26-10-2020
Ressenya de el llibre «Turistificación Global: Perspectivas críticas en turismo»
María Antonia Martínez CaldenteyRessenya apareguda a la revista Investigaciones Turísticas (núm. 20, 2020) de la Universitat d'Alacant, del llibre editat per Ernest Cañada i Ivan Murray, i publicat per Icaria Editorial l’any 2019.
(article disponible només en castellà)
Al leer Turistificación Global: Perspectivas críticas en turismo se entra en un espacio de análisis y reflexión sobre la industria turística actual desde un marco heterodoxo que resulta, cuanto menos, refrescante. Desde la misma introducción se nos plantean los huecos existentes a lo largo de la literatura dedicada al estudio del turismo, pues si bien es una actividad socioeconómica primordial en el orden mundial, el estudio de esta se ha abordado principalmente desde enfoques ortodoxos con poca incidencia desde las perspectivas críticas. Así, Ernest Cañada e Ivan Murray nos ofrecen un detallado recorrido sobre lo que se ha hecho académicamente desde enfoques críticos de cara a entender el fenómeno turístico. Los autores beben de la tradición académica de los años setenta, la cual ya planteaba una óptica crítica, –si bien no era ni mucho menos la hegemónica, tal y como ocurre en la actualidad–, imbricándola con la lucha comprometida socialmente.
El libro está estructurado en seis bloques, donde se tratan cuestiones transversales sobre el turismo. Cada uno de los capítulos es el fruto recogido tras una larga trayectoria académica por cada uno de los distintos autores, siendo actores bien representativos de sus respectivas áreas de estudio. De este modo, el lector atento será capaz de desgajar, una a una, las capas que recubren y enmarañan la multidimensionalidad del turismo, siendo capaz de comprenderlo mejor gracias a la perspicacia con la que se han desarrollado los estudios presentados.
El primer bloque, Enfoques para un análisis del turismo, se adentra en la dimensión del análisis teórico desde una perspectiva crítica del statu quo. Comenzando con la aportación de Robert Fletcher, quien muestra que el turismo cristaliza como una herramienta para propagar la lógica neoliberal, allá donde se establece, a través del montaje de sus propias estructuras funcionales y el afianzamiento de la hegemonía del statu quo global. La edificación que realiza el capital bajo medidas como puedan ser los “programas de ajuste estructural” sirven para transmitir la “vocación turística” a muchos territorios del sur global. Entre los cuales destaca el ecoturismo, siendo el intento del neoliberalismo, por interiorizar los recursos naturales y sacar rédito económico de ellos. Fletcher nos desenmascara así, como el capitalismo neoliberal, el cual se ha encargado de la explotación sin mesura y de la gestión negligente de los recursos naturales, se ha propuesto conservar los lugares que se encuentran en mejor estado medioambiental para poder venderlos como preciadas excepciones. En el segundo capítulo: La economía política del turismo: una introducción crítica, Raoul Bianchi nos presenta el turismo internacional como uno de los principales sectores de exportación, conformándose como una efectiva vía de acumulación capitalista. La tan sobreexplotada promoción turística se presenta como una desgastada solución, pues como nos expresa el autor, a pesar del desarrollo, este no se traduce necesariamente en una mejora del nivel de vida de la sociedad, sino que más bien tiende a acrecentar las desigualdades socioeconómicas. De esta forma, incide en la ligazón entre el turismo y la economía política crítica. En tercer lugar, se encuentra Clement Dit Chirot en el capítulo: Rematerializar los estudios turísticos, donde señala las contradicciones del espacio turístico, las cuales basculan en la relación desigual de centro-periferia, tal como expuso Henri Lefebvre mediante la materialización a través del espacio y que el autor recupera para armar la rematerialización de los estudios turísticos. En el cuarto caso, El estudio del turismo a modo de contestación social, Saida Palou Rubio propone articular el estudio del turismo como réplica social, pues el turismo es un producto sociopolítico y no puede desligarse de la sociedad, la economía, la política y el territorio. Pudiendo ser la herramienta para analizar la problemática social, pues el turismo no es una dimensión estanca, sino permeable, teniendo el poder de modificar las condiciones sociales y territoriales. El quinto capítulo, Turismo residencial internacional viene de la mano de Antonio Aledo y Antonio M. Nogués-Pedregal, los cuales establecen la necesidad de imbricar el turismo residencial con las dinámicas del capital en la globalización, el cual busca fijarse en la tierra produciendo suelo urbano y, saltando de territorio en territorio, para satisfacer el apetito de consumo espacial. Por último, en El neuroturismo en la era de la aceleración social: una aproximación crítica a sus implicaciones éticas, José L. López-González introduce el poco tratado tema del neuroturismo, donde se explica como la actividad turística se sirve del mismo, pudiendo influir en los patrones de consumo de los turistas, lo cuales se guían por impulsos emocionales, así como las implicaciones éticas y morales que ello conlleva.
