerar que hay cesión ilegal de trabajadores. O, por ejemplo, cuando la empresa de servicios sólo pone a disposición del hotel a las trabajadoras para limpiar con unos uniformes y nada más, sin productos de limpieza, ni carritos, ni nada. Atiende a la petición de personal que hace el hotel y se limita a enviarlo. En el sector, la inspección de trabajo ha declarado cesiones ilegales con frecuencia y ha provocado que las empresas de servicios afinen en el modo en que prestan el trabajo” (Inspector de Trabajo, pág. 57).
2. Para quien los padece, tienen unos efectos psicosociales brutales: “Es un abismo pasar de estar contratada por el hotel a estar contratada por una agencia multiservicios. Como te hacen contrato por finalización de obra y servicio, pues tú terminas el día y te dices: hoy he trabajado, mañana ya no lo sé” (Camarera de pisos, pág. 104).
3. En algunos casos, estos efectos psicosociales llegan a extremos próximos a lo contrario de las políticas laborales que podríamos englobar bajo el nombre genérico de making work pay [6]: “Yo ya ha llegado un momento en que, con estas condiciones ya no quiero trabajar, es que me va la vida en ello” (Camarera de pisos y subgobernanta, pág. 80).
4. Con todo, la repercusión de mayor calado estratégico es el incremento de la ya, en un marco laboral de turbo precariedad, importante dificultad de organización sindical. En este sentido, son particularmente ilustrativas las siguientes palabras: “La gran rentabilidad que le da la externalización es que desmorona a la clase, a la familia de los trabajadores y trabajadoras de un hotel. Por encima del salario, está el aislamiento de las trabajadoras de un departamento como el de pisos que, claramente, estaban dando la talla. Bien por sus condiciones de trabajo, porque es el grupo más numeroso, o por lo que fuera, pero las camareras de pisos estaban adquiriendo fuerza y en todos los comités de empresa ya estaban presentes, cuando antes no había ni una en los comités de empresa” (Pepi García Lupiáñez, camarera de pisos y sindicalista de CCOO, pág. 146).
En definitiva, el libro “Externalización del trabajo en hoteles. Impactos en los departamentos de pisos” es una obra imprescindible para entender e interpretar, desde la perspectiva de las trabajadoras, la transformación del concepto de Derecho del Trabajo (con su carácter tuitivo o de protección de la parte débil del conflicto capital–trabajo), en el neoliberal concepto de Derecho del Empleo (con su pérdida de garantía de inclusión social del trabajo remunerado, la extensión de la pobreza laboral, las malas experiencias laborales iniciales [7], el reforzamiento del poder unilateral empresarial en el seno de la empresa, y la inseguridad de entrada, permanencia y salida del mercado laboral). Por decirlo en palabras del catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Barcelona, Joan Subirats, la protección que otorgaba el Derecho al Trabajo ha devenido en todo lo contrario: Los trabajadores y trabajadoras forman ahora parte de los “desprotegidos”.
Para concluir: dudas y certezas
El libro de Ernest Cañada acaba con esta reflexión: “El problema no está solo en malas prácticas particulares, sobre las que es necesario actuar, si no en un modelo de gestión laboral que se fundamenta en la precarización del empleo turístico. Sociedades que se pretendan democráticas y a la vez tan dependientes del turismo como la española es algo que no se pueden permitir. La apuesta por un turismo de calidad y sostenible no es posible sin la defensa de un trabajo decente”. A partir de ahí y de lo que antecede, creo pertinente compartir al menos las siguientes dudas:
a. El Congreso de los Diputados de España ha aprobado recientemente la toma en consideración de la propuesta de modificación del art. 42 del Estatuto de los Trabajadores para garantizar la igualdad en las condiciones laborales de los trabajadores subcontratados y las trabajadoras subcontratadas. No es una mala iniciativa, pero, ¿Servirá para detener el deterioro de las relaciones laborales? Pienso que no porque, además de las insuficiencias concretas de la proposición [8], la clave está en revertir el guión de unas políticas laborales desposeedoras de derechos individuales y colectivos, como por ejemplo, los de sindicación y huelga. En esta dirección, la derogación de las Reformas Laborales de 2010 y 2012 es fundamental.
b. La reversión del guion neoliberal exige desterrar las soluciones basadas en el “mal menor”. Por tanto, en el caso concreto de la subcontratación en los hoteles, ¿Se habrá aprendido la lección para no repetir errores como el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de la cadena hotelera NH? Y, desde una perspectiva más global, ¿Asumirán los sindicatos que hay que reequilibrar institucional y radicalmente la correlación de fuerzas negociadoras entre patronos y trabajadores/as? Dicho más a las claras: ¿Se asumirá sindicalmente la propuesta de una Renta Básica que, por su carácter incondicional, garantice de verdad la libertad material de todo el mundo? O dicho aún más claramente, hasta cuándo los grandes sindicatos españoles ignoraran que la falta de libertad material provoca infinidad de situaciones como la narrada en la página 144 de libro objeto de comentario: “Sabemos que hay mucho miedo, y mucha necesidad, y cuando llega la inspección de trabajo la mayoría no quieren hacerse notar por no perder su puesto de trabajo. Por eso yo les digo que ese miedo es de donde se agarran los empresarios, para seguir explotando como quieren, porque se lo estamos permitiendo”.
El capítulo de las certezas es más conciso: Por una parte, tengo la certeza de que hay que leer el libro “Externalización del trabajo en hoteles. Impactos en los departamentos de pisos”. Otra certeza es que Ernest Cañada y yo compartimos bastantes cosas, entre las cuales, al parecer, está la lectura de David Harvey. Ernest inicia su texto con una cita suya, y yo cerraré este comentario con otra cita del geógrafo marxista que contextualiza la desposesión de derechos, y la lógica de la subcontratación a través de empresas de multiservicio. Dice Harvey: “La crisis es un golpe de Estado que distribuye la riqueza hacia arriba” [9].
[1] Josep Fontana. “El futuro es un país extraño. Una reflexión sobre la crisis social de comienzos del siglo XXI”. Editorial Pasado & Presente (2013).
[2] Karl Marx "Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel". Editorial Claridad, Buenos Aires, Quinta edición, agosto de 1968.
[3] La crisis–estafa que se inició en 2007–2008 y que, al menos en sus efectos para la población no estrictamente rica, aún persiste.
[4] Ver como ejemplo de la repercusión en prensa de las palabras del ex dirigente empresarial: Expansión, 14/10/2010.
Artículo publicado originalmente en Sin Permiso el 9 de enero de 2017.
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