14-09-2023
Desurbanitzar, desconstruir i renaturalitzar. Reflexions per a la transició ecosocial en els litorals turístics
José María Romero | Univ. Granada & Fundación RizomaCom iniciar la transició ecosocial en els litorals on l'excés urbà-turístic és un problema? Per què no començar a desconstruir el més inadequat i recuperar les situacions d'alt valor natural originals? Cinc grans justificacions per a desurbaniztar recuperant la qualitat ambiental prèvia a partir de casos del litoral espanyol.
Crèdit Fotografia: Urbanitzacions turístiques, Calvià, Mallorca. Imatge de Jose Maria Romero
(artículo disponible solo en castellano)
La cultura de la modernidad persigue el progreso y fomenta el crecimiento para alcanzarlo. Sin embargo, existe una incompatibilidad manifiesta entre el crecimiento físico y económico y los fines ecosociales de un nuevo paradigma para el planeta. La crisis sistémica global es su manifestación: cambio climático, pérdida de biodiversidad, peak oil, desigualdad, democracias iliberales… Las teorías del decrecimiento y del postcrecimiento plantean el cambio del paradigma crecentista mediante una transición ecosocial justa. Pero, esta transición presenta un problema de representación del futuro deseable. Es decir, es difícil imaginar futuros compatibles con el nuevo paradigma, y más todavía imaginar este paradigma conviviendo en lugares desarrollados y construidos en exceso.
Los lugares sobreconstruidos, precisamente, son los más alejados de esta transición necesaria, pero presentan innumerables situaciones para la reflexión. Por este motivo, son adecuados para encontrar soluciones para contrarrestar estas situaciones, e incluso para superarlas en otros lugares, invitando a la imaginación a pensar según el nuevo paradigma.
Los destinos litorales maduros son extensas zonas urbanizadas -subsidiarias de centros metropolitanos relativamente próximos-, que no están desarrollados según el estado del bienestar. Es decir, se encuentran infradotados para la población que los usa en vivienda social, sanidad, educación, justicia, etc., y en los servicios públicos como el transporte y las infraestructuras urbanas. Por el contrario, los destinos se organizan mediante los múltiples equipamientos privados “innecesarios” de los territorios sobredesarrollados, como son: autovías de peaje, puertos deportivos, campos de golf, paseos marítimos duros, grandes centros comerciales, parques temáticos, spas, grandes urbanizaciones aisladas, resorts…
En el escenario de agravamiento de la crisis energética, con la reducción de los viajes -y de la actividad del turismo-, y su afectación determinante en los territorios turísticos, se intuye que muchas de las infraestructuras “innecesarias” dejarán de tener utilidad. En todo caso, éstas quedarán como “activos cautivos construidos”, y habrá que mantenerlas por decenios, o entrarán en ruina, causando otros problemas. Muchas construcciones litorales, además, se encuentran dentro de la zona marítimo-terrestre, de las nuevas delimitaciones de parques naturales, o están siendo afectadas gravemente por los temporales marítimos e inundaciones cada vez más frecuentes debidos al cambio climático. Por otro lado, demasiadas edificaciones son inadecuadas a los nuevos criterios ambientales, paisajísticos y urbanísticos, o sus permanencias suponen casos evidentes de contaminación, riesgos e injusticias sociales, espaciales o ecológicas (Greenpeace, 2018; EeA, 2023; Romero et al, 2018).
¿Cómo iniciar la transición ecosocial en los litorales donde el exceso urbano-turístico es un problema? ¿Por qué no empezar a desconstruir lo más inadecuado y recuperar las situaciones de alto valor natural originales?
Podría iniciarse una parte de la recuperación mediante una actividad socioeconómica circular y de proximidad. Ésta sería posible alrededor de la especialización en conocimiento y obras de reparación y cuidado del territorio, de lo urbano y de la arquitectura. Englobaría aquellas actividades colectivas y trabajos diversos -prácticos y técnicos-, relacionados con la gestión y el seguimiento, la planificación, la redacción de proyectos y la realización de obras específicas de demoliciones selectivas, tratamientos de residuos y su reutilización, procesos de renaturalización, recuperación de la funcionalidad ecológica, y de las especies de los ecosistemas propios tanto terrestres como marinos, etc. A escala global, estas propuestas de desurbanización y renaturalización, además, inciden en la mitigación y adaptación al cambio climático, facilitan la mejora de la biodiversidad de los litorales, y la recuperación de su degradación. Como se ha comentado, las condiciones de los destinos maduros –antes que las de otros territorios-, permiten replantearse el exceso urbano-turístico, pudiendo convertirse en referencias y banco de pruebas de actuaciones para otros lugares, todavía no desarrollados en exceso.
