07-05-2024
La historia de Cassandra es ficción, pero podría ser real
Angela Teberga, Lara Stéfany Almeida, Bianca Briguglio | Alba Sud - Labor MovensLa película franco-belga “Bienvenidos a bordo” (2022) muestra la experiencia del trabajo en una aerolínea de bajo costo. El trabajo de las azafatas de vuelo, lejos de ciertas idealizaciones, acumula problemas laborales múltiples.
Rien à foutre / Zero Fucks Given / Bienvenidos a bordo (en Brasil, se presentó con el título “Bem-vindos a bordo”) es una película francesa de 2022 dirigida por Emmanuel Marre y Julie Lecoustre. El film cuenta la historia de Cassandra Wessels, interpretada por la actriz Adèle Exarchopoulos, una joven azafata de vuelo que trabaja para la compañía aérea ficticia Wing, una aerolínea europea de bajo coste.
Una de las (muchas) cosas que llama la atención de la película es que nos enteramos del nombre de la protagonista sólo a los 39 minutos de metraje. El propósito de conocer el nombre de la protagonista sólo a mitad de la película es señalar que los trabajadores son tratados como números y no tienen personalidad ni individualidad. La historia es la de Cassandra, pero podría ser la de Marie, Luiza o Carla. De hecho, podría ser la de cualquier azafata de vuelo, en cualquier parte del mundo, con otros marcadores relacionados con la etnia y, sobre todo, la raza. Porque, todo hay que decirlo, Cassandra es una joven europea blanca, y eso dice mucho también de sus condiciones de trabajo.
Está claro que Cassandra no está contenta con su trabajo. Durante tres años en Wing, intercala su trabajo con holgazanear en el sofá del salón, fiestas, encuentros casuales y beber para escapar de la rutina (sus familiares sólo aparecen cuando tiene que trasladar su base a Lanzarote, una ciudad española de las Islas Canarias, y se aloja en casa de su padre). En una de las escenas en el aeropuerto, ve a un equipo de tripulantes de Emirates y sueña despierta con trabajar para la compañía árabe para poder viajar a otros continentes y ganar mejores sueldos.
Como sugiere el título, la historia de Cassandra es ficción, pero podría ser real. La literatura internacional ha señalado la precariedad del trabajo de las azafatas de vuelo, caracterizado por jornadas agotadoras, acoso moral y sexual, y enfermedades físicas y mentales. La espectacularización y el glamur de la profesión ocultan las horas de sueño no reguladas, el estrés, el aislamiento social y familiar, los trastornos alimentarios...
La feminización de la profesión es el aspecto más llamativo. En Brasil, 7.270 mujeres (67%) trabajaban en 2021, en contraste con 3.435 hombres (33%), según datos de RAIS (Informe Anual de Información Social / Ministerio de Trabajo, 2021). Esta composición está vinculada a una serie de estereotipos presentes desde el inicio de la aviación civil, como la construcción del imaginario de la sensualidad de las azafatas, como se verá a continuación.
Este artículo, más que una crítica cinematográfica, pretende analizar algunas manifestaciones de la precariedad de la profesión de azafata de vuelo, a partir de escenas de la película. El uso del cine para reflexionar críticamente sobre el mundo del trabajo y las contradicciones de la sociedad burguesa es una estrategia que ha sido utilizada con éxito por las ciencias sociales. Aunque el campo del turismo no cuenta con muchas producciones cinematográficas con este objetivo, destacamos la película mexicana La Camarera, analizada por la investigadora Michele Pereira Rodrigues para el blog Labor Movens.
Condiciones de trabajo: salarios y horarios agotadores
– Llamo porque el equipo de planificación me ha dicho que nos falta personal para Navidad. Sé que has cumplido tus horas este mes, pero necesito saber si puedes seguir trabajando en estas fechas. Necesito una respuesta lo antes posible, pero es sólo una oferta, no tienes por qué aceptar. Contéstame lo antes posible. Gracias.
– Sí. Por mí está bien, David.
