17-05-2022
Turismo doméstico de diáspora en Argentina: al rescate del patrimonio rural
Andrés Pinassi | Alba SudEl turismo de diáspora constituye una modalidad que se sustenta en una motivación vinculada al reencuentro con los orígenes de los visitantes. En algunas localidades rurales, como en el caso de General Rondeau (Argentina), dicha práctica contribuye a la (re)valorización comunitaria de determinados patrimonios, historias e identidades.
Crédito Fotografía: Asociación Civil Néstor Luis Montero.
El turismo de diáspora o de retorno configura una práctica turística caracterizada por la vuelta temporal de la población migrante, o sus descendientes, a los espacios de origen, en busca del reencuentro con sus “raíces”(Gascón, 2021). En coincidencia con Coles, Duval y Hall (2005), cabe pensar a este tipo de desplazamientos en un ámbito más amplio, más allá de las movilidades netamente turísticas. Asimismo, los visitantes deben considerarse por encima del mero hecho de consumo, para contemplarlos desde una mirada más humanista. En este marco, los conceptos de sentido de lugar, arraigo, desarraigo, espacio vivido e identidad, cobran protagonismo en el desarrollo de esta práctica.
Según Coles y Duval, el turismo de diáspora constituye “un tipo de turismo principalmente producido, consumido y experimentado por comunidades diaspóricas”(2004: 1). Así, la población migrante no sólo se constituye como parte de la demanda, sino que, en algunas oportunidades, funciona como promotora de la oferta turístico-recreativa.
En el ámbito del turismo de retorno podemos referenciar diferentes subtipologías con características particulares. Se destacan el turismo genealógico, el turismo de visita a familiares y amigos, el turismo de raíces, entre otros (Cardoso, Matos y Marques, 2018; Pinho, 2018). Todas estas categorías contemplan en su seno una motivación vincular (Catalano, 2021), en términos de lazos y relaciones sociales, donde tanto el sentido simbólico del viaje como las prácticas ancladas al espacio de origen de la población migrante, adquieren notoriedad.
Como expresa Gascón (2021), gran parte de las investigaciones se han abocado al estudio del turismo de diáspora a nivel transnacional, quedando una vacancia en términos domésticos. Esto se refleja también para el caso argentino, en el que la temática ha sido poco explorada y, a su vez, acotada a algunas tipologías particulares en el ámbito internacional.
Crisis rural en Argentina
En Argentina, a partir de la década de 1990, con la implementación de políticas de corte neoliberal, se consolidó la crisis que atravesaba el espacio rural desde mediados del siglo XX. La privatización de servicios públicos agudizó las problemáticas del sistema ferroviario, eje vertebrador de los pueblos y parajes, como analiza en profundidad Schenkel (2019) enotra publicación de Alba Sud. Esto, sumado a la carencia de fuentes laborales permanentes, provocada en parte por la modernización agropecuaria y las condiciones climáticas poco favorables en algunas regiones, condujeron a un despoblamiento rural de forma opuesta al crecimiento de los centros urbanos.
En dirección contraria a este proceso, desde las últimas décadas del siglo XX a la actualidad, se observa en el territorio rural un conjunto de dinámicas que dan cuenta de un renacimiento (Sili, 2021)o revivificación (Pinassi, 2020), como parte de una neorruralidad. Este “nuevo” escenario es impulsado por diversas causas, entre las que se destaca la vuelta de la población migrante a los lugares de origen, en búsqueda del reencuentro con su espacio vivido.
Andén de la antigua estación de tren. Crédito fotografía: Andrés Pinassi.
Dicho resurgimientoconlleva diferentes comportamientos socioespaciales relacionados con la migración de las grandes ciudades hacia el medio rural (aún incipiente), el desarrollo de nuevas formas colectivas de trabajo, la diversificación funcional-productiva (Sili, 2021) y el impulso de mecanismos comunitarios de patrimonialización, como estrategia de rescate de componentes culturales y naturales, talcomo se analizara en otro texto de Alba Sud (Pinassi, 2022).
En este contexto, el turismo en general y el turismo doméstico de diáspora en particular, constituyen una oportunidad para la dinamización de las localidades rurales, como en el caso del paraje rural General Rondeau. A partir de la puesta en valor del patrimonio, los ex habitantes que retornan a “su” lugar, se transforman en actores sociales clave, promotores de las iniciativas de ocio.
