29-07-2021
La salud como ventaja competitiva: prioridad de vacunación para el sector turístico dominicano
Lea Thin | Tourism WatchLa República Dominicana está priorizando a los trabajadores del turismo para las vacunas de la COVID-19. Quienes se benefician son sobre todo las grandes cadenas hoteleras con establecimientos "todo incluido". Mientras tanto las empresas más pequeñas se quedan atrás.
Crédito Fotografía: Sabolaslo-Unsplash, bajo licencia Creative Commons.
A finales de abril, la República Dominicana puso en marcha su campaña de vacunación, que da prioridad a los trabajadores del sector turístico y a sus familias para que se vacunen contra la COVID-19. Con esta estrategia, la isla caribeña actúa claramente a favor de su economía. Los grandes complejos hoteleros ya han convertido sus vestíbulos en centros de vacunación, y muy probablemente son los que más se benefician de esta ventaja competitiva de estar vacunados.
Vacunarse contra el crack económico
La hostelería era uno de los pilares más importantes de la economía dominicana antes de la pandemia. Según el Banco Central, aportaba el 7,6% del PIB, adquiría el 36% de la producción agrícola y era responsable del 33,9% de las divisas que entraban en el país antes de la propagación del virus. Pero como consecuencia de la pandemia, los índices de ocupación hotelera han descendido considerablemente, con más de medio millón de trabajadores en suspensión. Para frenar la caída de la economía y hacer que el país vuelva a ser atractivo para el turismo lo antes posible, desde hace meses el gobierno llamó a los empleados del sector turístico a vacunarse. Era una medida necesaria para salvar la economía, afirma Alexis Moisés, presidente de la Fundación de Apoyo al Desarrollo y Fomento del Turismo (FUNDATUR): "Fuimos los primeros en recomendar públicamente al gobierno nacional la priorización de las vacunas para el personal de turismo contra la COVID-19. Esto reactivará la actividad turística para que los trabajadores formales e informales recuperen paulatinamente sus fuentes de ingreso".
¿Prioridades equivocadas?
La iniciativa es el inicio de una campaña que pretende vacunar a unas dos mil personas al día. Y la estrategia ya está cosechando sus frutos. La isla caribeña tiene una de las coberturas de vacunación de su población contra la COVID-19 más altas de América Latina y el Caribe. El turismo se está beneficiando de ello: "La economía del país está en camino de recuperar el ritmo de crecimiento que tenía antes de la pandemia. Esperamos que, a finales de 2021, la República Dominicana vuelva a posicionarse como un destino turístico fiable y líder en el Caribe", afirma Moisés.
Sin embargo, como cualquier otro país, la República Dominicana sólo dispone de dosis limitadas de vacunas. Por ello, el gobierno ha priorizado ciertos grupos de riesgo, pero sin una estrategia sobre cómo controlar el acceso a las vacunas. La priorización sólo existe sobre el papel, explica Matías Bosch, profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Acción Pro-Educación y Cultura (UNAPEC) de Santo Domingo: "En los bastiones turísticos de la República Dominicana, desde el principio se instó a los empleados del sector turístico a vacunarse. Esto los colocó en el mismo grupo prioritario que los militares, por ejemplo. Sin embargo, no se han diseñado ni implementado mecanismos para garantizar que los grupos vulnerables, por ejemplo, por su ocupación, edad o estado de salud, se vacunen. Por lo tanto, no sabemos qué grupos han sido vacunados y, lo que es peor, quiénes se han quedado fuera. Esto se debe a que, aparte del número total de dosis administradas, el gobierno no ha publicado ninguna información sobre los criterios utilizados para acceder a la vacunación. Esto es un gran problema". Aunque la industria turística de la República Dominicana parece estar recuperándose bien de la pandemia gracias a la priorización de la vacunación de sus trabajadores, no está claro cómo se garantizará que no sean solo las grandes cadenas hoteleras y los resorts, sino también los pequeños operadores turísticos, los trabajadores estacionales y los informales, quienes tengan acceso a las vacunas.
Buenas perspectivas para el turismo de masas
Al inocular a la industria turística, la República Dominicana también quiere crear una ventaja competitiva sobre otros destinos. Y parece que hay un equipo ganador: "El modelo «todo incluido» puede aplicar especialmente bien las nuevas normas de higiene y distancia y, por lo tanto, permite viajar respetando la corona. Básicamente, los turistas no tienen que salir de los complejos con restaurantes e instalaciones de ocio propios. Esta es una gran ventaja a la hora de evitar la propagación de infecciones, y una de las principales razones por las que la llegada de pasajeros extranjeros por vía aérea ha seguido aumentando de enero a mayo de este año", señala Moisés.
Por su parte, Giselle Cedeño, miembro del equipo de Alba Sud, se muestra crítica con esta evolución: "La dependencia del mercado internacional y del turismo de masas es evidente. Sin embargo, las medidas tomadas por el Gobierno y el sector privado han ido encaminadas a recuperar precisamente ese mercado". Esto refuerza un modelo turístico nada resistente a las crisis y, por tanto, aumenta la vulnerabilidad de la economía dominicana a largo plazo. Aunque la tasa de ocupación vuelve a aumentar, no es suficiente para volver a contratar empleados de forma permanente. Para satisfacer la demanda de personal, especialmente en los fines de semana de gran afluencia, muchas empresas han decidido recurrir a las agencias de empleo temporal. "Antes de la pandemia, los trabajadores temporales eran contratados por los hoteles para los grandes eventos. Ahora la demanda de sus servicios ha aumentado mucho, por ejemplo, en el servicio doméstico, la cocina, la lavandería y especialmente en los restaurantes. Y eso es muy ventajoso para las empresas, porque no tienen las mismas obligaciones que con el personal fijo. Es más barato porque no hay que pagar el seguro médico, el transporte o el alojamiento", aclara Cedeño.
¿Prioridad o precarización?
De momento, parece que son sobre todo los grandes hoteles “todo incluido” quienes más se benefician de las medidas del Gobierno, pero cada vez externalizan más su trabajo en lugar de trasladar los beneficios a sus empleados. "La pandemia ha provocado un incremento de la precarización del mercado laboral del turismo. Unas 150.000 personas han perdido su empleo en el sector de la hostelería. Además, muchas personas están en lo que se denomina 'suspensión', un estatus introducido durante la pandemia. Sus contratos no se rescinden, aunque no puedan trabajar, pero el empresario tampoco tiene que pagarles. Los empleados que siguen trabajando activamente tienen una carga de trabajo mucho mayor, con horas extraordinarias masivas, debido a las medidas de higiene", dice Cedeño. Sin duda, la decisión de vacunar al personal turístico en una fase temprana parece haber conducido con éxito al sector turístico de la República Dominicana a través de la crisis. Sin embargo, el tiempo dirá quién se quedó atrás al final.
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