Los datos del Convenio Colectivo de Trabajo de la Aviación Regular para el bienio 2022/2023 muestran que el piso salarial para los auxiliares de vuelo en Brasil es de 2.436,16 reales y que el bono mínimo de alimentación es de 495,50 reales. El salario variable se compone de la tarifa diaria, más la remuneración por cada hora de vuelo que supere la hora 54 de vuelo en el mes. En el mismo período, el salario mínimo (SM) fue de 1.212,00 reales y 1.320,00 reales, respectivamente. Esto significa que el piso salarial de la categoría es de poco más de dos SM.
Según datos del RAIS (Ministerio de Trabajo, 2021), el rango salarial medio mensual del 32% de los comisarios estaba entre 5 y 7 SM y del 29% estaba entre 4 y 5 SM en 2021. La diferencia entre el piso salarial (2 SM) y la remuneración media mensual (> 4 SM) está constituida por la remuneración variable, esencialmente la remuneración por hora de vuelo superada, que equivale a 21,99 reales. Por lo tanto, los ingresos de estos profesionales dependen de la prolongación de la jornada laboral, ya que la mitad o más de su salario se compone del pago por exceso de horas. Es importante destacar que el salario variable no está sujeto a ningún tipo de retención fiscal o de la seguridad social, es decir, sólo se tiene en cuenta el salario fijo a la hora de calcular la jubilación, las vacaciones o cualquier tipo de beneficio para el trabajador.
Teniendo en cuenta que, según Dieese, el salario mínimo necesario para mantener una familia en el mismo período osciló entre 5.997,14 reales (2022) y 6.547,58 reales (2023). En este cálculo, la metodología utilizada para calcular el Salario Mínimo Necesario involucra el Costo Alimentario Familiar (CFA) y el Costo de la Canasta Básica Alimentaria (CC) con mayor valor en Brasil. Es decir, aunque parezca que el piso salarial y el salario medio son altos, al calcular lo que sería necesario para una familia, sigue siendo un salario bajo.
En cuanto a lo acordado sobre el bono alimentario de los trabajadores, cabe destacar que, según Dieese, el valor de la canasta básica de alimentos en diversos estados brasileños en 2022 varió entre R$507,82 (Aracaju) y R$713,86 (São Paulo) y en 2023 varió entre R$517,26 (Aracaju) y R$766,53 (Porto Alegre). Esto atestigua que el bono alimentario ofrecido es irrisorio e insuficiente en cualquier estado de Brasil.
Estas cifras revelan que la prolongación de la jornada laboral es el factor más determinante de la precariedad laboral en la aviación civil. A pesar de que la gran mayoría de las auxiliares de vuelo son contratadas por entre 31 y 40 horas (más del 60%), según datos del Ministerio de Trabajo (2021), el estudio de la composición salarial indica que hay muchas horas por encima de lo realmente contratado, lo que puede apuntar a la naturalización de esta extensión, de modo que la jornada de trabajo suele ser mucho más larga de lo que permite la ley.
Aunque el Convenio Colectivo de Trabajo para la Aviación Regular trata de regular y limitar el trabajo de madrugada, especialmente en días consecutivos, lo que la película nos deja entrever es que, ante cualquier imprevisto o eventualidad, las azafatas son llamadas a seguir trabajando, muchas veces sometidas a coacciones más o menos sutiles, a riesgo de enfrentarse con sus jefes –lo que, como sabemos, puede acarrear otros muchos problemas–. En este caso, la necesidad de las compañías aéreas de resolver los problemas con los clientes prevalece sobre cualquier preocupación por la salud de sus tripulantes.
Según Görlich & Stadelmann (2020), las largas horas de vuelo y el turno de noche contribuyen decisivamente a aumentar el riesgo para la salud de las auxiliares de vuelo, ya que implican un cambio en el ritmo biológico del cuerpo humano, aumentando la sensación de fatiga y agotamiento. También existen factores de alto riesgo relacionados con la rutina diaria del entorno de trabajo del auxiliar de vuelo:
Estas trabajadoras están constantemente expuestas a radiaciones ionizantes cósmicas, a la alteración del ciclo circadiano como consecuencia de los periodos de trabajo nocturno, al cruce de husos horarios, a la mala calidad del aire de la cabina de vuelo, a los altos niveles de ozono, a la hipoxia, a los pesticidas procedentes de la desinsectación de la cabina, a los altos niveles de ruido ocupacional, a las grandes exigencias físicas del trabajo, así como al acoso verbal y sexual (McNeely et al., 2018, p. 1, traducción propia).
