20-03-2025
De los Alpes a los Andes: esquí y cambio climático
Nora Müller | Alba SudEl cambio climático pone en riesgo la práctica del esquí y hace inviable muchas de las estaciones de existentes. A su vez, la mayoría de las estrategias de adaptación conllevan nuevos impactos socioecológicos que comportarán nuevos riesgos. El desplazamiento hacia zonas más remotas y altas de las montañas agudiza los problemas.
Crédito Fotografía: Bariloche-Vanat 2022, p. 159.
Aprovecho una estancia en la Universidad Paris-Lodron de Salzburgo (PLUS) en Austria para reflexionar sobre el cambio climático y las interacciones con el turismo de nieve, especialmente el turismo de esquí, en los Alpes y los Andes. Diversas conversaciones informales me han motivado a profundizar sobre estas dos áreas montañosas en relación con esta interacción entre turismo y cambio climático. Por un lado, conocí a un antiguo instructor de esquí, que ahora trabaja como monitor de wing-surf en Tarifa, y, por otro lado, conversé con diferentes personas durante mi estancia en los Alpes y visitas a áreas de esquí. Me llamó la atención que muchos de los instructores de esquí, entre ellos el que conocí personalmente, cambian su puesto de trabajo entre los hemisferios sur y norte durante la temporada de invierno. Es decir, trabajan en los Alpes de noviembre a marzo y en los Andes de mayo a septiembre, enseñando a la gente a esquiar.
Al iniciar mi investigación y buscar referencias científicas sobre el tema cambio climático y turismo de nieve en la base de datos Web of Science (WoS). La búsqueda circunscrita al área geográfica "Andes" y "Patagonia" arrojó solo ocho resultados. En cambio, limitado a los "Alpes", la base de datos WoS arrojó 162 resultados. ¿Es esto una señal que este problema puede ser menos significativo en el contexto latinoamericano en comparación con los Alpes?, o, más bien, ¿se debe simplemente al hecho que los Alpes representan el mayor mercado mundial para el turismo de esquí?
A continuación, me gustaría presentar algunos de los resultados de mi investigación. En primer lugar, expongo la distribución de las estaciones de esquí y sus visitas a nivel mundial. A continuación, me centro en la importancia del turismo de esquí en los Alpes partiendo de un intenso intercambio con colegas de la Universidad de Salzburgo y de los Andes en base a la literatura existente. En tercer lugar, examino la relación entre cambio climático y turismo de nieve, en concreto busco responder a la pregunta sobre qué influencia tiene el cambio climático en los episodios de nevadas, la duración de la cubierta de nieve y qué consecuencias tiene para el turismo de nieve. Después presento algunas estrategias de adaptación que se están considerando o que ya están poniéndose en marcha. Por último, comparto unas reflexiones finales sobre el turismo de esquí.
Estaciones de esquí a nivel global
Las estaciones de esquí más importantes del mundo se encuentran en el hemisferio Norte. Los Alpes representan el 46% de las visitas de esquí a nivel mundial, Estados Unidos el 15%, Japón el 11%, Canadá el 5% y Escandinavia el 4%, mientras que, en el hemisferio Sur, el turismo de esquí tiene mucho menos peso en una comparación global. Los dos principales centros para la actividad y el turismo de esquí son los Andes, con el 0,8% de las visitas, y Nueva Zelanda, con el 0,4% de las visitas (Lehr et al., 2012). La distribución de las estaciones de esquí (Figura 1) resulta de la misma manera. Los Alpes representan el 69% de la superficie esquiable, mientras que los Andes albergan solo el 1% de la misma (Mitterwallner et al., 2024). No obstante, los Pirineos se consideran un área de esquí mediana (Lehr et al., 2012) en el hemisferio Norte con 51 resorts de esquí, siendo Baqueira el más grande en la parte española de los Pirineos (Vanat, 2022). La temporada de esquí varía según los meses de invierno. En el hemisferio norte, la temporada dura de noviembre a marzo y en el hemisferio sur de mayo a septiembre (Lehr et al., 2012).
Figura 1: Ubicación de las regiones de esquí. Fuente: Lehr et al., 2012, p. 432.
