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04-07-2023

La Mesa Nacional y la integración del turismo solidario en Argentina

Valeria Laborda & Rodrigo F. Miranda | CEES Untref - Alba Sud

Desde el año 2021 se está constituyendo la Mesa Nacional de Turismo Cooperativo, Mutual y de Base Comunitaria, un proceso singular de integración, articulación y cooperación entre actores solidarios del turismo. Su creación supone la construcción y la legitimación de un nuevo sujeto político en el país. 


Crédito Fotografía: Equipo de Gestion de Turismo.

La pandemia de la COVID-19 significó para muchos sectores de la economía global una catástrofe sin precedentes. El turismo solidario, lejos de cualquier eufemismo, se vio en la necesidad de repensarse y reinventarse para dar respuesta a un nuevo escenario. Y en la diversidad de acciones que fueron emergiendo en el contexto argentino comenzaron a vislumbrarse intenciones de integración entre las organizaciones, el Estado y la sociedad civil. Un Estado que por años se había mantenido al margen de las necesidades de este sector comenzó a buscar vías de resolución a sus problemáticas específicas. El sector, si bien compartía una base común de ideas, valores y prácticas, se encontraba atomizado y segmentado, pero comenzó a tejer nuevas alianzas. También empujados por la emergencia de subsistir, empezaron a allanar el camino hacia la constitución de un nuevo actor, la  Mesa Nacional de Turismo Cooperativo, Mutual y de Base Comunitaria, con horizontes sostenibles.

Pasada la pandemia, la post-pandemia y en plena crisis socioeconómica, los actores del Turismo Solidario de Argentina generaron una primera instancia de vínculo. A partir de un hecho concreto, el encuentro físico de cientos de organizaciones en un complejo turístico gestionado por el Estado nacional, la Unidad Turística de Embalse, estos actores pudieron poner en común su realidad compartida, discutir y abrazar un nuevo horizonte. A continuación, se describe y reflexiona sobre cómo se dio ese proceso y cuáles son sus perspectivas de continuidad.

¿Para qué la integración del turismo solidario?

El proceso de conformación de una Mesa Nacional se fundamenta en una falta de integración, de sinergias y un limitado reconocimiento de los agentes turísticos solidarios tanto dentro como fuera del sector. En este sentido, la división del sector turístico solidario, formado por una parte por cooperativas, mutuales y experiencias de base comunitaria, atomiza a sus agentes y debilita sus potencialidades de desarrollo. Asimismo, esta falta de integración limita la posibilidad de transmitir mensajes y generar diálogos con sectores de la ciudadanía sobre otras prácticas y sentidos no dominantes del turismo, como así también tener una interlocución más organizada con los organismos del Estado.

No obstante, para contextualizar y comprender este escenario es importante ampliar la mirada sobre las problemáticas preexistentes más allá de la dispersión del propio sector. Por un lado, generalmente desde la universidad se ha tendido a transmitir una expresión bastante uniforme del turismo, excluyendo perspectivas, experiencias, discursos y prácticas emergentes o minoritarias. Por otra parte, históricamente el Estado no reconocía a las cooperativas, las mutuales, las organizaciones comunitarias y otras experiencias asociativas vinculadas al turismo como actores de la producción, que es una demanda histórica del movimiento de la Economía Social y Solidaria (ESS) en este país. Probablemente como consecuencia de estos elementos, otra problemática clave ha sido la ausencia de conocimiento y de reconocimiento de amplios sectores de la ciudadanía sobre otras formas de turismo.

Panel II Encuentro Nacional del sector. Imagen: Equipo de Gestion de Turismo Cooperativo Mutual y de Base Comunitaria. 
 
Por eso es posible entender el proceso de la constitución de la Mesa en el marco de la confluencia de distintas disputas interrelacionadas, que exigen una acción articulada e integrada. En la Mesa converge una respuesta colectiva, sectorial e interinstitucional a estas problemáticas, la falta de integración, las miradas uniformes desde la universidad y el tipo de reconocimiento desde el Estado. Entonces, ¿qué es la Mesa? Un  espacio donde se encuentran expresiones no dominantes del turismo, que convergen en un sistema de valores, ideas y prácticas, no capitalistas ni lucrativas, que son proyectos colectivos y democráticos, y que contribuyen a transformar la realidad de las comunidades. Y las comunidades son concebidas como parte integrante de los procesos turísticos, que participan en la deliberación y toma de decisiones en este ámbito.
 