Nery (2009) realizó un estudio en el Hospital de Aeronáutica de São Paulo con el objetivo de evaluar los factores recurrentes en los diagnósticos de trastornos psicológicos que daban lugar a bajas laborales de las asistentes de vuelo. A partir del análisis de las historias clínicas de un total de 648 auxiliares de vuelo (105 hombres y 543 mujeres), se observó que las bajas laborales se debían principalmente a episodios depresivos (44,5% hombres y 35,5% mujeres), seguidos de trastornos de ansiedad (20% hombres y 23% mujeres). Este estudio revela la necesidad de prestar atención al modelo de trabajo utilizado por las compañías aéreas y cómo afecta a los profesionales de este sector.
El Observatorio de Salud y Seguridad en el Trabajo (SmartLab/MPT) mapea las notificaciones de accidentes de trabajo en Brasil, teniendo en cuenta los grupos más vulnerables a las ocurrencias, así como los agentes causantes y la naturaleza de la lesión, a partir de datos del INSS (Instituto Nacional de Seguridad Social). En esta plataforma, encontramos que entre 2012 y 2022, hubo 1.150 accidentes de trabajo entre las auxiliares de vuelo, la segunda ocupación más reportada en el sector del transporte aéreo regular de pasajeros, con el 17% de todas las ocurrencias. En este sector, solo en 2022, los trastornos mentales y del comportamiento representaron el 37 % de todas las prestaciones por accidente concedidas (B91), seguidos de las fracturas (26 %) y las enfermedades musculoesqueléticas y del tejido conjuntivo (17 %).
Turismo fuera de servicio para escapar de la rutina
– ¡Qué pasada! ¡Habrás visto lugares preciosos!
– Sí, tengo suerte. He estado en toda Europa. Y un poco en África.
– ¿Lograste visitar los lugares? ¿Y has visto todos los países?
– No siempre tengo tiempo. Hace quince días, en la misma semana, fui a Milán, Mykonos, Essaouira y volví a Lanzarote.
– No estuvo mal.
La profesión de auxiliar de vuelo está impregnada de una visión socialmente idealizada en la que están presentes las ideas de éxito, libertad y glamur, asociadas a los viajes alrededor del mundo, a la posibilidad de visitar múltiples destinos turísticos o, en otras palabras, a que te paguen por viajar.
Un estudio realizado en Brasil con cerca de 552 mujeres residentes en la región metropolitana de Salvador reveló una relación negativa entre la participación en actividades de ocio y la recurrencia de síntomas de depresión y ansiedad (Pondé & Santana, 2000). Los resultados de este estudio mostraron que los síntomas de depresión y ansiedad, como pérdida de apetito, trastornos del sueño, incapacidad para trabajar debido al estrés e incluso pensamientos suicidas, eran más recurrentes en las mujeres que no participaban en actividades de ocio, en comparación con las que sí lo hacían.
En entrevistas realizadas para el trabajo de final de grado en turismo de Lara Stefany Almeida (2023) en la Universidad de Brasilia, algunas auxiliares de vuelo afirmaron que la posibilidad de viajar constantemente les da una sensación de libertad, la dinámica del trabajo para establecer escalas y la oportunidad de conocer gente diferente son factores que para ellas garantizan la voluntad de permanecer en la profesión y encontrar formas de superar situaciones que pueden conducir a enfermedades psicológicas.
Hospitalidad vigilante de los cuerpos de las mujeres
- ¿Tarjeta o efectivo?
- ¿También tengo que pagar por la sonrisa?
- ¿Tarjeta o efectivo?
- Sonríe un poco. Seguro que eres muy guapa cuando sonríes.
- ¿Tarjeta o efectivo? ¿Tarjeta o efectivo?
- ¡Sonríeme!
