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15-08-2024

Turisme comunitari: Intercanvis i perspectives d'anàlisis

Iris Schneider | Alba Sud

El passat 18 de juny Alba Sud va organitzar un seminari per a compartir diferents experiències de recerca sobre turisme comunitari a Llatinoamèrica per part d'algunes persones col·laboradores d'Alba Sud. El vídeo de les intervencions està disponible en aquest article.


Crédito Fotografía: Flyer del seminario. Elaborado por Sauló, Vinyes i Pins

(article disponible només en castellà)

El martes 18 de junio de 2024, tuvo lugar, de 10:30h a 12:30h, el seminario presencial “Turismo comunitario. Intercambios y perspectivas de análisis” en el laboratorio de antropología de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona.

El seminario fue organizado por Alba Sud en colaboración con el Grupo de Investigación de Antropología de las Crisis y las Transformaciones Contemporáneas (CRITS) y conel apoyo de la Diputación de Barcelona. Contó con la participación de cinco ponentes, que explicaron su investigación y trabajo profesional desarrollado alrededor de distintas experiencias de turismo comunitario en Latinoamérica, para su puesta en común y posterior discusión.

Selene Cuevas y la cooperativa turística de Tosepan Kali

La primera ponencia fue a cargo de Selene Cuevas, investigadora licenciada en turismo por el Instituto Politécnico Nacional en México y doctoranda en el área de investigación de Psicología Social de Grupos e Instituciones del doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco. Selene Cuevas presentó la Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske (“Unidos venceremos” traducido del náhuatl), en activo desde 1977 y ubicada en la sierra nororiental de Puebla, México. Esta unión incorpora a 495 cooperativas locales, cada una de ellas vinculada a la defensa del territorio y de los derechos de los pueblos originarios de la región en diferentes variantes como la comercialización de productos locales o el apoyo financiero para los socios de la Tosepan.

En 2004, entró en la unión la primera cooperativa que ofrecía servicios turísticos, Tosepan Kali (“Nuestra Casa” en náhuatl), situada en Cuetzalan, uno de los Pueblos Mágicos de México, y que actualmente conforma el ámbito de estudio en el que se centra Selene.

Cuevas destacó, de la cooperativa Tosepan Kali, su capacidad para generar nuevos pensamientos con el fin de desarrollar un tipo de turismo que vele por la recuperación de la memoria colectiva de los pueblos originarios y, en particular, de su cosmovisión. Citó el Plan de Vida del pueblo Masewal, redactado por parte de las comunidades en motivo de la celebración de los 40 años desde el inicio de la unión de cooperativas Tosepan. En este documento, hacen referencia al turismo como una herramienta para dar a conocer su identidad biocultural y, por ende, de usarlo como resistencia a una forma de consumo basada en la lógica extractivista del capitalismo.

Carla Izcara y la red de cooperativas turísticas de Co’ox Mayab

Seguidamente fue el turno de Carla Izcara, técnica en comunicación e investigación de Alba Sud, que introdujo a la red Co’ox Mayab (“Vamos al Mayab”, en español) formada por diez cooperativas turísticas y ubicada también en México, en la Península de Yucatán.

Esta red surgió en 2015, tras la realización de un diagnóstico para analizar la situación del turismo comunitario en la península de Yucatán. Cuatro años más tarde, en 2019, se creó la Alianza Peninsular para el Turismo Comunitario, una unión de tercer grado que integra tres redes de turismo comunitario: Co’ox Mayab, el Consejo de Turismo Rural de Campeche y Caminos Sagrados Kili’ch Bejo’ob (Quintana Roo). En este sentido, Izcara destacó positivamente la importancia de las uniones de segundo y tercer grado porque permiten dar más visibilidad y fortalecen las iniciativas de turismo comunitario.

Durante su ponencia, también mencionó que Co’ox Mayab mantiene una estrecha relación con las universidades, lo cual le permite ofrecer prácticas a estudiantes de turismo y participar en programas becados por el Gobierno, como “Jóvenes Construyendo Futuro”. Finalmente, Carla Izcara concluyó que Co’ox Mayab va más allá de ser una simple agencia de viajes porque, además de comercializar sus servicios turísticos, promueve la organización colectiva, la incidencia política y la difusión de los valores ancestrales de los pueblos originarios.

