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23-07-2024

Memorias LGTBI en Barcelona

Carla Izcara | Alba Sud

Después de la celebración del Pride en Barcelona, destacamos varias iniciativas impulsadas por entidades del colectivo LGTBI para recuperar y reivindicar sus memorias. Entre otros, destacamos la PutiRuta para conocer las memorias del trabajo sexual en Barcelona, así como el Casal Lambda, impulsor de un festival internacional de cine LGTBI desde hace 29 años y del Centro de Documentación Armand Fluvià.


Crédito Fotografía: Glorieta de laTranssexual Sonia. Imagen de Marisa Conde

Recuperar y recordar el pasado no es tarea fácil. El relato de una memoria colectiva se encuentra constantemente en disputa y más, si se trata de memorias subversivas y disidentes como la del colectivo LGTBI.

El 28 de junio se reivindica el día internacional del orgullo LGTBI en conmemoración de los disturbios de Stone Wall en 1969. A pesar de ser una jornada de protesta, es habitual ver cómo ha acontecido una fiesta promovida por empresas privadas hoteleras, inmobiliarias, fundes buitre, aerolíneas y plataformas. En el caso de Barcelona, se ha convertido en un gran evento orientado al turismo y no necesariamente al colectivo. De hecho, este fin de semana pasado ha sido la celebración del Pride en Barcelona, el cual se ha convertido en un reclamo turístico. Por eso, desde la plataforma “28J Autònom”, por quinto año consecutivo, celebraron el orgullo crítico del 26 al 29 de junio. También, desde la Crida LGBTI, organizaron la fiesta por la liberación sexual y de género “Desbordem la norma” el 28 y 29 con una gran manifestación donde participaron varios colectivos, también contra la turistificación. En la manifestación y actos vinculados se puso especial énfasis con la causa palestina y denunciaron el pinkwashing del Pride de Barcelona dado que colabora y participan empresas sionistas.

Frente al pinkwashing de empresas y estados que vulneran los derechos humanos, es imprescindible que el colectivo sea el que dicte su historia y recupere sus memorias. En Barcelona, tenemos varias iniciativas que recuperan la memoria LGTBI a través de muestras de cine, elementos memoriales, rutas, exposiciones... Un abanico de actividades turísticas que posibilitan transmitir su mensaje a la vez que reivindican las demandas del colectivo. Por lo tanto, vemos como, el turismo puede acontecer una herramienta para dar voz a estas memorias subversivas o, puede organizarse hacia los intereses de la reproducción del capital y agudizar el proceso de turistificación, al mismo tiempo que se trata el colectivo como un nicho de mercado más.

PutiRuta

Esta ruta fue creada por Violeta Ferrer Micó, actriz de la compañía TiritiTrans Trans Trans, compañía de teatro de mujeres trans que crean piezas teatrales para transformar la sociedad y dar voz a sus vivencias. La ruta, llamada “PutiRuta”, inicia en el paseo del Born de Barcelona y hace un recorrido por puntos icónicos de la ciudad con el objetivo de repasar la historia del trabajo sexual y el colectivo LGTBI desde el siglo hasta la actualidad. Violeta Ferrer explica en primera persona las vivencias como mujer trans que ejerció de trabajadora sexual a los alrededores del Camp Nou. Con un tono desenfadado, pero muy reivindicativo, Ferrer comparte anécdotas personales a medida que las vincula con las calles de Ciutat Vella y las huellas de la historia del colectivo de trabajadoras sexuales.

Carassa de la calle Mirallers. Imagen de Ernest Cañada

Una de las primeras paradas está en la calle Mirallers, donde hay una de las carasses más icónicas y fáciles de reconocer de Barcelona. Las carasses son caras talladas en piedra con una expresión de placer que servían para indicar donde se encontraban los burdeles. Se cree que su origen se remonta en el siglo XVII. Entre anécdotas se van repasando los diferentes episodios de la historia del trabajo sexual en la ciudad. En una de las últimas paradas de la ruta, al Restaurante Amaya, ubicado en La Rambla, se puede ver expuesto un adoquín lleno de pequeños agujeros. Estos, explica Ferrer, se generaron a causa del taconeo de las trabajadoras sexuales de calle de las ramblas durante sus jornadas. Esta ruta de dos horas por Barcelona con unas 9 paradas es “una experiencia imprescindible para entender la situación actual del colectivo porque esta vez, la historia, la explicamos nosotras”, como bien señala Violeta Ferrer a su página web. De hecho, uno de los factores más característicos de esta ruta es la habilidad de Ferrer para conectar los hechos históricos y las anécdotas personales con las demandas actuales de las trabajadoras sexuales. Así, durante la ruta, se exponen diferentes argumentos a favor de la despenalización del trabajo sexual y la necesidad de romper con los estereotipos que envuelven este trabajo. Un modelo normativo que despenalice el trabajo sexual, acompañado de otras reformas legales como la de la ley de extranjería, supondría un adelanto absoluto en materia de derechos para estos colectivos vulnerabilizados y discriminados.