- No vales nada, ¿eh? Sólo haces un trabajo de mierda para una empresa de mierda.
Entre las tareas de las que se encargan las azafatas de vuelo está la de proporcionar servicio de comida y bebida, ayudar a los pasajeros en la cabina y responder a cualquier pregunta que puedan tener. La atención al cliente se ha convertido en un fuerte incentivo para que esta profesión sea considerada femenina, ya que según Nery (2009), aunque el principal objetivo de las auxiliares de vuelo sea garantizar la seguridad de los pasajeros, aún arrastra el estigma de ser considerada una actividad "doméstica", ya que en su mayoría se restringe a la atención y prestación de servicios.
Según Fraga y Rocha-de-Oliveira (2022), el proceso por el que pasa el personal de los aviones, desde su formación, ingreso y, finalmente, permanencia en los cargos de auxiliar de vuelo o piloto, consiste en perpetuar un proyecto de género que pretende garantizar la creencia en roles designados a propósito en un ideal de binaridad y jerarquía de género. Las autoras destacan que los cursos de formación de las auxiliares de vuelo incluyen discursos que naturalizan el posible acoso derivado de la estrecha relación con los pasajeros.
Es importante prestar atención al componente de género que impregna estos comportamientos y la influencia que tiene en las subjetividades. La idea de la mujer cuidadora, amable, cariñosa y, en definitiva, servil, está muy presente en la sociedad, reforzando los roles impuestos a las mujeres en el mundo laboral, especialmente en el sector servicios y sobre todo en el trato con el público. En el mundo laboral, se sigue esperando que las mujeres actúen como lo hacen en la esfera privada: como cuidadoras, anteponiendo el bienestar de los demás al suyo propio.
Esta actuación feminizada de cuidado, servicio, atención, acogida y atención sirve a menudo de justificación para el acoso moral y sexual que sufren estas mujeres por parte de superiores, colegas y clientes por igual.
Las experiencias con los pasajeros y los compañeros también son factores que aumentan los niveles de estrés y pueden provocar enfermedades mentales, dado que las auxiliares de vuelo están constantemente expuestas a pasajeros que pueden estar descontentos por cuestiones como retrasos, cancelaciones de vuelos y otros imprevistos. La gran mayoría de los auxiliares de vuelo denuncian casos de acoso tanto por parte de los pasajeros como de sus superiores (Ballard et al., 2004).
Beber alcohol para pasar el día
– ¿Sabes si bebiste? ¿Tuviste una fiesta anoche?
– No la tuve.
– ¿No?
– No. No me sentía bien, así que...
– Así que...
– Así que bebí.
– Sí, claro. ¿Sólo una? ¿Cuándo fue eso? ¿Doce horas antes de tu vuelo o después? ¿No lo sabes? ¿El plazo? Tienes que cumplir el plazo. Es incluso mejor no beber nada antes de tu vuelo. Porque, francamente, no podrás volar hoy.
- Lo juro, estoy bien, puedo volar.
Comúnmente, los síntomas de enfermedad mental, depresión e incluso ansiedad se ignoran como síntomas y se entienden como una sensación pasajera (aunque recurrente), resultado de un mal día o de algún estrés puntual. A menudo, las personas afectadas por estos problemas intentan resolver o curar estos síntomas, sin darse cuenta de que son indicadores de problemas más graves y profundos. Así, el insomnio se soluciona con un somnífero, los dolores de cabeza con un remedio para el dolor de cabeza, los dolores corporales con un analgésico, y así intentan solucionar lo inmediato sin darse cuenta de cuál es realmente la causa de estos problemas.
En el caso de un entorno laboral estresante o de condiciones de trabajo insalubres, no es raro que los trabajadores y las trabajadoras intenten aliviar sus síntomas de estrés, depresión y ansiedad consumiendo drogas legales, como analgésicos y relajantes musculares, y abusando de las drogas y el alcohol. Una vez más, se trata de una forma de minimizar síntomas como el nerviosismo, los pensamientos negativos y el estrés, sin analizar lo que realmente está causando estos síntomas. A largo plazo, es bien sabido que el abuso de alcohol y drogas puede tener graves consecuencias para la salud de los trabajadores, pero en el caso de los auxiliares de vuelo, esto puede ser aún más peligroso, ya que en caso de accidente o cualquier problema durante el vuelo, ellos son responsables de guiar a los pasajeros y conducirlos con seguridad.
