10-04-2019
Marbella: la nueva frontera turística inmobiliaria
Arturo Silva Lucas | Alba SudLa inversión turístico-residencial en Costa Rica, aunque tímidamente, empieza a reactivarse. Como en los años previos a la crisis, surgen nuevos conflictos socio-ecológicos vinculados a procesos de desposesión. La zona sur de Guanacaste parece señalar el inicio de un nuevo ciclo de conflictividad.
Crédito Fotografía: Arturo Silva.
En Guanacaste, una vez superada la crisis económica del 2007-2009 y la saturación de proyectos costeros residenciales en destinos ya sobre desarrollados, como Tamarindo, Flamingo y Playas del Coco, el capital turístico residencial ha puesto su mirada en un nuevo destino: Playa Marbella.
Marbella se presenta como un nuevo foco de inversión, favorable a la especulación inmobiliaria en litorales, donde se vuelve a poner en entredicho la capacidad de extracción de los acuíferos costeros entre la satisfacción de las necesidades comunales y las del capital privado ligado a proyectos turístico-residenciales.
La importancia del conflicto de Playa Marbella está en que permite entender en dos vías cómo opera el capital turístico-residencial en Guanacaste. En primer lugar, ayuda a visualizar cómo se produce una apropiación de fuentes de agua potable mediante la imposición de intereses privados sobre formas de gestión tradicionales y, en segundo lugar, se reconoce la lógica de expansión hacia nuevos territorios costeros. El agua es un recurso estratégico en disputa en Guanacaste, por eso Marbella da la oportunidad de reconocer de manera ejemplarizante cómo se llevan a cabo dinámicas de apropiación y despojo en beneficio del capital turístico-residencial.
Playa Marbella, nuevo destino turístico
Playa Marbella está situada en el cantón de Santa Cruz, geográficamente ubicada en lo que el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) denomina como Guanacaste Sur. Justo en el medio de otros destinos con mayor resonancia turística, como las playas de Tamarindo y Nosara, a 45 kilómetros y 30 kilómetros de distancia respectivamente. Cuenta con una población de menos de 400 habitantes, históricamente dedicada a pequeñas explotaciones agrícolas.
Alba Sud mantuvo reuniones y comunicación, entre los días 29 de marzo y 5 de abril con representantes de la organización Marbella Verde. Organización que tiene como misión la preservación de los recursos naturales de esta costa a través de acciones orgánicas a escala comunal. A solicitud de las personas entrevistas, en este artículo no se menciona a ninguno de sus miembros en concreto, sino que se hará referencia a ellos como organización.
En sus declaraciones a Alba Sud, Marbella Verde recalcó que la comunidad ha sido históricamente abandonada de la agenda público-institucional, y ponen como ejemplo las pocas opciones laborales para jóvenes, las cuestionables condiciones en que se encuentran los caminos, las instalaciones de la escuela y de los centro locales de cuido y maternidad infantil (CEN-CINAI).
La satisfacción de las necesidades de agua potable comunal estuvo a cargo durante años de la única junta administradora de acueducto local, la ASADA de Marbella, reconocida por el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA). A pesar de tener algunos contratiempos en la distribución del agua, ligados a la capacidad hídrica del acuífero local, y algunas carencias en infraestructura, llevó agua potable no solo a Marbella, a un costo mensual de 12 dólares para todo asociado, sino también al poblado vecino de Manzanillo, de no más de 50 personas.
Al hacer un recuento histórico, los miembros de Marbella Verde explican que hace unos diez años empezaron a instalarse nuevos vecinos, tanto de origen nacional como extranjero, en búsqueda de destinos costeros donde gozar de mayor tranquilidad y belleza escénica. Estos primeros migrantes encontraron en Marbella un oasis con condiciones favorables para residir, y donde poder practicar actividades de ocio como el yoga y el surf.
La integración de nuevos habitantes, así como los cambios en el entorno y en las prácticas cotidianas, se agudizó con el tiempo. Uno de los representantes de Marbella Verde, y residente por más de quince años de la localidad, recuerda algunos de los primeros indicios de los cambios que se estaban produciendo en Marbella:
…poco a poco empezamos a notar que los arboles que rodean Marbella empezaron desaparecer. Resulta que los talaban de noche, cuando investigamos un poco supimos que era porque iban hacer casas y residenciales.
En consecuencia, la asociación realizó una queja formal a la Municipalidad de Santa Cruz por la violación a la ley de Zona Marítima Terrestre (ZMT) y el secado del manglar local.
Imagen de Arturo Silva.