¿Qué tipo de justificaciones se pueden argumentar?
En principio, tenemos cinco grandes apartados de justificaciones para desurbanizar recuperando la calidad ambiental previa, aunque en bastantes casos las diversas justificaciones se suman, añadiendo argumentos a favor. Los niveles van aumentando en cualidad y valor de la justificación: 1. Restitución de la legalidad vigente; 2. Justificación económica; 3. Justificación cultural; 4. Justicia social y espacial; y 5. Justicia ecológica, que ya se realizaría desde un paradigma plenamente ecocéntrico.
Restitución de la legalidad vigente
En reparación de la legalidad y justificación de desconstrucción encontramos construcciones realizadas mediante corrupción manifiesta, como son las de los casos del hotel El Algarrobico en Almería (dentro de la zona marítimo-terrestre y en el Parque Natural de Cabo de Gata), o la macrourbanización del pantano de Valdecañas en Cáceres (dentro de un Espacio Red Natura 2000 del sistema de áreas de conservación de la biodiversidad de la Unión Europea, y en una Zona de Especial Protección de Aves, ZEPA). Uno y otra tienen dictadas sentencias judiciales de demolición desde hace tiempo (Cenizo, 2023; Pozas, 2023)
Hotel El Algarrobico, Carboneras (Almería). Imagen de Datadista, 2022
Macrourbanización en la isla del pantano de Valdecañas (Cáceres). Imagen de eldiario.es, 2023
Un caso relacionado con los anteriores, de menor escala, es el del hotel Sidi Saler -“el algarrobico valenciano”-, que se ubica actualmente en los terrenos del Parque Natural de la Albufera (Valencia), y los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) de la Generalitat Valenciana.
La restitución de la legalidad tiene además la componente añadida de ejemplaridad, tan necesaria en el maltratado urbanismo español, reclamada de manera bien argumentada e insistente en el libro “España fea” (Rubio, 2022).
En este apartado se incluyen las grandes instalaciones industriales que ocupan extensas superficies litorales, muchas de ellas urbanas. La mayoría son extremadamente peligrosas y contaminantes del aire, de los suelos o de las aguas (nivel freático, riberas marítimas, marismas, desembocaduras de ríos, etc.). Son los casos de la central nuclear de Valdellós II (Tarragona), la central térmica de Carboneras (Almería), las cementeras incineradoras de residuos sólidos urbanos (como la de Cosmos en La Araña, en Málaga), o las balsas de fosfoyesos y el polígono químico-industrial junto a la ciudad de Huelva. Tarde o temprano, la mayoría de las instalaciones contaminantes y peligrosas deberá replantear su situación, sobre todo cuando éstas quedan al margen de las directivas ambientales europeas.
Central nuclear de Valdellós II (Tarragona). Imagen de Wikipedia, 2013
Cementera-incineradora residuos urbanos Cosmos, La Araña, Málaga. Imagen de Jose Maria Romero, 2023.
Según el Reglamento de Taxonomía de la Unión Europea sobre inversiones sostenibles, las condiciones que deben cumplir las actividades económicas para ser calificadas ambientalmente sostenibles son: “a) mitigación del cambio climático; b) adaptación al cambio climático; c) uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos; d) transición hacia una economía circular; e) prevención y control de la contaminación; f) protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas”. Esto significa que no debería haber presupuestos para inversiones que no se alineen con su criterio (capítulo 9, UE, 2020). Además, se está debatiendo la proposición del Reglamento sobre la restauración de la naturaleza, que pretende conseguir objetivos jurídicamente vinculantes de los países europeos para la restauración de los ecosistemas en la Unión Europea (COM/2022/304 final). Este reglamento pretende recuperar el 100% de la biodiversidad y la conectividad biológica en todo el territorio europeo en 2050.
En el apartado de instalaciones industriales que modifican las dinámicas de los sedimentos marinos, alterando los ecotonos litorales y los servicios ecológicos, se encuentran los grandes puertos (como el de Valencia y su grave afectación al Saler, al sur, o el de Motril, que afecta a las playas de Salobreña). En situación parecida está la mayoría de los puertos deportivos, aunque sean de menor tamaño (a modo de ejemplos: los de Cabo Pino, Estepona, El Candado, en la Costa del Sol, o de Sotogrande en Cádiz, alterando gravemente la desembocadura del río Guadiaro). De la misma manera, tarde o temprano, deberán replantease estas infraestructuras industriales y turísticas, porque se quedarán sin presupuestos de la Administración para su mantenimiento.