Miradas feministas sobre impactos de la turistificación, conforma el segundo bloque, comenzando por el capítulo Género y turismo: un cuaderno inacabado por Daniela Moreno Alarcón. En este caso, se apunta la necesidad de abordar el estudio del turismo desde la perspectiva feminista, tratando en este caso en concreto: el turismo sexual, la feminización del empleo y la política turística concienciados sobre el género. El octavo y último capítulo de este bloque es de Adriana Piscitelli: ¿Turismo sexual? Balance crítico de la producción de un concepto, la cual ahonda sobre el turismo sexual como concepto y construcción antropológica, así como en las dinámicas sociales que esta actividad desencadena. Mientras que, por último, se centra en los movimientos transfronterizos a través de la mirada de las mujeres implicadas en la prostitución turística.
El tercer bloque, Dimensiones estructurales del proceso turístico, ha sido construido en torno a las distintas esferas que constituyen el proceso turístico. El capítulo noveno, Empresas multinacionales turísticas, realizado por Antoni Artigues y Macià Blázquez-Salom, se nos presenta con la intención de discernir el papel que han jugado las corporaciones transnacionales turísticas, las cuales han ido ganando músculo, siguiendo las reglas del juego interpuestas por el neoliberalismo mientras seguían la corriente de la globalización. El décimo: (De)construyendo el vínculo entre hoteles y finanzas desde la economía política del turismo, escrito por Ismael Yrigoy, se centra en mostrar la conexión entre capital financiero y las cadenas hoteleras, en cuanto a la simbiosis existente entre rentistas-financieros y hoteleros. A la vez que nos muestra la dinámica de la circulación del capital en la actividad hotelera, donde la fuerza de trabajo no solo la nutre, sino que representa gran parte de sus beneficios de origen y final. El onceavo capítulo, El transporte aéreo y la globalización del turismo de David Ramos-Pérez, nos reseña la íntima relación existente entre el capitalismo y el transporte aéreo. El cual actúa como catalizador para llegar a territorios cada vez más lejanos, aportando así, nuevas soluciones a las crisis de sobreacumulación del capital. A la vez que evidencia, el constante reguero que se produce de las instituciones gubernamentales hacia las compañías aéreas. Pues las administraciones públicas, al entrar en la carrera por el fomento de la actividad turística, han pagado como tributo el territorio sobre el que gobiernan y la sociedad a la que representan, encontrándose arrodilladas frente a las grandes empresas privadas. Este bloque lo finaliza el capítulo escrito por Ernest Cañada, titulado: Trabajo turístico y precariedad. El autor representa la estructura laboral sobre la que se asienta la industria turística, la cual se nutre de un trabajo que suele descansar sobre la precariedad y el patriarcado, al feminizar las labores más poco remuneradas y de peores condiciones. Asimismo, Cañada deja una puerta abierta a la esperanza al describir territorios y tiempos distintos, donde las condiciones laborales turísticas se encontraban alejadas de la siempre exigente flexibilidad neoliberal o, en otras palabras, la precariedad.