Si la tala de árboles, las violaciones a la ZMT y la afectación a ecosistemas locales son, sin duda, rasgos propios de las dinámicas espaciales del turismo residencial, la búsqueda del control estratégico de fuentes de agua potable es la coronación de un proceso ya avanzado. Los miembros de Marbella Verde recuerdan que varios desarrolladores inmobiliarios se involucraron en el patrocino de fiestas y celebraciones en la plaza de fútbol de la comunidad, y poco después uno de ellos, Jeffrey Allen obtuvo la presidencia de la ASADA. Allen, residente y desarrollador inmobiliario de nacionalidad estadounidense, es el principal promotor de varios proyectos residenciales en Marbella como Posada del Sol, Lomas de Marbella, Vista Bella, Ruta del Sol y Costa Dorada.
Este hecho provocó la alerta en la organización Marbella Verde, tal como cuenta uno de sus representantes:
…cuando Allen toma el control de la ASADA es que vemos irregularidades. Allen se auto-otorgaba cartas de disponibilidad hídrica a él y amigos de él…y pasa algo muy jodido, los antiguos administradores de la ASADA, auténticos marbellanos, pasaron a trabajar para Allen en puestos de guardas y cosas así…entonces como que no hubo mucha reclamo.
Prueba de esto, según aducen los miembros de la asociación Marbella Verde, es un carta de 18 de abril de 2017 de la ASADA Puesta del Sol donde se hace constar la disponibilidad de agua potable solicitada por Allen para una de las propiedades, sin aportar mayor respaldo técnico sobre la existencia o no se suficiente agua subterránea para su abastecimiento.
Según las mismas personas entrevistadas, esto era muy preocupante, porque Allen, con todos sus proyectos residenciales, podía llegar a tener más de 800 casas de habitación con piscinas y zonas verdes. Asumen también que, posiblemente, en prevención de que la otorgación de cartas de disponibilidad hídrica podría comportar conflictos, el citado inversionista hizo su propio acueducto rural, la ASADA Posada del Sol.
Para ese momento, Allen presidia ambas ASADA. Formar parte de la directiva de varias ASADA no representa una violación a la legislación costarricense que regula los acueductos rurales pero, sin embargo, sí podría dar lugar a un conflicto de intereses que el agua de la comunidad estuviera en manos de un único desarrollador inmobiliario.
Los representantes de Marbella Verde fundamentan esta sospecha en el hecho que Allen ejerció la dirección de ambas ASADAS sin haber tenido que pasar por el escrutinio de la comunidad, y el otorgamiento de cartas de disponibilidad nunca fue comunicado al conjunto de asociados. La sospecha se acrecentó cuando Allen manifestó que “Marbella es mío” en algunas publicaciones en redes sociales.
Otro de los casos expuestos por los miembros de la asociación Marbella Verde fue el del ciudadano de origen venezolano Antonio Márvez Soto, dueño de los residenciales Lomas del Sol y Jardines del Sol. Ambos proyectos fueron intervenidos por las autoridades en tres oportunidades por haber perforado dos pozos de manera ilegal, siguiendo una denuncia interpuesta por un vecino el 31 de marzo del 2017 ante la Dirección de Aguas del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), según consta en el expediente 17-007597-0007-CO.
Imagen de Arturo Silva.
En él se detalla que uno de los pozos ya había sido sobreexplotado y que los nuevos pozos no podían ser legalizados porque fueron perforados de manera ilegal, evadiendo el debido procedimiento técnico. Además, en la denuncia se subraya que los pozos mencionados estaban operando de manera privada, contrario al uso público que debe primar en la gestión hídrica.
Marvez Soto ha respaldado este uso de los pozos aduciendo que se “amparan en el derecho de consumo humano al agua”. Esta afirmación parece poco atinada, puesto que lo que opera en Jardines del Sol y Lomas del Sol son relaciones comerciales carentes de estudios técnicos que respalde el bombeo de pozos, como se detalla en el punto 8 de la resolución de la Dirección de Aguas del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) (núm. 17-007597-0007-CO del 30/05/2017), destinados a abastecer desde casas de habitación, zonas verdes y hasta piscinas, según consta en las imágenes de su página en Facebook.
Actualmente, y luego de las demandas de vecinos, el AyA ha asumido el control de las ASADA de Marbella y Posada del Sol. Sin embargo, según Marbella Verde los pozos ilegales en Lomas del Sol y Jardines continúan funcionando a pesar de que en dos oportunidades las autoridades del MINAE han visitado los residenciales solicitando el cierre definitivo de los pozos como se detalla en el expediente.
¿Por qué Marbella?