En las siguientes imagenes vemos la pérdida de más de 150m en la linea de costa, playa y desembocadura del Río Guadiaro entre 1956 (primera fotografía) y 2020 (segunda fotografía) por la construcción del puero deportivo de Sotogrande en Cádiz.
Pérdida de la línea de costa. Imagen de Noemí Pozo, 2020.
Se añaden a este apartado de restitución de la legalidad la deseabledesaparición de aquellas urbanizaciones y construcciones que, en una situación legal sobrevenida, han quedado en zonas de protección marítimo-terrestre o, además, dentro de las nuevas delimitaciones de espacios naturales protegidos. Son los casos, llevados a cabo con éxito, de las desconstrucciones y posteriores renaturalizaciones de la playa de A Lanzada en Pontevedra, del Parc Natural del Cap Creus, y de la La Pletera-Estartit en el Parc Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter, en Girona (1),y del cordón dunar y playa de la Devesa del Saler, en Valencia (2).
Justificación económica
A la justificación de una socioeconomía circular para la recuperación del territorio, se añade la del ahorro del coste económico futuro que supondrá la eliminación de los “activos cautivos construidos”. Éstos son las infraestructuras de espigones, dársenas, puertos deportivos, paseos marítimos duros, etc., que se deben reconstruir o proteger una y otra vez debido a las inundaciones y temporales marítimos que se reproducen cada vez con más frecuencia y violencia. Como ejemplos a considerar se muestran, entre muchos otros: el paseo marítimo en ruinas de la urbanización en zona marítimo-terrestre de Estartit, en Torroella de Montgrí (Girona), y el de Bellreguard (Valencia), tras el temporal Gloria (2020); o el de la playa urbana de El Dedo en El Palo (Málaga).
A continuación, la imagen del paseo marítimo en ruinas de una urbanización situada en la zona marítimo-terrestre en Toroella de Montgrí, Girona.
Paseo marítimo en ruinas en Torroella de Montgrí (Girona), 2015. Imagen de Xavier Quintana, 2019.
Incluimos en esta justificación la delas infraestructuras ya amortizadas cuyo mantenimiento en servicio suponen sobre costes desproporcionados. Como casos tenemos, entre los innumerables que se pueden destacar, los chiringuitos en semirruinas tras cada temporal (como el de la playa de Cabopino, Málaga, 2014), el del puerto deportivo El Candado (Málaga), con aterramiento recurrente de su bocana (Romero y Mora, 2023), o los graves problemas de las infraestructuras marítimas de la macrourbanización y puerto deportivo de Sotogrande (Cádiz).
Los casos de hoteles con instalaciones anticuadas y fuera de normativa, amortizados hace tiempo, son motivo también para su desaparición. En esta situación se encontraban, y han sido demolidos, los hoteles en Calviá (Mallorca), en los noventa del siglo pasado (Quero, 2022), y de Arenales del Sol, Elche (Alicante), en 2021.
Bocana aterrada por temporales puerto deportivo El Candado, Málaga. Imagen de Club El Candado, 2022
Hotel Atlantic demolido para espacio público, años 90 del siglo XX, Calviá, Mallorca. Imagen de Prats, 2000
Justificación cultural
Los argumentos, en este apartado, son los nuevos paradigmas del paisaje (adaptación al Convenio Europeo del Paisaje, 2000), del urbanismo y de la arquitectura, más cuidadosos con el medio en el que se actúa, a diferencia de épocas pasadas.En el caso del paisaje, el tratamiento institucional en Francia es un buen ejemplo de buenas prácticas de la Administración, porque tiene encomendada la recuperación de paisajes de valor, con presupuestos específicos para ello (Rubio, 2022). En España, la Custodia del territorio pretende contribuir a la conservación de los recursos naturales, culturales y paisajísticos de alto valor, promover la creación de espacios de encuentro para el intercambio de conocimientos y experiencias, recopilar y actualizar bases de datos especializadas sobre la actividad concreta, y fomentar la cooperación y difundir documentos de referencia en relación con el territorio. Como se ha comentado anteriormente, la propuesta de la restauración de los ecosistemas de la Unión Europea, sería también un marco que profundiza en el ámbito cultural.
