26-07-2013
Islas al baño maría
Joan Buades | Alba SudEn medio de la temporada de verano en Baleares, algunos de los principales estudios sobre el cambio climático, alertan de los riesgos de un modelo de desarrollo centrado de forma exclusiva en la especialización turística.
Crédito Fotografía: Cala Lombard, Mallorca. Fotografía de Alejandro Sánchez Marcos (bajo licencia creative commons)
Hace un sol impresionante y no sabes a qué playa ir donde puedas poner la toalla en paz. Sientes que hay muchos turistas pero que no gastan. El otro día se tiró otro haciendo balconing. Las matinées en la disco no salen gratis. J. R. Bauzá hará de recogepelotas en el espectáculo de un manacorí universal. El príncipe de España hace política europea en Palma. Nada, que estamos en un día normal de un verano normal en Baleares. Ya vendrá el otoño y podremos disfrutar de una vez. Como siempre desde hace unos 60 años. Vivimos del turismo, lo tenemos que reconocer.
Solo para despertar la neurona que se nos está secando, os propongo un ejercicio de visualización del futuro próximo del Archipiélago. Os doy tres cartas para elegir. Hago caso primero al director del Grantham Research Institute sobre cambio climático de la muy reputada London School of Economics, que sale en The Guardian. El Sr. Bob Ward lamenta que por primera vez en la historia de la Humanidad se haya alcanzado un nivel de gases contaminantes como el de esta primavera, 400 partes por millón. La última vez que pasó, el Ártico no existía, la sabana colonizaba el Sahara y el nivel del mar era 40 metros superior al de hoy. Y añade que "estamos creando un clima prehistórico en el que las sociedades humanas tendremos que afrontar grandes riesgos potencialmente catastróficos. Solo si reducimos urgentemente las emisiones globales seremos capaces de esquivar las consecuencias de retrasar el reloj climático tres millones de años". Si el máximo que se considera tolerable serían 2 º C más de temperatura media durante el siglo 21, Ward afirma que, al paso que vamos, rozaremos los +6 º C. Poca broma, con esta tarjeta de presentación, pero es británico y beben mucho.
La segunda carta es más cercana: el segundo informe sobre el cambio climático en Cataluña, coordinado por Josep Enric Llebot, catedrático de física en la UAB. Uf, son 1.152 páginas, peor que leer Crimen y castigo, lo reconozco. Lleva el sello del Gobierno de Cataluña del Tripartito, no os riais. Encuentro algunas perlas. En la Península Ibérica, a finales de siglo, las temperaturas en verano podrían ser de +7,6 º C respecto a 100 años antes. Se freirán, no hay duda. Berlín tendrá las temperaturas del norte de Argelia; París, las de Badajoz y Londres, las del norte portugués. Hará calor en casa, tal vez se lo piensan antes de venir a la piscina mediterránea a punto de cocer al baño maría. Sobre las lluvias, veo que en verano Cataluña recibirá la mitad de agua que ahora. Y cómo lo harán para que se duchen sus millones de turistas y los campos de golf, me pregunto. Debe de ser un error, el informe es de julio del 2010, en pleno verano, eso lo dice todo.
Miro hacia Francia y me encuentro un papel de la IDDRI, un instituto de investigación público sobre desarrollo sostenible, y empieza a dolerme la cabeza. Si lo dice el Estado de la Grandeur, uno de los pocos que de verdad funciona, no puedo despreciarlo. Resulta que el aumento del nivel del mar en el Mediterráneo podría ser más bien de un metro, justo el doble del máximo de lo que se pensaba. En los escenarios climáticos de la ONU, no habían pensado que el aumento de la temperatura expandirá la masa de agua y ni en el impacto de la fusión de polvo y glaciares. ¿Qué insinúan: que nos robarán las Salinas de Ibiza o es Trenc? ¿Que buena parte de s'Arenal y baix Vila en Ibiza quedarán inundadas? Hay que ser tonto, quiero decir francés, para creérselo. Es muy fácil escribir papeles, hacer investigación en laboratorios que cuestan un ojo de la cara y airear barbaridades con las que gente normal se ponga nerviosa. Quizá por eso, D. Mariano acaba de cerrar el grifo del CSIC: goteaba demasiado y no ganabas nada. Como con las energías limpias: adiós ayudas y volvemos a hacer regalos al carbón y a las nucleares de los amigos...
En Baleares, no nos afecta esta nueva "normalidad" climática. No tenemos ningún informe de lo que pasará durante este siglo en casa. Eso sí, tenemos una "estrategia" de buenas intenciones colgada en Internet. De hecho, apenas un investigador de la universidad, el doctor Ivan Murray, se ha interesado por el tema. Afirma que la huella ecológica de las Islas es de 1 a 14, es decir que para mantener nuestro nivel de consumo nos zampamos el equivalente a 14 archipiélagos. Según él, cada turista llega a Mallorca con 45 litros de gasolina bajando del avión. No pienso hacerle caso. Aquí estamos en Baleares, Can Vacaciones, y no nos afectará el cambio climático, son cosas del continente o de países pobres. Somos isleños normales como yo, ¿verdad? Venga, no nos calentamos la cabeza y disfrutemos de la playa, por dos días que nos quedan...
Publicado originalmente en catalán en el diario Ara Balears el 26 de julio de 2013. Traducción al castellano de Alba Sud.
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