Carla Izcara durante su presentación. Imagen de @albert_raga_batiste

Marco Almeida y la relación entre el turismo comunitario y el tren Maya

La tercera ponencia fue a cargo de Marco Almeida, quien presentó un caso de estudio sobre el turismo comunitario relacionado con la construcción del Tren Maya, tema central de su tesis doctoral en ciencias antropológicas realizada en la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa de México. El Tren Maya es un macroproyecto ferroviario ubicado en el sur y sureste de México: más de 1.554 km de vías que atraviesan cinco estados y que cruzan el territorio de los pueblos originarios Maya, Ch’ol, Tseltal y Tsotsil. 

Según explicó Almeida, las distintas iniciativas de turismo comunitario que conforman la Alianza Peninsular para el Turismo Comunitario (APTC) desde el 2016, afectadas por la construcción del Tren Maya, después de numerosas asambleas optaron por entablar conversaciones con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo de México (principal responsable de la construcción del proyecto), con el fin de procurarse voz y voto y hacer incidencia política. 

Cómo resultado, se logró la inclusión del turismo comunitario como eje de economía social el proyecto, principalmente a través del programa Turismo Comunitario-100, con el que las cooperativas de la APTC capacitarían a otras cien iniciativas a lo largo de la ruta del Tren Maya.

Sin embargo, el proyecto Tren Maya fue declarado asunto de seguridad nacional y se pararon todo tipo de negociaciones y procesos sociales en 2022. El mandato fue construir rieles y estaciones, lo demás pasó a segundo o tercer término. 

En diciembre de 2023, se inauguró parcialmente el tren y, en consecuencia, también las oficinas de turismo comunitario distribuidas a lo largo de la ruta. Inicialmente estaban destinadas a las comunidades locales a través de la APTC, pero ahora están abiertas a un proceso de licitación, lo cual conlleva el riesgo de que sean absorbidas por grandes corporaciones.

Para finalizar, Almeida coincidió con Carla Izcara y Selene Cuevas que las redes de turismo comunitario son mucho más que simples agencias turísticas: son organizaciones sociales que defienden derechos. Para profundizar en el tema, recomendó la lectura del libro "Cuando uno somos varios: rostros y voces del turismo comunitario en la península de Yucatán", disponible para descarga gratuita en la página web de la Alianza Peninsular para el Turismo Comunitario. De igual forma, para profundizar en el tema, recomendó la lectura del capítulo "El turismo comunitario ¿Un no pensado del Tren Maya?" Del cual es coautor con Samuel Jouault y Alejandro Montañez.

Aline Bispo y la red Batuc

Seguidamente, fue el turno de cambiar de país, de México a Brasil. Aline Bispo, estudiante de doctorado en la Universidad Federal del Sur de Bahía, presentó las experiencias de turismo comunitario vinculadas a la red Batuc, de la que también forma parte del equipo técnico. El ámbito geográfico de la red Batuc es el estado de Bahía, en el nordeste de Brasil, y empezó su actividad en 2015. Desde entonces, la red ha recibido prestigiosos premios por su actividad, como el Premio Global de Turismo Responsable 2023, del World Travel Market, en la categoría de “Mejores Soluciones para la Promoción de las Diversidad y la Inclusión”.

Aline Bispo explicó los tres objetivos principales de su investigación que realiza a través de la sistematización y estudio de la red Batuc: el primero, discutir sobre la relación entre el turismo y la identidad cultural de las personas y comunidades que forman parte de la red; el segundo, la recopilación de todas las acciones hechas desde 2015 hasta 2023; y el tercero, cómo se practica el turismo comunitario en las comunidades que forman parte de la red Batuc, y compararlo con otros estados de Brasil.

Aline finalizó su presentación invitando a los oyentes a seguir a la red Batuc en redes y quiso destacar que todas las personas que trabajan en la red son voluntarias y que, por lo tanto, es un movimiento social en toda regla.