Espacios urbanos y conflictos turísticos vertebra la cuarta parte del libro, donde se ponen de manifiesto las tensiones que se producen por el uso del espacio y la explotación de éste como producto de consumo por parte del turismo. En el decimotercer capítulo Agustín Cocola-Gant discute sobre la Gentrificación turística, explicando como los espacios periféricos con economías dependientes del turismo y marcadas por la precariedad laboral, tienden a ser gentrificados mediante la capacidad de compra de los turistas. También alega que se produce un desplazamiento a través de tres esferas: la residencial, la comercial y la simbólica. Por su parte, Marc Morell en Turismo y diferencial de renta. No hay vacaciones para la lucha de clase incide en la relación multidimensional que se produce entre la saturación turística y el diferencial de renta, los cuales se alimentan a su vez de la gentrificación y de la lucha de clases, siendo los combustibles que el capital necesita para su reproducción a través de su fijación en el suelo como solución espacial. En el siguiente capítulo nos encontramos con la propuesta de Javier Gil abordando los Cambios en la producción y el consumo del turismo. El caso de Airbnb. Acercándonos a Airbnb, siendo un ejemplo paradigmático del capitalismo de plataforma, el cual ha ido ganando peso en un corto periodo de tiempo. Asimismo, cabe tener en cuenta los cambios producidos en el modelo de explotación productiva capitalista, donde destaca la figura del prosumidor, siendo un tipo de empleo que suele anclarse sobre la explotación personal y la precariedad. A su vez, se debe ligar a los nuevos patrones de consumo, los cuales se encuentran estrechamente vinculados al consumo simbólico y de experiencias. En el capítulo decimosexto: Alojamiento turístico y «economía colaborativa»: una revisión crítica de los discursos y las respuestas normativas, Alan Quaglieri y Sheila Sánchez nos proponen analizar la solidez del discurso de la economía colaborativa, concepto del cual se han abanderado múltiples empresas pertenecientes al capitalismo de plataforma, si bien se encuentra en las antípodas de lo que sería una economía abiertamente participativa y equitativa, pues se estructura en torno al monopolio de los intermediarios. Entonces, cabe preguntarse sobre la gestión política de este fenómeno mediante su regulación, donde entran en colisión las plataformas y la Comisión Europea –abogando por la completa liberalización– contra algunos gobiernos locales más concienciados con el derecho a habitar y los activistas sociales preocupados por sus territorios. A continuación, se nos presenta el capítulo referido a La cuestión turística: el activismo turístico y la turistificación de los movimientos sociales por parte de Claudio Milano y José A. Mansilla. En este caso, se nos plantea la formulación del enfrentamiento social –a través del activismo turístico– de cara a las manifestaciones del neoliberalismo, como es la masificación turística mediante explotación intensiva. Así, un fenómeno como la saturación turística, tan presente hoy en día, ha hecho emerger movimientos sociales reivindicativos que participan dualmente al estar basados en una resistencia hacia el turismo, –como los que denuncian el turismo como fuerza productora de desigualdad, así como aquellos donde el turismo puede participar del propio movimiento.
La quinta sección presenta Lecturas críticas de las alternativas al turismo hegemónico, comenzando por el capítulo Conflictos rurales y turismo de Jordi Gascón. En él podemos apreciar como el turismo ha servido como vector de incremento de la vulnerabilidad del mundo rural a través de la marginalización de las actividades productivas tradicionales; los cambios en la estructura social y la transformación de la geografía y el paisaje. Mientras que la otra cara de la moneda, son los casos donde se ha producido una simbiosis entre turismo y producción agraria local, la cual obtiene valor y reconocimiento gracias a la consumición turística que se hace de un producto autóctono de un territorio específico. El decimonoveno capítulo: Turismo y comunidad, de la mano de Esteban Ruiz-Ballesteros, nos presenta la interrelación entre la actividad turística y la comunidad como colectivo. Si bien en principio, se considera el turismo como una antítesis en referencia a la comunidad, el autor aboga por superar ese apriorismo y repensar un turismo distinto como posible. De forma que se pudiera llevar a cabo un desarrollo turístico diferente al hegemónico que sirviera de catalizador de la comunidad, entendiéndola como un cuerpo social que actúa colectivamente. El cierre del presente bloque lo conforma el vigésimo capítulo, donde Érica Schenkel trata El turismo social: principales conceptos y enfoques teóricos. El turismo social se constituye en torno al derecho de las vacaciones y del descanso de la clase obrera, si bien en la actualidad se encuentra en medio de la dicotomía entre ser una actividad inclusiva y provechosa para el desarrollo del ser humano y la explotación intensiva que se hace a través de ella desde las lógicas del neoliberalismo.
