25-09-2016
El turismo desde sus entrañas
El antropólogo Raúl Travé Molero reseña el libro de Ernest Cañada, “Las que limpian los hoteles. Historias ocultas de precariedad laboral” (Icaria, Barcelona, 2015) en la revista Afers Internacionals del CIDOB (núm.113, septiembre 2016).
El investigador en turismo responsable Ernest Cañada recoge en Las que limpian los hoteles. Historias ocultas de precariedad laboral el testimonio de 26 camareras de piso, un tipo de trabajadoras que –junto con muchas otras, también explotadas e invisibilizadas– han hecho y hacen posible que el turismo siga siendo la principal industria de este país. Leyendo este libro casi podemos escuchar las voces de sus protagonistas, con sus acentos, cadencia, giros y fuerza, gracias al fantástico trabajo de transcripción y edición hecho por el autor. A lo largo de estas entrevistas, trabajadoras de puntos tan diferentes como Baleares y Extremadura, pasando por Cataluña, Madrid, Andalucía, Galicia, Valencia e incluso Reino Unido, relatan cómo se han degradado sus condiciones laborales –aumento de la carga de trabajo, de la temporalidad, de la subcontratación–, especialmente a lo largo de los últimos años, con la crisis como coartada; así como la manera en que esto afecta a su salud física y psicológica y sobre todo cómo la organización y el trabajo sindical han sido y son la única manera de conservar y recuperar derechos. El autor se esfuerza, sin duda, por evitar que el retrato colectivo de las camareras de piso sea el de víctimas y no el de agentes activos, con sus debilidades, sus contradicciones y sus miedos, pero también con una enorme capacidad de lucha y resistencia. Ellas mismas reivindican este papel; la camarera malagueña Pepi García Lupiáñez, por ejemplo, lo expresa con total claridad:«A mí no me gusta ir de víctima, no quiero compararme con nadie, ni quiero que nadie me diga “pobrecita”. Somos un producto más de la explotación y de la avaricia del capitalismo, pero no somos las únicas víctimas ni las últimas explotadas. Simplemente es que, como somos camareras, nos vamos a defender como camareras» (p. 143).
El lector encontrará además en este libro una breve sección introductoria en la que José María Martínez y Miguel Ángel Cillero, secretarios generales de las federaciones de servicios de los sindicatos CCOO y UGT, respectivamente, reivindican conjuntamente tanto la figura de las camareras de piso, como la labor sindical. En el mismo sentido escribe Patricia Mantovano, directora de Turismo-Hoteles de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA) e integrante del grupo profesional Hostelería, Restaurantes, Catering y Turismo (HRCT) de la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), quien además nos llama la atención sobre el carácter internacional tanto de los problemas laborales relacionados con el turismo, como de sus posibles soluciones.
Por su parte Ernest Cañada desgrana en su preámbulo los temas sobre los que giran las entrevistas: la precarización de los contratos, el aumento de la carga laboral, la desprofesionalización del trabajo, los problemas de salud que sufren las camareras, la indefensión y la falta de perspectivas de futuro. Pero el autor también deja espacio para apostar por la esperanza, por la capacidad organizativa y reivindicativa del sector, y por la conformación de un movimiento social internacional en defensa de un turismo responsable que defienda decididamente el trabajo decente. Cierran este libro cuatro «voces de apoyo» desde la medicina y el sindicalismo, que ahondan tanto en la denuncia de la precaria situación que sufren las camareras como en la apuesta por la superación de este estado de cosas.
Aunque de un género muy diferente, este libro tiene un claro antecedente en el trabajo Costa del Sol. Retrato de unos colonizados de Juan José Galán, Ángel Martín, Josefina Ruiz y Antonio Mandly, publicado en 1977. En aquella ocasión, tres trabajadores de la hostelería de Málaga y un socio- antropólogo se aliaron para etnografiar el auge del fenómeno turístico en dicha provincia y las consecuencias socioculturales para sus protagonistas, los trabajadores y trabajadoras, sobre todo inmigrantes de los pueblos del interior. Sin embargo, más que el género, lo que separa a estas dos obras es el contexto en el que se inscriben. Si el estudio de 1977 surge en medio de una cierta efervescencia y lucha de los trabajadores del turismo por sus derechos, el libro que nos ocupa lo hace en un momento de ofensiva patronal para eliminar lo conquistado durante los últimos 40 años y cuando la actitud de los trabajadores parece de forma generalizada mera- mente defensiva, cuando no sumisa. Algunas de las entrevistas, especialmente la de Pepi García Lupiáñez y la de Gonzalo Fuentes –este último en la sección «voces de apoyo»–, hacen referencia precisamente al ciclo de movilizaciones de 1977-1979 que sirven de trasfondo a Retrato de unos colonizados.
La recuperación y valorización de este pasado de luchas se convierte, en el libro de Cañada, en un bosquejo de lo que de algún modo el autor y todas las voces presentes en el texto desean que sea el horizonte de futuro. Precisamente otro de los temas esenciales en el libro que nos ocupa ya recorría la obra Retrato de unos colonizados: la estratificación en la profesión, usada por la dirección de los hoteles como herramienta contra la organización y la solidaridad dentro del grupo. Esta estratificación se acentúa tanto a través de los diferentes tipos de contratos –fijos, fijos discontinuos y eventuales–, como de la subcontratación a las llamadas «empresas de servicios».
Pero el alcance de Las que limpian los hoteles va mucho más allá del turismo: el uso de muy diversos tipos de medicamentos como complemento a la explotación física, psicológica y cultural; la multiplicación de la precariedad facilitada por las reformas laborales del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en 2010, y el Partido Popular (PP), en 2012; la explotación y maximización de la plusvalía a través del aumento de la carga laboral; la reducción de tiempos y la diversificación de contratos; la importancia del sindicalismo en la defensa y conquista de derechos laborales; la guerra emprendida a todos los niveles contra las organizaciones sindicales y las limitaciones mismas de esta forma de lucha, entre otras muchas cuestiones, no son características exclusivas de la hostelería, sino tendencias generales del sistema capitalista del que en España el turismo es, si no el representante más poderoso, sí el más avezado.
Los especialistas en socio-antropología del turismo encontrarán en este libro un valiosísimo material sobre las entrañas del fenómeno y una llamada de atención sobre las piezas más silenciadas del mismo; sus condiciones laborales; sus expectativas; su visión del negocio y del significado del concepto calidad; sobre las relaciones jerárquicas dentro de un hotel; las relaciones de trabajadores y huéspedes con la tecnología y la arquitectura, etc. Quienes se acerquen a sus páginas desde otras disciplinas, o simplemente desde la curiosidad, descubrirán un relato apasionante y de fácil lectura que sin duda cambiará la manera en que verán la habitación del hotel en sus próximas vacaciones.
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