El capitalismo opera tanto en una dimensión espacial como temporal. El geógrafo David Harvey reconoce esta doble condición cuando apunta que para demorar las crisis de acumulación es necesario buscar una salida al capital ocioso [1]. De esta forma, la necesidad de articular territorios que no han sido del todo apropiados por el capital facilita no solo la preservación del sistema y sus métodos de acumulación sino también mantener márgenes de ganancia ascendentes. Este proceso es continuo y permite explicar cómo a través de mecanismos de apropiación y desposesión de recursos naturales, como los descritos anteriormente, el capital turístico residencial se abre paso en nuevos territorios que no han sido del todo articulados a su dinámica de acumulación.
El turismo residencial parte de una premisa engañosa: sus anzuelos comerciales son los mismos que tradicionalmente han sido utilizados para promocionar destinos turísticos costeros, pero de lo que realmente se ocupa es de llevar adelante un proceso de especulación y apropiación privada de tierra y de los recursos naturales que contiene, como el agua.
En su intención de obtener la máxima ganancia posible, complejos residenciales como Posada del Sol o Jardines del Sol ofertan lotes por valores que oscilan entre los 25,000 y 70,000 dólares, muy por encima del ingreso medio de los habitantes locales. Esto conlleva a que sean comprados por nuevos residentes con mayor poder adquisitivo, tendencialmente estadounidenses y europeos.
En Marbella se da un ciclo ya experimentado por otras comunidades costeras de Guanacaste convertidas en destino turístico. Inicialmente se reconoce la inmigración de individuos que encuentran en Marbella un lugar donde satisfacer los deseos de realización personal, atraídos por la belleza natural de la costa, y que entablan relaciones de cercanía con los habitantes locales, hasta fusionarse con las dinámicas locales en una relación armoniosa y de mutuo reconocimiento. Posteriormente, el destino es redescubierto por inversionistas e inicia un proceso de apropiación de tierras y recursos naturales fundamentales, como el agua, para el crecimiento inmobiliario que termina acaparándose para enclaves residenciales.
Imagen de Arturo Silva.
Otra de las organizaciones con las que se conversó en Marbella fue con Refuge for Wild Life, institución local dedicada al rescate de monos aulladores víctimas de los tendidos eléctricos. Está formada tanto por ciudadanos costarricense como estadounidenses, que llegaran al municipio durante el primer boom turístico de los años 2000. Avalados por su conocimiento de la zona y del sector, afirmaron que algunos de los inversionistas que operan en Marbella no poseen ningún tipo de experiencia en el mercado de bienes raíces en Costa Rica o en otros países. Esta descripción hace eco a lo que otras investigaciones en Guanacaste han evidenciado: que un porcentaje importante de los desarrolladores inmobiliarios en la provincia operan como “free raiders”. Es decir, agentes libres que ante la ausencia de regulaciones en el mercado de bienes raíces se conducen con poco conocimiento o deliberada indiferencia por la normativa ambiental y un desinterés por las comunidades en las cuales invierten motivados por obtener ganancias en un corto tiempo [2].
Conclusiones
No es casualidad que Marbella aparezca en el mapa de destinos a invertir. Su visibilidad responde a que cuando se empiezan a reconocer algunos signos de recuperación económica, el mercado turístico residencial redirige capital inmobiliario hacia nuevos territorios, lo que da lugar a un nuevo ciclo de apropiación y despojo.
Si hacia el final de la primera década del dos mil los conflictos socio ambientales en Sardinal, Lorena, Potrero o Tamarindo, en el norte de Guanacaste, tomaron protagonismo, ahora parece que las costas más al sur son la nueva frontera. La apropiación de recursos naturales en casos como el descrito se da a través del “free rider”, que es el agente especulador por excelencia que, sobre las necesidades materiales de comunidades, lleva a cabo procesos de apropiación privada de recursos públicos a través de mecanismos legales o ilegales.
Este artículo trata de visibilizar el conflicto que está ocurriendo en Playa Marbella, que se manifiesta a través de acciones y demandas realizadas por organizaciones responsables social y ambientalmente, que buscan proteger los espacios y recursos públicos costeros. Marbella Verde demanda que se realicen todos los debidos estudios que respalden este crecimiento de proyectos turísticos residenciales antes que permitir que más proyectos lleguen a capturar el paisaje costero.
[1] Harvey, D. (2004). El Nuevo Imperialismo. Madrid: Ediciones Akal.
[2] Barrantes-Reynolds, M. P. (2011). The expansion of “real estate tourism” in coastal areas: Its behaviour and implications. Recreation and Society in Africa, Asia and Latin America, 2(1), 51-70.
Este artículo se publica en el marco del proyecto «Campaña internacional de visibilización de las vulneraciones de derechos humanos para la inversión turística en América Central» desarrollado por Alba Sud con el apoyo de la Dirección de Relaciones Internacionales de la Diputación de Barcelona (convocatoria Derechos Humanos 2017).
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