La quiebra de los sindicatos fordistas
– ¿Y cree que estas condiciones son buenas?
– No lo sé. Necesito trabajar, así que trabajo.
– Es un trabajo muy bueno, pero no en estas condiciones. ¡Mira en otras empresas!
– Las condiciones... Siempre es lo mismo. Siempre hay imperfecciones.
– ¿Conoces las condiciones de trabajo en otras empresas? Si, por ejemplo, caes enfermo, ¿te pagan?
– No lo sé, intento no ponerme enfermo. Me cuido mucho. Bebo vodka.
– ¡Creo que es hora de actuar! Y es fenomenal que esta huelga tenga lugar en toda Europa. ¿Dónde está tu base?
– No lo sé. En Lanzarote, pero realmente no tengo tiempo para hacer la revolución.
– Tal vez deberíamos estar contigo, es cierto... pero vamos a perder nuestro vuelo... y no queremos meternos en problemas.
– Puedo entenderlo, pero... piénsalo para la próxima huelga, ¿no?
– Sí, claro.
– Es bueno tener gente. Las empresas cambiarán si trabajamos juntos. Es esencial que todos apoyen la causa. ¡Ve y habla con tus compañeros! Algunos de tus compañeros de Lanzarote también están en huelga. Ve a verlos. Ellos te lo explicarán. Estoy seguro de que, si no hacemos nada, las cosas empeorarán.
– Sí, pero realmente no creo en el cambio... No tenemos la misma edad, así que lo que podemos sacrificar no es lo mismo.
– ¿No crees en el cambio?
– Significa que tengo un vuelo y me gustaría cogerlo.
– ¿Y el futuro?
– Ni siquiera sé si estaré vivo mañana, así que sólo quiero coger mi vuelo.
Una de las facetas más perversas y fundamentales del neoliberalismo es la individualización. En cuanto los trabajadores dejan de verse como un colectivo, como un grupo, difícilmente pueden entender que también son una clase. La individualización neoliberal, la misma que dice que todos podemos ser ricos y jefes, sólo hay que quererlo, sólo hay que trabajar duro, sólo hay que "trabajar mientras duermen", elimina del horizonte la unidad de los trabajadores, ofreciendo sólo soluciones individuales que no resuelven ni resolverán nunca el problema de las condiciones de trabajo, del salario justo y de los derechos asociados al trabajo.
Las historias de prácticas antisindicales por parte de las empresas no son pocas, porque ponen de manifiesto el potencial de la organización de los trabajadores y lo que pueden conseguir los sindicatos de clase. La ideología de que no hay nada que hacer, de que sólo depende de la clase trabajadora seguir trabajando en condiciones que se deterioran cada día, observando en silencio cómo se atacan y arrebatan sus derechos, sirve muy bien a la patronal y a las clases dominantes.
Mientras los trabajadores creen que no pueden hacer nada, que el sindicato no representa sus intereses, que organizarse es una pérdida de tiempo de descanso o de ocio, las empresas saben muy bien el riesgo que corren cuando los trabajadores se dan cuenta de que su fuerza reside en el colectivo, y no en disputas entre individuos o reivindicaciones aisladas.
En el caso de los auxiliares de vuelo, esta cuestión parece aún más complicada y, en la práctica, más difícil de realizar. Como ya hemos comentado, la jornada laboral está atravesada por horarios dinámicos que cambian constantemente, trabajo nocturno y equipos que cambian continuamente. Aunque a veces es posible vislumbrar un sentimiento de pertenencia a un grupo, éste no parece mantenerse cuando se trata de hablar del propio trabajo o de las exigencias de una categoría.