Violeta Ferrer Micó realizando la "PutiRuta". Imagen de Ernest Cañada

El último informe del Observatorio Contra la Homofobia (OCH) sobre el estado de la LGTBI-fóbia en Cataluña (2022) indica que las discriminaciones gayfóbicas son las más registradas (56,1%), con 133 casos. En segundo lugar, registran 53 casos de incidencias de tipos transfóbicas (22,4%). El informe del OCH destaca que hay un aumento progresivo de registro de casos. Esto lo vinculan a una mayor concienciación del colectivo LGTBIQ+ al mismo tiempo que lo relacionan con una ascensión de la extrema derecha y un aumento progresivo de la transfobia. Por otro lado, el trabajo sexual continúa siendo estigmatizado y perseguido, sobre todo si lo ejercen mujeres racializadas en situación administrativa irregular. Por lo tanto, iniciativas como la PutiRuta, que ponen en el centro vivencias y memorias silenciadas, a la vez que luchan contra el estigma de las mujeres trans y de las trabajadoras sexuales, acontecen claves en el contexto actual de aumento de gobiernos autoritarios y de extrema derecha.

Casal Lambda

El 5 de octubre del 1976 nace el Instituto Lambda como entidad por el trabajo de la sexualidad. En aquel momento, ocho meses antes de las primeras elecciones democráticas después de la muerte del dictador Francisco Franco, seguía vigente la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social, que sustituía la Ley de Vagos y Maleantes, para el control de diferentes elementos considerados “antisociales”, entre ellos la homosexualidad. Por este motivo, cuando se constituye legalmente la entidad, todavía no pueden hacer pública su misión que era fundamentalmente dar atención a las personas e instituciones sobre el ámbito LGTBI. Jordi Samsó, presidente del Casal Lambda, recuerda como partir de aquel momento empezaron a “asesorar instituciones y personas, así como vimos la necesidad de hacer unas monografías desde la vertiente psicológica, sociológica, jurídica...”. A partir de 1988 cambiaron el nombre por Casal Lambda debido a la “necesidad de abrirnos a la ciudadanía y crear grupos y actividades de crecimiento personal facilitando espacios de encuentro para reforzarse”, explica Samsó.

Actualmente, el Casal se ubica en el Centro LGBTI de Barcelona, en el barrio del Eixample, un espacio abierto a la ciudadanía facilitado por el Ayuntamiento de Barcelona desde donde trabajan algunas entidades del colectivo y se celebran varias actividades. El Casal también cuenta con otro local donde se reúnen los grupos de mujeres, jóvenes, de personas sordas, de montaña y de teatro.

Materiales del Centro de Documentación Armand Fluvià. Imagen de Carla Izcara. 

Detrás de las puertas del Centro LGTBI de Barcelona, el Casal Lambda guarda el Centro de Documentación Armand Fluvià que es la biblioteca, hemeroteca, videoteca y archivo histórico del Casal Lambda. Jordi Samsó dice que “es un espacio abierto a todo el mundo, pero fundamentalmente acuden profesionales o personas que están realizando una investigación y quieren consultar los materiales que tenemos”. El Centro de Documentación nace prácticamente con el Casal para recoger revistas, libros, pancartas y dossiers de prensa, entre otros, para poder tener toda una serie de fuentes de documentación que expliquen la historia del colectivo LGTBI. Con relación a esto, en junio de 2023, el presidente de la Generalitat Pere Aragonès, anunció que Cataluña tendría el primer Centro de Memoria y Documentación LGTBI+ de España y del sur de Europa y se sumaría a los cuatro que hay actualmente en el mundo. Según Jordi Samsó, han estado en contacto con el Casal, pero aún no hay nada claro. Samsó declara que “hace muchos años que reclamamos un espacio museístico y memorial como en otras ciudades europeas”.

Archivos del Centro de Documentación Armand Fluvià. Imagen de Carla Izcara. 

Recuperando una de las iniciativas más exitosas del Casal Lambda, con una posible deriva turística, impulsan desde 1995 una muestra de cine LGTBI internacional. Jordi apunta como “lo que llevamos a las muestras, puede ser que acabe en los circuitos comerciales, pero seguramente el resto no lo encontrarás en ninguna parte más”. Habitualmente, se celebra durante el mes de junio en el Instituto Francés y Samsó dice que “dentro de la muestra de cine hay una perspectiva histórica y queremos reflejar cosas que pasan o han pasado, como el periodo del nazismo u otro tema muy actual, e importante, como son las terapias de conversión”. Concluye con que “el movimiento tiene una historia y hay que reconocerla” y gracias a la propuesta cinematográfica, cada año más prolífera e internacional, lo consiguen.