Importancia del turismo (de esquí) en los Alpes y los Andes
Los Alpes representan el mercado más importante del mundo para el turismo de esquí y representan en términos generales la región turística más importante globalmente (Luger, 2022). En 2016, se contaban 634 estaciones de esquí con 26.515 kilómetros de pistas y Luger (2022) estima que cada año unos 200 millones de turistas visitan los Alpes, de los cuales 129,7 millones están centradas en el esquí, según Vanat (2022). El uso turístico de los Alpes está muy concentrado espacialmente y sólo alrededor del 5% de la superficie alpina total (todos los Alpes tienen una superficie de unos 190.000 km2) se destina al turismo. Casi la mitad del turismo (46%) se concentra en solo el 5% de los municipios alpinos, o, contado de otro modo, 300 de los 6.200 municipios alpinos albergan la mitad de la infraestructura hotelera de los Alpes. Aproximadamente el 10% de los municipios alpinos pueden describirse como turistificados, es decir, presentan una monoestructura turística. Las características de las estaciones de esquí varía según los diferentes estados alpinos. Por ejemplo, Austria tiene el mayor número de estaciones de esquí, pero son de tamaño pequeño, mientras que Francia tiene significativamente menos estaciones de esquí, pero son de mayor tamaño (Luger, 2022).
El “International Report on Snow & Mountain Tourism” (Vanat, 2022) proporciona datos sobre el turismo de nieve y montaña ordenado por país. Se contabilizan un total de 43 centros de esquí para la Cordillera de los Andes, 21 en Chile y 22 en Argentina. El único centro de esquí en Bolivia, Chacaltaya, se tuvo que cerrar en 1987 debido al cambio climático (ver más abajo). Según el informe de Vanat (2022), Chile y Argentina suman en conjunto unas 2.185.000 visitas de esquí al año, siendo Argentina el país de mayor peso con alrededor de 1,5 millones de visitas de esquí. Argentina también alberga el centro de esquí más grande de Suramérica, en San Carlos de Bariloche, con unos 10.000 visitantes diarios durante toda la temporada.
El cambio climático y su interacción con el turismo de nieve
El calentamiento global implica efectos importantes en la industria turística, y particularmente en el turismo de invierno basado en la nieve, por ser especialmente susceptible al cambio climático. Dos aspectos del clima son decisivos para el turismo de esquí: en primer lugar, la altitud y, en segundo lugar, la duración de la capa de nieve (que tiene la unidad sdc). Para que una estación de esquí sea económicamente viable, se aplica la llamada “regla de los 100 días”, según la cual una estación de esquí debe funcionar, es decir tener nieve, como mínimo durante cien días. Los efectos del cambio climático en el turismo de esquí ya se pueden observar en aquellas estaciones situadas a altitudes más bajas, donde se combina una disminución de la cantidad de nieve,con una menor duración de la su capa. Por tanto, los cambios que implica el calentamiento global significan una reducción en el número de estaciones y de las áreas aptas para esquiar, que se desplazan hacía mayores altitudes. Finalmente, el cambio climático también afecta a la duración de la temporada de esquí (Mitterwaller et al., 2024). En consecuencia, se espera que habrá un cambio de la temporada en los Alpes de Navidad a Pascua, es decir, las condiciones óptimas para la actividad de esquí mejoraran al final de la temporada, y al mismo tiempo, empeoraran al inicio.
El estudio de Mitterwallner et al. (2024) examina el cambio en la duración de la capa de nieve en estaciones de esquí de todo el mundo en diferentes escenarios de cambio climático. Teniendo en cuenta un escenario con altas emisiones (que a día de hoy parece lo más realista), se estima que a finales del siglo XXI no se llegará al umbral de los 100 días de nieve en muchas de las estaciones de esquí del mundo. Para los Alpes se estima que la duración de la capa de nieve disminuirá en un 42% y para los Andes en un 43%. Se espera que los impactos del cambio climático serán más graves en los centros de esquí del hemisferio Sur. Las previsiones indican que el 18% de los centros de esquí andinos desaparecerán hacia finales del siglo XXI. Al otro lado, en los Alpes se espera una concentración aún mayor de estaciones de esquí, particularmente en los macizos centrales y en mayores altitudes de las montañas (Figura 2).
Figura 2 Los centros de esquí en c) Alpes y d) Andes con gradiente de altitud (gris). La coloración de las estaciones de esquí muestra el cambio porcentual en la duración anual de la cubierta de nieve en cada estación de esquí para 2071-2100 en comparación con datos históricos (1981-2010) de la cobertura de nieve en un escenario de alta emisión. Fuente: Mitterwallner et al., 2024, p. 6.