General Rondeau: entre la agonía y la revivificación
General Rondeau se localiza en el partido de Puan, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Dista casi 100 kilómetros de la ciudad de Bahía Blanca, por la Ruta Nacional Nº 35. Fue fundado a principios del siglo XX, cuando se inaugura la estación de tren, perteneciente a la empresa de ferrocarril Bahía Blanca al Noroeste, de capitales ingleses. A finales de la década de 1950 comienza el proceso de declive en la localidad, con el inicio deldesmantelamiento del sistema ferroviario. Ello conduce a que la población residente migre del lugar, en busca de mejores condiciones de vida. Gran parte de ésta se relocalizó en diferentes puntos de la región, principalmente en la ciudad de Bahía Blanca, centro urbano más importante de la zona.
Según Vesco “en 1942 General Rondeau llegó a tener 232 habitantes, carpintería, correo, telégrafo, una herrería, escuela con alumnado, una biblioteca y el Club Atlético Rondeau. Había casas, gente en la calle” (2019: 165). Hoy en día, la localidad se conforma por los restos de la estación de tren y de un antiguo almacén de ramos generales, el club, el edificio de la Escuela Nº 30 (cerrada desde 1999 y en estado de deterioro) y una vivienda particular que linda con la calle principal del paraje.
En materia demográfica, solo reside de forma permanente una persona, adicionado a unos pocos habitantes que viven en los campos aledaños y se dedican a la práctica agrícola-ganadera.
Centro cultural y recreativo Gral. Rondeau. Crédito fotografía: Andrés Pinassi.
Esta situación de crisis que atraviesa la localidad desde hace años, conduce a que en 2017 un grupo de ex habitantes y descendientes de dicha población migrante, se nuclee y conforme la Asociación Civil Néstor Luis Montero, cuyo nombre se definió en honor al último presidente de la comisión del club local. El promotor de la iniciativa fue Jorge Tanoni, hijo de uno de los jefes de estación que tuvo el paraje.
El objetivo de la organización es volver a refundar la localidad, a darle vida a su antiguo pueblo, a partir de una serie de acciones comunitarias. Entre sus principios se destaca: “los integrantes, queremos dejar escrito en la historia, que, con ganas, esfuerzo y sobre todo SENTIMIENTO por nuestra tierra, se puede lograr lo inalcanzable, se puede lograr un sueño... que ha permanecido en cada uno de nosotros, a lo largo de nuestras vidas”. Un sueño que si bien se territorializa de forma lenta, lo hace a través de actividades concretas con gran impacto en la escala local.
De antiguos residentes a gestores-visitantes de retorno
La asociación propone la revivificación de la localidad a partir de una serie de proyectos y actividades que giran en torno a la recuperación de ciertos lugares-patrimonio definidos por la propia comunidad diaspórica, a partir del sentido de pertenencia. Una integrante de la Asociación Civil, Paula Arens, explica que “General Rondeau es un lugar que había desaparecido del mapa, que nadie se acordaba, que las generaciones nuevas no sabían el nombre. Entonces, con este resurgir pretendemos que el pueblo se instale en la mente de esas personas que de alguna manera guardan algún vínculo con el paraje, ya sea por sus padres o sus abuelos”.
Entre las primeras acciones que impulsaron, se destaca el rescate delClub Atlético Rondeau, como centro recreativo y cultural. Fundado en 1926, era reconocido por los grandes bailes que allí se organizaban, además de su equipo de fútbol. En este marco, en octubre de 2017, luego del acondicionamiento del sitio, se llevó a cabo el “gran baile del renacimiento”, como lo denominaron. Al respecto, Andrea Dorado, otra miembro de la organización comenta: “Cuando iniciamos con el baile de apertura en el club, era tan grande la emoción que teníamos de estar de vuelta, con esa esencia característica del lugar, que terminamos muy emocionados… Todo esto es a base de pulmón, es comunitario, no tenemos grandes ayudas de nadie”.
La recuperación de este espacio permitió que se llevarán a cabo diferentes eventos a lo largo del año. Esto posibilitó obtener ingresos económicos para reinvertir en el mantenimiento del club. De esta manera, se pudieron realizar ampliaciones y hacer nuevas instalaciones, para mayor comodidad de los visitantes.