El aislamiento social y la estética requerida para la profesión
Al igual que la profesión de azafata de vuelo está socialmente marcada por la idea de cobrar por viajar y ver mundo, el estereotipo de la mujer que ejerce este trabajo también está construido socialmente, basándose en un estándar de belleza que impone delgadez, piel clara, pelo liso, maquillaje ostentoso y elegancia. Los auxiliares de vuelo hombre también están sujetos a estereotipos de belleza, pero no son ni de lejos tan opresivos o imponentes como en el caso de las mujeres. La llamada "buena apariencia" es una condición si ne qua non para el trabajo de los auxiliares de vuelo; al fin y al cabo, deben ser la cara bonita que aporte calma y seguridad a los pasajeros. Y esto es inseparable del estándar de belleza impuesto socialmente a las mujeres en su conjunto.
Tras ser despedida como auxiliar de vuelo, Cassandra acude a una entrevista de trabajo por Internet con una compañía de taxis aéreos de lujo en Dubai, por recomendación de su antigua compañera Dounia. En la escena de la entrevista de trabajo destacan dos preguntas.
Parte 1:
– ¿Cuál es tu situación personal? ¿Tienes novio? ¿Planea tener hijos?
– No, estoy completamente soltera. Nada ni nadie me retiene. No tengo ataduras. Si quieres que vaya mañana a Tokio o a Japón, puedo ir en un minuto.
- La flexibilidad y la disponibilidad son realmente esenciales para nosotros y en nuestro mundo, el "no" no existe. La adaptabilidad es sin duda la principal cualidad que buscamos en nuestra empresa.
Existen factores subjetivos que también se corresponden con una reducción de la calidad de vida y un aumento de los trastornos psicológicos, como la depresión y la ansiedad en los auxiliares de vuelo. Según Ballard et. al (2006), estos trastornos surgen como consecuencia de los estresores laborales que aumentan la sensación de aislamiento, cansancio y falta de tiempo para cumplir con los roles sociales –relaciones conyugales, familiares o de fraternidad– más allá de la jornada laboral. Seguir siendo azafata de vuelo es un dilema para las mujeres que han elegido esta carrera, sobre todo cuando se enfrentan a los roles sociales de madre y esposa. Tienen que someterse a una rutina inestable debido a la aleatoriedad de los horarios de vuelo, además de contar con una red de apoyo y, sobre todo, con el autocontrol emocional para delegar en otras personas parte de la gestión de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos. La vida conyugal tiene que pasar a un segundo plano. Esto no significa que las auxiliares de vuelo que son madres o esposas sean victimizadas, pero la práctica de estos modelos de relación social, muy idealizados por la sociedad, exigen una mirada y una flexibilidad diferente a la habitual en las auxiliares de vuelo por las características singulares de esta profesión (Silva, Uziel & Rotenberg, 2014).
El año pasado, un caso saltó a los medios de comunicación brasileños: una azafata de vuelo perdió la custodia de su hijo porque, supuestamente, su rutina laboral no era compatible con la maternidad. La decisión del juez concedió la custodia unilateral del niño a la progenitora. La investigadora Carolina Castellitti, autora de "Anfitriãs do céu: carreira, crise e desilusão à bordo da Varig" (2021), publicó una nota de apoyo a la azafata Josiane en el blog Labour Movens, en la que se puede saber más sobre el caso.
Parte 2:
- Buscamos a alguien con personalidad, pero la elegancia también es muy importante para nosotros. ¿Qué hace para mantenerse en forma?
- Hago fitness para mantenerme en forma, pero también para quitarme presión.
- Estupendo.
- ¿Puedo pedirle que se ponga de pie y dé unos pasos?
- Sí, claro.
- Dé una vuelta.
- Bien. Muchas gracias.
- Muchas gracias a usted. Puede volver a sentarse. ¿Ese es tu verdadero color de pelo?
- Sí. Pero puedo ir de rubia si lo prefieren.
- Sí, claro.
Para permanecer en la profesión de azafata de vuelo y transmitir esta profesionalidad, las mujeres deben cumplir unos requisitos estéticos impecables, que incluyen el uso de zapatos de tacón alto, uñas cuidadas, cabello perfectamente peinado siguiendo una estricta norma de tamaño y color, así como peso y medidas corporales restringidos.