Adaptación del turismo de esquí al cambio climático
Las estrategias de adaptación al cambio climático en los Alpes son similares a las de otras zonas dominadas por el turismo: desestacionalización, diversificación y descentralización de la oferta, así como apostar por un “turismo de calidad”. En concreto, en muchas estaciones tratan de promover el turismo de verano, así como otras actividades deportivas como la escalada o el ciclismo de montaña. Algo similar también se observa en el estudio de caso de la antigua estación de esquí de Chacaltaya en los Andes bolivianos. Chacaltaya fue conocida como la pista de esquí más alta del mundo (5.421 m), donde se construyeron remontes ya en 1939. Sin embargo, con el aumento de las temperaturas el glaciar y la fiabilidad de nieve disminuyeron a partir de los 1960s, y en 1987 los remontes dejaron de utilizarse. Últimamente, en 2009, el glaciar desapareció por completo y con él la oferta de turismo de nieve. Este cambio vino acompañado de una adaptación de la oferta turística, que hoy en día incluye el ciclismo de montaña o la escalada. La adaptación de la oferta turística va acompañada de la prolongación de la temporada, ya que estos deportes pueden practicarse también en los meses de verano (Kaenzig et al., 2016). Desde 2012, también existe una estación climática en Chacaltaya.
Fuente: Chandolin-Nora Müller 2025.
Aparte de las adaptaciones de la oferta turística forzadas por el cambio climático, se están implementando adaptaciones técnicas en zonas dependientes del turismo de nieve, como la instalación de bombas de nieve artificial en las pistas o la "subida" de las estaciones de esquí a altitudes cada vez mayores donde existe mayor fiabilidad de nieve. Desde el punto de vista organizativo, incluso las estaciones de esquí más pequeñas se conectan con remontes transformándose en estaciones de mayor tamaño. Lo cual significa que se pueden incrementar los precios sin tener que realizar grandes inversiones. Estos enfoques van acompañados de diversos problemas ecológicos. Las zonas de alta montaña son hábitat de especies raras y también muchas endémicas que son particularmente vulnerables al cambio climático. Por lo tanto, la reubicación de las estaciones de esquí a mayores altitudes representa una amenaza para la biodiversidad. Además, las adaptaciones tecnológicas como también la expansión de las infraestructuras de esquí (remontes, resorts, bombas de nieve artificial y sus depósitos de agua, etc.) significa la destrucción de hábitats y la amenaza para la flora y la fauna. Por otro lado, las soluciones técnicas presentan sus propios límites. Los sistemas de innivación artificial se enfrentan a una disponibilidad limitada de recursos (energía, materiales para su construcción y agua) y al aumento de las temperaturas, así como a la viabilidad económica a largo plazo (Mitterwallner et al., 2024).
Reflexiones finales
Las estrategias de adaptación que implican que las estaciones de esquí se desplacen a zonas más remotas y altas de las montañas se deben implantar con cautela, dado que no son capaces de asegurar la justicia ecológica a largo plazo. En particular, las zonas montañosas más altas se caracterizan por especies particularmente raras, a menudo endémicas. Estas especies son particularmente vulnerables al calentamiento global y en un contexto de pérdida de biodiversidad generalizada se deben tener en especial consideración a la hora de plantear adaptaciones al cambio climático.
Durante mi estancia a Salzburgo he explorado la iniciativa del Club Alpino Austriaco (OeAV por sus siglas en alemán) de los llamados “Pueblos Montañeros”, que puede ser interpretada como una iniciativa concreta de adaptación. Se oponen al turismo de masa y las soluciones técnicas, mientras defienden un turismo responsable, sin grandes infraestructuras como los remontes o bombas de nieve artificial que amenacen a especies y hábitats. También están comprometidos con los objetivos de la Convención de los Alpes y con la preservación de la naturaleza y de la cultura alpina. Sin embargo, algunos de estos Pueblos Montañeros también se han visto confrontados con la sobrecarga de infraestructuras (aparcamiento, accesos a las zonas de escalada, etc.) y los impactos dañinos que puedan ocasionar otras actividades deportivas sobre el medio ambiente, particularmente durante su temporada alta.
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