Las personas ponentes, durante el seminario de turismo comunitario. Imagen de @albert_raga_batiste

Pamela Friedl y el turismo comunitario urbano en el barrio Padre Carlos Mugica

Por último, hubo la intervención de Pamela Friedl, en este caso, para hablar de una experiencia de turismo comunitario urbano en el barrio Padre Carlos Mugica de Buenos Aires, Argentina. Actualmente, Pamela trabaja en este barrio como asesora técnica en turismo de laUnidad de Proyectos Especiales (Ministerio de Desarrollo Humano de la Ciudad de Buenos Aires).

Este barrio se creó a partir de un proceso de urbanización informal en los años 30, fruto de la llegada de la inmigración para trabajar en la zona del puerto, principalmente. Desde entonces, ha sufrido distintos intentos de erradicación, hasta que, en el año 2009, y gracias a la lucha vecinal, se logró aprobar la ley 3.343 de urbanización, que apuesta por la reurbanización del barrio y dejar atrás toda práctica de erradicación. En 2018, con la ley 6.129 de reurbanización, se definió cómo se debe llevar a cabo este proceso de reurbanización, cuyo pilar fundamental es la colaboración estrecha entre el Gobierno y la comunidad barrial.

Durante el proceso de reurbanización, se ha usado el turismo como herramienta para poder enseñar el barrio y romper con los prejuicios existentes. Según contó Pamela, la primera cooperativa turística del barrio fue Ajayu.  Además, desde la Unidad de Proyectos Especiales, se ha ayudado al desarrollo de otras iniciativas turísticas; se ha creado, desde el ENTE de turismo local, la figura de “promotora turística barrial”, que permite que se pueda ejercer la profesión de guía dentro del barrio sin necesidad de tener el grado en turismo (requisito indispensable para el resto de Buenos Aires); o la creación de la marca turística gubernamental “Visita Mugica que permite dar más visibilidad al proyecto.

Pamela acabó la ponencia destacando la importancia de la participación de la gente del barrio y cómo esto queda latente desde el primer momento, con el nombre del barrio, “Padre Carlos Mugica”, escogido por los vecinos y vecinas en recuerdo de esta figura que hizo tanto por esta región de la capital argentina.

Discusión y cierre del seminario

Ernest Cañada, coordinador de Alba Sud, fue el encargado de moderar la última parte del seminario. Aunque durante las ponencias se compartieron experiencias diferentes y únicas de turismo comunitario, el debate sirvió para destacar algunos retos y potencialidades del turismo comunitario presentes en todas ellas.

Ernest Cañada moderando la última parte del seminario. Imagen de @albert_raga_batiste

Una primera amenaza es la posible fagocitación por parte del capital de algunas prácticas vinculadas al turismo comunitario. Entre los peligros que esto supone, Aline destacó la apropiación de saberes de las comunidades y la reducción de la experiencia a simples actividades “instagrameables” o exóticas. Por eso, es importante delimitar bien qué se entiende por turismo comunitario con el fin de no confundirlo con otro tipo de prácticas.

En este sentido, uno de los aspectos más importantes a destacar en el turismo comunitario es el protagonismo de las comunidades en el desarrollo de la actividad turística, alejando el foco de la demanda. En consecuencia, surge un espacio dedicado a la protesta social y lucha por los derechos de estos pueblos que brinda oportunidades para capacitarse en la autogestión. El turismo comunitario se consolida como herramienta de difusión de las identidades culturales y de la memoria colectiva y huye de la folclorización.

Por otro lado, en el caso específico del turismo comunitario urbano, hay que vigilar para no convertirse en “safaris humanos dentro de aldeas” o “acabar como algunas prácticas de las favelas de Río de Janeiro”, según expresó Pamela. Es por eso que, en su zona de trabajo, el Barrio Mugica, se tiene un control de la actividad turística que se desarrolla en este: en el caso que un guía externo quiera traer a sus clientes al barrio, se requiere que sean los mismos vecinos y vecinas que ejecuten la ruta.  

Pero, ¿hay algún caso en que cierta colaboración con algunas dinámicas de empresas capitalistas sea beneficiosa para el turismo comunitario? Por ejemplo, en el uso de plataformas como AirBnb para que la oferta turística llegue a más consumidores potenciales. En relación con esto, Marco Almeida puntualizó la posible vulnerabilidad que sufre el turismo comunitario al no tener suficiente visibilidad o canales de comercialización eficientes. Por otro lado, según destacó Selene Cuevas, para el caso concreto de la red Tosepan Kali, hay que tener en cuenta que el turismo comunitario no solo debe limitarse a comercializar los productos o servicios que ofrece, sino que tiene que concientizar a los posibles visitantes para que exista una vinculación entre la cosmovisión de los pueblos que llevan a cabo la actividad y las personas que visitan este tipo de proyectos. 