En el informe de Alba Sud, Desigualdades de género en el mercado laboral del turismo, las autoras destacan a las azafatas de vuelo como el grupo de trabajadoras del sector que más sufre la imposición de cánones de belleza, incluyendo especificaciones sobre peso, imagen, dentadura y belleza facial: "Las empresas exigen a las azafatas que se vistan de manera «atractiva» y que tengan una buena apariencia, es decir, que sean delgadas, jóvenes y «bonitas»" (Calbet et al,) 2021, p. 20).
También mencionan que varias compañías aéreas tienen un código de vestimenta, que indica la altura del tacón del zapato durante el vuelo (de 3 a 5 cm) y la altura del tacón del zapato al embarcar, desembarcar y caminar por el aeropuerto (de 5 a 10 cm). En Brasil, no fue hasta 2023 que la compañía Gol autorizó el uso de zapatillas deportivas a su tripulación y a los trabajadores del aeropuerto, convirtiéndose en la primera aerolínea brasileña en adoptar esta medida, con el objetivo de proporcionar una mayor comodidad durante la jornada laboral.
Consideraciones finales
La película plantea una serie de cuestiones sobre la vida y el trabajo de las auxiliares de vuelo. Aunque la dramaturgia aporta sus propios giros y especificidades de los personajes, la película puede ser la base de muchos debates sobre la contratación, los horarios, las condiciones de trabajo, las relaciones entre compañeros y clientes, el acoso moral y sexual y la precariedad laboral que sufre este colectivo. No se trata de presentar soluciones a estos problemas, sino de aportar elementos para suscitar un debate que problematice todas estas cuestiones.
Imaginar que las realidades de azafatas y azafatos en diversas partes del mundo están atravesadas por los mismos dramas y dificultades asusta un poco, pero también es fundamental que entendamos que, más allá de lo específico y particular, más allá de lo que nos separa, siempre está lo que nos une, lo que es común: la explotación laboral y las graves consecuencias que trae para el lado más vulnerable de las relaciones laborales: sus trabajadores y trabajadoras.
La falta de conexión entre el personal de la misma categoría más allá de un momento concreto u otro, la falta de lazos afectivos y profesionales que les permitan, en cierta medida, ver su propia condición de clase, hace que esta explotación sea más sencilla. Sin darse cuenta de que su fuerza reside en el colectivo, siguen buscando soluciones individuales y alternativas que no van al fondo del problema, no garantizan salarios justos ni condiciones de trabajo decentes.
La sobreexplotación de las auxiliares de vuelo también provoca enfermedades, especialmente mentales y psicológicas como el agotamiento, la depresión y los problemas de sueño, que pueden convertirse en afecciones aún más graves si no se tratan. Y el tratamiento aquí no se limita a tomar medicamentos, sino a tener momentos de descanso, ocio y desconexión del trabajo.
La cuestión del género también se aborda con sensibilidad, mostrando cómo las ideas de feminidad y los estereotipos de género se instrumentalizan para penalizar aún más a las mujeres, ya sea ante el acoso de los clientes o la vigilancia de su cuerpo, maquillaje y cabello. Esta explotación se manifiesta también en la dificultad que encuentran muchas azafatas para conciliar su vida personal, familiar y profesional en medio de los horarios y las largas jornadas de trabajo.
Como ocurre con muchos trabajadores y trabajadoras del sector de los servicios y la hostelería, la evaluación de lo que sería un buen trabajo reside precisamente en las cualidades de la persona que lo realiza, lo que a menudo hace invisible al trabajador, como ocurre con los servicios de limpieza. Sin embargo, es necesario llamar la atención sobre esta realidad y aprovechar que un producto audiovisual, como esta película, muestra de forma tan didáctica los percances y sufrimientos de este colectivo profesional tan poco visible. También es importante prestar atención a la forma en que se hace: no para difundir la imagen ideológica de la azafata libre que se gana un sueldo para ver mundo, sino la imagen de la trabajadora que tiene que sonreír mientras es explotada, mientras sufre, mientras siente que no puede defenderse.
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