Otros espacios e iniciativas memoriales

Actualmente, en Barcelona, solo hay dos espacios memoriales oficiales del colectivo LGTBI, ambos en el Parque de la Ciutadella. En 2011, se instaló el primero que es un monolito triangular esculpido en piedra con la inscripción “en memoria de los gays, lesbianas y personas transexuales que han sufrido persecución y represión a lo largo de la historia”. El segundo, el renombramiento el 2013 de la glorieta del centro del parque como “Glorieta Transsexual Sonia” asesinada el 6 de octubre de 1991 por un grupo de neonazis.

Elemento memorial en el parque de la Ciutadella. Imagen de Marisa Conde. 

Aun así, hay otros lugares que son espacios de referencia en la recuperación de la memoria LGTBI. Por ejemplo, Crida LGBT organiza la “Ruta Borda”, un paseo por el barrio del Raval para compartir algunos de estos espacios. Dos de las paradas más emblemáticas son dos murales. El primero, es el mural del Ágora Juan Andrés Benítez, un proyecto de alumnos de la escuela Massana y otros jóvenes del barrio. La pieza es en memoria del brutal asesinato el 6 de octubre de 2023, en manos de los Mossos d’Esquadra, de Juan Andrés, empresario y miembro fundador de la Asociación Catalana de Empresas para Gais y Lesbianas.  Un año después de su asesinato, vecinos y vecinas del Raval decidieron ocupar un solar en la calle Aurora y crear la actual Ágora Juan Andrés Benítez, un espacio autogestionado que se ha vuelto un espacio de encuentro y resistencia para distintos colectivos y personas del barrio y la ciudad.

Mural "Rodos juntos podemos parar el Sida", Barcelona. Imagen de Carla Izcara

El segundo es el mural “Todos juntos podemos parar el sida”, 1989 (2014) de Keith Haring, artista y activista estadounidense conocido por sus obras de arte pop y grafiti. Originalmente, se pintó en la Plaza Salvador Seguí, pero a causa de las remodelaciones urbanísticas del barrio, actualmente, lo podemos encontrar reproducido en las paredes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) a partir del calcado del original. Al mural, se ve una jeringuilla ahogada por una serpiente de grandes dimensiones con un nombre escrito debajo: SIDA, una pareja que forma una tijera secciona el animal y alguien le coloca un preservativo en la cola. Todo esto, trazado de color rojo, simulando el color de la sangre.

Transmitir la memoria

Iniciativas como las que se han mostrado en este artículo acontecen fundamentales para poner voz a diversas a memorias silenciadas y estigmatizadas. Gracias a su tarea, podemos conocer datos como que “el movimiento nace a Europa, Berlín era la capital LGTBI en Europa, pero el nazismo lo borró de arriba abajo”, recuerda Samsó. También, a través del testigo de la Violeta, podemos saber más sobre qué significa ser mujer trans y trabajadora sexual.

Transmitir estos mensajes a través de actividades ludicoculturales y en el ámbito educativo es una forma de hacer frente al aumento de la extrema derecha a Europa. Jordi Samsó lamenta que en las actividades que organizan en los centros educativos se encuentran con un grosor importante de alumnos reticentes en la lucha feminista y las demandas del colectivo LGTBI. Así como, en ocasiones tienen que lidiar con la oposición de familias al tratar algunos temas vinculados a la diversidad sexual y de género. Vinculado a esto, durante la PutiRuta con Violeta Ferrer, un joven la agredió echándole un pequeño objeto e interrumpiendo una de sus exposiciones.

En conclusión, estos ejemplos sirven también para reflexionar sobre qué entendemos por turismo y la maleabilidad de esta actividad. Por un lado, el turismo LGTBI puede promoverse para reproducir los intereses de empresas privadas, contribuir a la turistificación de los barrios y hacer un “lavado rosa” a estados que vulneran los Derechos Humanos como es el caso de Israel. De otro lado, a través de rutas, muestras de cine o otras actividades turísticas, iniciativas de recuperación de la memoria pueden acceder a un público amplio y usar el turismo como una estrategia más en la lucha por la recuperación, visibilización y reconocimiento de sus memorias.

 

 

Este artículo se publica en el marco del proyecto “Turisme i memòries a la ciutat de Barcelona”, ejecutado por Alba Sud con el apoyo de Barcelona Activa – Impulsem el que fas (convocatoria 2023).

 

 

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