De esta manera, se podrían replantear obras que antiguamente fueron consideradas adecuadas (carreteras, paseos marítimos duros, espigones, edificaciones…), pero que ahora son una reducción evidente de la calidad paisajística, urbana o arquitectónica. En este punto tendríamos los ejemplos antes citados: de la playa de A Lanzada en O Grove (Pontevedra) (con una carretera que anulaba el paisaje del sistema dunar); de las edificaciones del Club Med en Cap Creus (realizadas años antes de ser declarado parque natural); y de la urbanización de El Saler (Valencia).
A continuación, una imagen donde se ve el estado previo del Club Med a la deconstrucción y desurbanización con recuperación ecosistémica en el Parc Natural del Cap de Creus.
Imagen tomada por el autor del Documental RTVE, 2010
Aquí se incluyen las reducciones de las calificaciones injustificables de suelos urbanos en zonas de acantilados y en las playas de las poblaciones costeras de Torroella de Montgrí (Girona), y de Calviá (Mallorca). Aunque en estos dos últimos casos, las argumentaciones además incluían la reducción del suelo urbano por motivos económicos, porque se pensó que se aumentarían los ingresos gracias a la mejora de la calidad del destino. al disminuir la masificación turística.
En la siguiente imagen de Calvià, Mallorca, vemos a la derecha el escenario tendencial 2025 sin la revisión del PGOU. A la izquierda, se muestra la situación prevista en PGOU 1999, con reduxxión del suelo urbano.
Calviá (Mallorca). Imagen de Prats, 2000
Justicia social y espacial
La justificación por justicia social y espacial es útil para la eliminación de las instalaciones que están en riesgo en lugares muy expuestos. A consecuencia del cambio climático, los riesgos se acrecentarán por la mayor frecuencia de las situaciones de exposición, y de la extensión y aumento de los daños a las personas, a los bienes (especialmente a los públicos y comunes), y a los ecosistemas. Los riesgos suponen corrimientos de tierras y derrumbes por inundaciones y desbordamientos de ríos, ya sea en riberas y desembocaduras de ríos, como del mar por temporales marítimos, y a otras causas meteorológicas extremas, e incendios y terremotos.
El concepto de justicia espacial desarrollado por Soja (2014), se puede usar en este apartado, porque pretende equilibrar las desigualdades producidas por el exceso de desarrollo urbano. También está la idea de “revolución conservacionista” mediante la “conservación convivencial”, propuesta por Büscher y Fletcher (2022). Éstos conceptos justificarían las desurbanizaciones cuando lo natural sea tratado en un sentido amplio de biodiversidad y como bien común, para ser cuidado mediante una gestión comunitaria y financiación pública.
En este apartado de justicia social se encuentran múltiples casos que coinciden con los apartados anteriores cuando las situaciones son más expuestas. Sucede con miles de viviendas y negocios que dan a paseos marítimos urbanos, como los de las playas urbanas de la Carihuela (Torremolinos), de El Dedo (Málaga), de Malgrat del Mar (Barcelona) (sumados a los graves problemas del paso del tren de cercanías), de Portixol (Mallorca), etc., o del borde marítimo de Los Alcáceres, en el Mar Menor (Murcia), entre cientos de otros casos en toda la costa urbana mediterránea.
Seguidamente, una primer a imagen tomada de un vídeo (segundo 16) de las inundaciones por temporal recurrentes en el paseo marítimo de la playa urbana de El Dedo, El Palo en Málaga. Después, una fotografía de los desbordamientos de la rambla del Abujón en Los Alcáceres y el Mar Menor, Murcia.
El Palo (Málaga). Imagen de Esther Yanke, 2022
Rambla del Albujón en Los Alcáceres y el Mar Menor, Murcia. Imagen de eldiario.es, 2020
Involucrados en graves riesgos evidentes tenemos los hoteles e infraestructuras turísticas que están en primera línea de mar, como los de Mesa del Mar, en Tacoronte (Tenerife), de Calpe (Alicante), y de Portocolom (Mallorca), donde las grandes olas de los temporales chocan violentamente, o saltan por encima de ellos, con algunas imágenes que valen más que mil palabras. Por otra parte, hay múltiples urbanizaciones en acantilados y en zonas muy expuestas en barrancos, que en caso de lluvias torrenciales o eventos extremos, pueden sufrir corrimientos de tierras y laderas, dificultando la evacuación de amplias zonas urbanas, como en los complejos turísticos junto al Barranco y Playa Besudo, en San Agustín (Gran Canaria) (Ferrera, 2023).