Fuente: Telefe Bahía Blanca (2018).
Otra de las propuestas turístico-recreativas que lleva a cabo la asociación es la gestión de la Fiesta Popular del Pollo al Disco. Con la necesidad de diversificar las propuestas y atraer nuevos perfiles de visitantes, en noviembre de 2018 organizaron la primera edición de esta festividad. El objetivo era generar un evento temático con actividades complementarias que estuviera vinculado a la gastronomía regional y, a su vez, permitiera posicionar a la localidad en el calendario turístico municipal y provincial. Durante el mismo se premiaron los mejores cocineros y también se contó con la presencia de artesanos, música en vivo y servicio de cantina. El objetivo siempre radicó en la obtención de beneficios económicos para reinvertir en los proyectos que tiene la asociación.
Las prácticas deportivas también tienen lugar dentro de la oferta que promueve el grupo, como un evento anual denominado “Rural Bike: reto de las quebradas”, que convoca gran cantidad de público. Se llevan a cabo dos travesías en bicicleta, una de carácter recreativo y otra competitivo, de 20 y 43 km, respectivamente. En éstas se transita por caminos vecinales de tierra y se atraviesan distintas localidades rurales de la zona. Dicha propuesta es complementada con un almuerzo opcional y permite pasar un día en familia y amistades.
Crédito fotografía: Asociación Civil Néstor Luís Montero.
Entre otra de las iniciativas desarrolladas, sobresale la observación de aves. A partir de un trabajo articulado entre el Municipio de Puan y la Asociación Civil Néstor Luis Montero, se llevan a cabo diferentes encuentros a lo largo del año, con el objetivo de la observación de dos especies endémicas de la región, la Loica Pampeana y el Cardenal Amarillo, ambas en peligro de extinción a nivel nacional. Esta actividad es gratuita e incluye un almuerzo opcional.
Por otra parte, también se pueden mencionar dos propuestas que aún se encuentran en proceso. Una de ellas consiste en la salvaguarda del edificio de la escuela, que actualmente está cerrada y en estado de deterioro. Para ello, la ONG ha logrado como primera acción que el Ministerio de Educación de la Nación le otorgue la custodia del inmueble, a fin de poder mantener el predio y evitar así su abandono.
La otra es el proyecto de loteo del terreno del ferrocarril, en el que, con ayuda del Estado, construir viviendas para que distintas familias se radiquen en la localidad. El fin es que las mismas lleven a cabo diferentes actividades, como por ejemplo el desarrollo de una huerta comunitaria, y que ello les permita asentarse de forma permanente en paraje rural. Esta idea aún se encuentra en ciernes y no ha logrado materializarse como tal.
A modo de reflexión: “volver al pago”
A partir del caso analizado, se pretende dar cuenta de un conjunto de procesos que se suscitan en el espacio rural, no solo en Argentina, sino también en otras latitudes. Estos se vinculan en parte con la (re)valorización de ciertos lugares-patrimonio e identidades vinculadas a determinados colectivos. En esta oportunidad, las poblaciones migrantes, que por diferentes motivos dejan su lugar de origen y que después de un tiempo “vuelven al pago”, a su lecho, para reencontrarse con su historia vivida. Estos antiguos residentes, configurados en gestores-visitantes diaspóricos, asumen la responsabilidad de poner en pie, de manera desinteresada, estas localidades, con el único fin de traer al presente momentos añorados de un pasado esplendoroso, que se corporiza en ciertos “patrimonios afectivos”
(Behling y Lemos, 2019).Si bien las prácticas de ocio constituyen una alternativa de subsistencia, lo cierto es que este tipo de organizaciones comunitarias atraviesan grandes dificultades, ya sea en materia económica, de planificación y/o gestión. Inclusive, gran parte de éstas no reciben apoyo del Estado, o el mismo resulta acotado. A pesar de las amenazas que afrontan y del contexto poco alentador, los integrantes de la Asociación Civil Néstor Luís Montero siguen soñando con el resurgir de su tan querido pueblo, objetivo compartido por otras agrupaciones en distintas localidades. Como manifiesta Dante Knel, uno de sus miembros, el fin último de todo este accionar es “que las generaciones que vienen disfruten de esta recuperación del lugar, que cada uno tenga su propia historia y que ello permita, además, poner su granito de arena para el futuro del paraje rural”.
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