En consecuencia, el debate se sitúa en torno a si es posible la construcción de sinergias positivas entre capital y turismo comunitario; o bien, si el turismo comunitario debe constituirse como un agente político en contra de todo tipo de expresión del sistema capitalista.

Una forma de resolver estas contradicciones es a través de las uniones de 2º o 3r grado, tal y como explicó Carla Izcara con la red Co’ox Mayab o en otros ejemplos que aparecieron durante el seminario (red Batuc, Campeche, Tosepan Kali, Alianza Peninsular). Este tipo de organizaciones ofrecen una plataforma más sólida que aglutina a las distintas cooperativas turísticas, les permite publicitarse a través de una página web y así ganar en visibilidad u obtener ayuda en procesos económicos, entre otros.

El vínculo entre Gobierno y turismo comunitario también fue explorado durante el debate, con el ejemplo del Tren Maya, donde los pueblos originarios vieron necesario participar en el desarrollo de este macroproyecto con el fin de poder controlar mejor su crecimiento y tener un papel en él, aunque después la militarización del proyecto truncara las alianzas.

Público interviniendo durante el debate. Imagen de @albert_raga_batiste

En el caso del Estado de Bahía (Brasil), Aline explicó que tienen la Ley de Turismo Comunitario de Bahía (14.126/2019), que resulta de una articulación entre movimientos sociales y parlamentarios. Actualmente, cuenta con el apoyo del gobierno para realizarse a través de un comité multisectorial con la presencia de departamentos gubernamentales, sociedad civil, universidades y empresas privadas.

Por otro lado, en el Barrio Mugica, de Buenos Aires, la colaboración estrecha entre la comunidad del barrio y el Gobierno presenta un caso de éxito y voluntad política para incorporar el turismo comunitario urbano en el proceso de reurbanización, respetando la autonomía de los vecinos y vecinas.

Otra potencialidad sería establecer lazos más estrechos entre el turismo comunitario y la Universidad, como en el caso de Co’ox Mayab explicado por Carla Izcara. De esta manera, los equipos de investigación podrían acompañar algunos de los procesos de participación y dar más visibilidad a las iniciativas, por el hecho que aparecerían en la producción académica. Eso sí, sin olvidar el retorno de los resultados de la investigación a la sociedad y, en particular, a las comunidades.

Por último, no solo los jóvenes investigadores pueden beneficiarse de las prácticas de turismo comunitario, sino también la población joven de las comunidades, que cuentan con una alternativa económica más en sus regiones de origen.

Finalmente, las conclusiones del seminario sirvieron para consolidar las futuras líneas de investigación de Alba Sud alrededor del turismo comunitario. Entre estas destacan:

  1. Poner más atención a los espacios periféricos urbanos donde también se pueden dar este tipo de procesos.
  2. Pensar en los vínculos del turismo comunitario con otros colectivos y su articulación, por ejemplo, con el turismo social y el asociacionismo de tiempo libre.
  3. Reforzar el papel de las uniones de segundo y tercer grado con el fin de visibilizar y dotar de más estructura a las prácticas de turismo comunitario.
  4. Hacer un esfuerzo por sistematizar las experiencias de turismo comunitario, que permiten imaginar otras posibilidades.

 

Agradecimiento:
Quiero agradecer a todas las personas que han hecho posible este seminario y, por ende, la redacción de este artículo, en particular a Ernest Cañada y a Carla Izcara, como equipo técnico de Alba Sud y en sus roles de moderador y ponente, respectivamente; a Selene Cuevas y Marco Almeida, por aportar sus visiones desde México, Aline Bispo, desde Brasil y Pamela Friedl, desde Argentina.
Este artículo se publica en el marco del proyecto “Aprendizajes para el fortalecimiento del turismo comunitario”, ejecutado por Alba Sud con el apoyo de la Diputación de Barcelona (convocatoria 2022).

 

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