Con la crisis climática, también aumenta los riesgos sociales debidos a la reducción de los deltas fluviales por falta de aportes de sedimentos de sus ríos, al haber sido represados. Es otra problemática recurrente de numerosos ríos –como los casos del Ebro, el Guadiaro (Cádiz), el Vélez (Málaga), o el Guadalfeo (Granada), entre muchos-, que contienen infraestructuras inadecuadas de contención de aguas que no previeron externalidades cuando se diseñaron. Las retiradas de los deltas crean problemas en las tierras agrícolas y en otras infraestructuras de protección próximas. Sus presas y desembocaduras deberán ser replanteadas en un futuro no tan lejano, cuando se adopte una visión territorial más amplia.
Las siguientes capturas, empezando por el cuadrante superior izquierda son, en primer lugar, una imagen tomada de un video (segundo 36) de los destrozos a un edificio turístico por oleaje en Mesa del Mar, Tenerife (Canarias Diario - La Vanguardia, 2018). En el cuadrante superior derecho, en el segundo 10 se puede ver el Oceana Club con embates del temporal Gloria en Calpe, Alicante (Luis H. Vilaplana-Petreraldia, 2020). A continuación, en el cuadrante izquierdo inferior, una imagen tomada de un video (segundo 38) de las olas gigantes del temporal Gloria sobre edificios en Portocolom, Mallorca (Diario de Mallorca, 2021). Finalmente, en el cuadrante restante, una captura de pantalla (1'51'') del Delta del Ebro anegada 3km tierra adentro por también el temporal Gloria (Bombers - La Vanguardia, 2020)
La fuente de las imágenes ha sido citada en el párrafo anterior.
Justicia ecológica
El nuevo paradigma ecocéntrico de principios del S XXI fundamenta esta justificación. Está basado en las nuevas teorías de la justicia y la ética ecológicas, que relacionan justicia y ecología (Vicente, 2020). La ética ecológica reconoce los derechos a la naturaleza. Y el derecho de los ecosistemas a existir -a tener autonomía no humana-, a regenerarse y a evolucionar, y por ello, se les reconocen las relaciones de sus componentes entre sí y con su medio, y cada uno de ellos como un todo con vida propia.
De la teoría ecocéntrica surgen los reconocimientos de personalidad jurídica a ecosistemas completos, como a las cuencas de los ríos Atrato en Colombia y Whanganui en Nueva Zelanda. En el caso español, ya existe el reconocimiento de personalidad jurídica a la cuenca del Mar Menor -aprobada en el Congreso de Diputados en 2022-, gracias a una iniciativa legislativa popular (2). En este sentido, por justicia ecológica, estarían justificadas para la renaturalización, las desconstrucciones de instalaciones que vayan contra los propios ecosistemas reconocidos, y que los desvalorizan en sí mismos. Además del Mar Menor, se plantea reconocer como sujetos de derecho a los ecosistemas de Doñana en Huelva, del delta del Ebro en Tarragona y de la laguna de la Albufera en Valencia.
La desurbanización y recuperación de la funcionalidad ecológica de La Pletera-Estartit, en Torroella de Montgrí (Girona), llevada a buen puerto, además de justificarse según la justicia ecológica (es el hábitat de una especie endémica: el farfet, un pez de poco más de 1 cm), se complementó con otras justificaciones: 1. A partir de una fecha concreta, la urbanización quedó ocupando la demarcación de zona marítimo-terrestre de Costas; 2. La promoción de viviendas turísticas proyectada no era rentable para la promotora; 3. El ayuntamiento quería mejorar la calidad ambiental y turística del municipio reduciendo suelo urbano; 4. Los temporales inundaban cada vez más las zonas urbanizadas; y 5. Los humedales son el lugar de una especie endémica. En la actualidad, estos humedales, marismas -con el farfet-, y cordón dunar, ocupan sus lugares, y se comportan de nuevo como un ecotono litoral en toda su potencia, como se puede observar en la imagen siguiente en su respuesta al temporal Gloria de 2020:
La siguiente imagen muestra las inundaciones por la borrasca Gloria en enero de 2020 en la zona de la antigua urbanización de La Pletera en Torroella de Montgrí, Girona. Las marismas y cordón dunar han recuperado su funcionalidad ecológica.
Torroella de Montgrí, Girona. Imagen de Xavier Quintana, 2021.
Conclusión
Como conclusión, se acompaña el siguiente cuadro resumen, que relaciona las justificaciones descritas con las problemáticas, y posibles propuestas de actuación:
Justificaciones para desurbanizar, desconstruir y recuperar la funcionalidad ecológica. Elaboración propia.
Casos citados y situaciones:
Cementera-incineradora residuos urbanos Cosmos, La Araña, Málaga. Imagen de Jose Maria Romero, 2023.
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