Por eso este nuevo actor surge para integrar a las organizaciones de segundo y tercer grado, pero también a las universidades, y tener una relación de proximidad y diálogo con los organismos competentes del Estado. Esto es precisamente lo que significa la integración, la construcción de un todo a partir de lo diferente, de completar una totalidad con las partes restantes, que también es un principio y un horizonte clave en la ESS.

Aportes para la integración

La integración no es proceso que se da espontáneamente, sino que es consecuencia de la voluntad y el trabajo acumulado de distintos actores del campo. En el caso concreto del  Centro de Estudios de la Economía Social de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (CEES Untref), en alianza con la Asociación Civil CIES, centraron su aporte en un primer momento en pensar y diseñar un abordaje metodológico para la elaboración de un documento común en el que se plasmen los primeros consensos de este nuevo sujeto colectivo del turismo. Es decir, primero y con el acuerdo con todos los actores involucrados, se realizaron las siguientes actividades:

  • Creación de un instrumento para relevar los posicionamientos, las perspectivas y las sensibilidades de referentes del sector y del Estado sobre la posibilidad y la necesidad de esta integración.
  • Realización e entrevistas individuales a cada uno de estos referentes.
  • Elabración de un documento de propuesta con las bases de los consensos para la construcción de una Mesa Nacional.
  • Compartido el documento elaborado y validado por los actores participantes para dar lugar a su versión final.

Posteriormente, se convocó a la primera reunión formal de este espacio, en el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, en la que se aprobó el documento como un texto fundacional y se oficializó el nacimiento de este sujeto. Ese documento, que se denominó “Planificación de un espacio de convergencia entre el turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria”, tenía como objetivos identificar puntos de encuentro para la construcción de una identidad común, generar instancias de diálogo para la construcción de consensos y la definición de los objetivos y los lineamientos estratégicos y, finalmente, definir criterios comunes de integración y ampliación del entramado de actores.

En este trabajo se definieron de forma participativa elementos clave que hacen a la identidad y a la proyección de la Mesa, como la misión, la visión, los objetivos estratégicos, así como los criterios de integración, la forma de organización e ideas para avanzar en dicha construcción. De esta manera, se le estaba dando continuidad a aquel encuentro mencionado al principio y se redoblaba la apuesta en pos de una institucionalización inédita hasta el momento. Por primera vez se presentaban en la misma Mesa todas los agentes que pueden hacer posible otro turismo. Una pieza clave en este entramado es el Equipo de Gestión del Turismo Cooperativo, Mutual y Comunitario del Ministerio, creado durante la actual gestión pública y que está integrado por compañeros y compañeras del sector de la ESS.

Taller en II Encuentro Nacional del sector. Imagen: Equipo de Gestion de Turismo Cooperativo Mutual y de Base Comunitaria.

En paralelo, y en el marco de un convenio con la Subsecretaría de Calidad, Sostenibilidad y Accesibilidad del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, el equipo de la Universidad y la asociación civil está poniendo en marcha cuatro líneas estratégicas. Estas tienden a apuntalar este proceso de construcción dando respuesta a otras problemáticas antes mencionadas, como la falta de visibilidad y de reconocimiento del turismo solidario, y la necesidad de que desde las universidades se impulsen procesos de enseñanza-aprendizaje con una perspectiva más plural del turismo. 

  • La puesta en marcha el pasado 8 de junio de 2023 de la primera Diplomatura universitaria en Turismo Social, Solidario y Sostenible en Argentina. Esta propuesta académica suma a las organizaciones del sector al proyecto, dado que estarán presentes en los equipos docentes y de tutorías, así como experiencias para que los y las estudiantes vinculen los aprendizajes. A su vez, se trata de una propuesta accesible y asequible para todas las organizaciones a nivel federal ya que será virtual y sin costo para sus estudiantes.
  • El diseño de un curso virtual autogestionado en la página web del Ministerio sobre turismo y ESS. Esta acción formativa posibilita que desde el Estado se generen instancias formativas gratuitas sobre otras formas de turismo, certificadas por la universidad pública y que ponen en el centro a este sujeto político, sus singularidades y potencialidades. Dos datos muestran el impacto de estas propuestas: en la Diplomatura se preinscribieron 1.225 personas durante las dos semanas de difusión, mientras que en el curso autogestionado se matricularon 1.134 estudiantes en el primer mes desde su puesta en marcha. Esta demanda da cuenta no solamente de la vacancia de este tipo de contenidos en la oferta de educación actual, sino también del alto interés que existe para formarse en estos.
  • La participación en procesos de asistencia técnica a experiencias asociativas diversas vinculadas a la actividad turística en los territorios, acompañando, dinamizando y sistematizando diagnósticos participativos y asistencia en procesos asociativos y comunicacionales, entre otros.