El libro finaliza con el sexto bloque, el cual hace referencia a Turismo y naturaleza, límites de la nueva frontera. El desenlace resulta ser el apartado más corto –junto con miradas feministas–, porque lo conforman únicamente dos capítulos. El vigésimo primer capítulo, de Jorge Olcina Cantos, recibe el título de Cambio climático y actividad turística: dos procesos que se retroalimentan. Tal y como expresa el propio título, la industria turística y el calentamiento global son dos fenómenos que se encuentran ligados al ser el segundo, en parte, consecuencia del metabolismo del primero. Mientras que la aceleración del cambio climático por causas antrópicas alterará sin remedio al turismo, así como a los destinos dedicados a ello intensivamente. De todo ello, el autor concluye que los objetivos prioritarios deben mudar, dejando atrás el crecimiento vacuo del PIB del que el sistema neoliberal se encuentra tan orgullosamente abanderado, aunque sus mayores logros hayan sido la insostenibilidad medioambiental y la injusticia socioeconómica. El vigésimo segundo capítulo: La playa vacía, el bosque exuberante y el otro exótico: herramientas para el análisis crítico del turismo de naturaleza de la autora Diana Ojeda, representa el último tramo de este amplio compendio de investigaciones sobre el complejo universo turístico. En este caso, se nos presenta como el espacio ha ido siendo sintonizado mediante el deseo, que se enraíza en el imaginario social a través del descubrimiento de paraísos remotos que se ligan con las ansias de colonización del norte global hacia las tierras periféricas del sur. Mientras que el llamado ecoturismo, se plantea como una herramienta para el afianzamiento de la acumulación de capital mediante el fetichismo y la explotación violenta de los residentes, el territorio y los recursos naturales.
El concepto de turistificación global se ha propagado como la estela que sigue al meteoro turístico, el cual ha conseguido desembarcar en cada rincón del planeta. Sin embargo, la actividad turística no ha cumplido sus promesas de distribución de la riqueza ni mejora del bienestar social en general, sino que más bien se ha erigido como una herramienta terriblemente eficiente para la acumulación de capital, así como para abrir nuevos nichos de explotación para solventar las crisis capitalistas de sobreacumulación. De este modo, y a pesar de que el libro resulta una lectura imprescindible para toda aquella persona que quiera observar la cara oculta de la industria turística, se echan en falta otras cuestiones relevantes, como puedan ser: las alternativas postcapitalistas de la organización del turismo, la profundización del análisis turístico desde una mirada feminista, el análisis de la trabazón entre capitalismo de plataforma y la financiarización del turismo; así como el estudio del metabolismo turístico, siendo un catalizador de desigualdad que cristaliza bajo la relación patógeno-huésped entre el turismo, el territorio y la sociedad que allí se encuentra.
La veta del análisis crítico del sistema capitalista del que formamos parte sigue abierta, hundiendo sus raíces en estudios pasados, y elevándose hacia la luz de la verdad en la actualidad mediante un colectivo social que presta su cuerpo y su mente para seguir adelante, pues lo importante es seguir atravesando los obstáculos que se nos van interponiendo, de forma que sobrepasemos como sociedad consciente: la desidia, el aletargo y la inopia.
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