Así, la universidad pública junto a los agentes solidarios, tomando los requerimientos de este nuevo sujeto político, y gracias a un claro compromiso del conjunto de los actores del turismo solidario, va acompañando con aportes concretos al objetivo de consolidar la integración entre sector, el Estado y la Sociedad Civil, a la formación, la visibilización y el fortalecimiento de sus capacidades.

Retos para el futuro

Es importante pensar y discutir los posibles desafíos con los que se va a encontrar este proceso de integración como la mejor forma de prever acciones futuras. Se puede plantear que el principal de estos retos consiste precisamente en consolidar este proceso de integración. Esto pasa por solidificar las relaciones de confianza entre los actores, fortalecer la identidad compartida y la conciencia de lo común del espacio, así como aceitar un funcionamiento orgánico de la Mesa. Para esto último, emergen dos cuestiones estratégicas para el futuro inmediato: en primer lugar, la continuidad de la puesta en marcha de proyectos conjuntos de la Mesa, y en segundo término, intensificar las instancias de encuentro de los actores.

Asimismo, también es posible identificar un conjunto de retos vinculados al desarrollo y la capacidad del sector del turismo solidario en general, que deberán ser atendidos y canalizados por la Mesa:

  • Promover y acompañar la ampliación y el fortalecimiento del sector. Esto implica el surgimiento de nuevas experiencias y el fortalecimiento de las actuales, con un papel de la Mesa acompañando en ambos caminos.

  • Fortalecer procesos de articulación e integración de las entidades y experiencias asociativas dedicadas al turismo en los territorios. En este sentido, la Red de Municipios Cooperativos impulsadas por la confederación de cooperativas Cooperar y las Mesas del Asociativismo y la Economía Social promovidas por el INAES son dos espacios de convergencia vigentes que constituyen plataformas para posibilitar este tipo de entramados a nivel local.

Para complementar el relevamiento de experiencias asociativas y el catálogo de organizaciones de turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria, otro desafío consiste en profundizar, ampliar y compartir información propia sobre el sector. Esta información permitirá comprender más fehacientemente la composición y singularidad de este sector, los servicios prestados así como las necesidades emergentes que surgen. A su vez, posibilitará la construcción de una agenda propia, una mejor toma de decisiones y gestión de los procesos, la puesta en valor de los impactos del sector frente los organismos públicos y facilitará el vínculo con la ciudadanía con un discurso que sea identificable y significativo.

Vinculado con el punto anterior, otro reto para el futuro consiste en acentuar el reconocimiento diferenciado de los actores del turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria por parte del Estado. Para ello será necesario sostener el diálogo directo con el Ministerio de Turismo y Deportes de La Nación y el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, entre otros organismos públicos, para instalar la agenda en lo normativo y  conseguir financiamiento, así como la adecuación de las políticas públicas a las necesidades y singularidad del sector.

En el largo plazo, el principal desafío del sector consiste en promover un cambio cultural, disputando sentidos y prácticas sobre el consumo turístico. Esta constituye una disputa de largo plazo, a la que se transita necesariamente a través de diferentes estrategias y con la participación de actores de diversa naturaleza. En todos los casos la batalla cultural supone una disputa imprescindible para el desarrollo y la legitimación del turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria.

En cuanto a la prestación de los servicios, se identifica el reto del fortalecimiento de las capacidades de estos actores asociativos para la producción y la comercialización de este tipo de servicios. Para ello será necesario solidificar desde la Mesa, el Estado o las universidades procesos de intercambio, de acompañamiento y de asistencia técnica a las cooperativas, mutuales y organizaciones de base comunitaria. Asimismo, en el ámbito de la universidad, sería necesario ampliar y fortalecer la presencia de miradas, discursos y experiencias no capitalistas en los procesos de educación sobre esta temática.

Se podría añadir un desafío que atraviesa actualmente al conjunto de la ESS: lograr construir una más fuerte y directa vinculación entre el sistema de ideas, valores y prácticas con la cuestión de la sostenibilidad ambiental. Un elemento que se encuentra cada vez más presente en la sensibilidad colectiva, principalmente de las nuevas generaciones y que, a fuerza de la comunicación corporativa y comercial, tiende a ocupar simbólicamente el pretendido capitalismo verde.

Presentacion de la Mesa 2. Imagen: Equipo de Gestion de Turismo Cooperativo Mutual y de Base Comunitaria. 

Otro reto es el mantenimiento del rol jugado en este proceso por el Estado y las políticas públicas que ha impulsado. Como se fue explicando a lo largo del artículo, en la construcción de la Mesa Nacional el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación fue un actor relevante, que acompañó desde el inicio la idea, que creyó en este proceso. Ahora bien, ¿será viable sostener una relación de articulación efectiva y constructiva con los próximos gobiernos? ¿Serán capaces los actores de la ESS de consolidar, incluso ampliar, la integración con un Estado que siga otro modelo de gestión?

En síntesis, las acciones que se están desplegando actualmente desde el turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria están alineadas con estos retos: la capacitación, la educación, la sensibilización y la visibilización del sujeto en su conjunto, con cada una de las expresiones que lo integran. Un objetivo clave es poder sostener, ampliar e intensificar en el futuro próximo este tipo de acciones de forma articulada.

Reflexiones y aprendizajes

A modo de conclusión, se compartes algunos de los aprendizajes surgidos a partir de este proceso. Un primer aprendizaje habla precisamente de la necesidad de integración de procesos transformadores y no capitalistas, de experiencias que emergen del campo popular y solidario. Mucho más cuando se trata de actividades que son centrales en las economías nacionales y regionales, y de prácticas que tienen una centralidad también social y cultural.

A pesar de la diversidad de este tipo de experiencias, las organizaciones del turismo solidario comparten algo esencial, que las singulariza y las diferencia: no tener fines de lucro, ser organizaciones democráticas en su funcionamiento, ser proyectos colectivos resultado de la organización popular y que proponen también una democratización de la economía, que tienen la equidad y la reproducción de la vida en el centro de su actividad. Y esas convergencias son las que, en última instancia, dan sentido a las construcciones asociativas, mucho más que las diferencias.

También es importante poner en valor la potencia que tiene el encuentro y la articulación entre los actores solidarios en términos de construcción de sinergias. Asimismo, este proceso deja como aprendizaje el papel que pueden tener los Estados para activar las intenciones que están latentes entre los agentes sociales y solidarios.

También resulta un aprendizaje significativo la importancia del papel de la universidad pública, si se la piensa fuera de las aulas y como actor de las comunidades, capaz de generar alianzas estratégicas con organizaciones de la sociedad civil y así participar en procesos comunitarios, generar intercambios de saberes populares y académicos con los agentes, y transmitir la complejidad que tiene el turismo más allá de una actividad económica o un mercado. Una universidad con voluntad y capacidad de solidificar sus articulaciones territoriales y poner al turismo en un lugar central de los saberes, los intercambios y la extensión.

Para anclar estos aprendizajes, a modo de ejemplo, el pasado 31 de mayo se realizó desde la Mesa Nacional en CABA el II Encuentro Nacional de organizaciones de turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria. El Encuentro constituyó un espacio de encuentro, intercambio técnico y capacitación de los actores, donde también se contempló una instancia para posibilitar futuros acuerdos e intercambios comerciales entre las propias organizaciones, una suerte de “ronda de comercialización solidaria”.

También permanece latente la perspectiva de organizar la primera Feria de turismo cooperativo, mutual y de base comunitaria, que supondría un paso adelante en la medida que se sumarían distintos sectores de la ciudadanía a este proceso.

Por último, como reflexión final, es importante poner en valor esta idea que atraviesa todo lo mencionado, que es el concepto y la práctica de la integración, que desborda al sector de la ESS para pensarla de forma más amplia. Se pudo aprender, aún en esta primera etapa, que sólo a través del trabajo articulado y en red, de relaciones con una base en la confianza y la cooperación y no en la competencia, se pueden dar pasos en la construcción de otro modelo de turismo que abone a un desarrollo local, sostenible y equitativo, en el marco de otro proyecto de sociedad.

 

Este artículo se publica en el marco del proyecto “Aprendizajes para el fortalecimiento del turismo comunitari”, ejecutado por Alba Sud con el apoyo de la Diputación de Barcelona (convocatoria 2022).